Pereira en el Club de Lectura de Astorga y Astorga en Pereira
![[Img #63451]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/05_2023/6584_3-dsc_3420-copia.jpg)
El Club de Lectura de la Biblioteca de Astorga se reunía este martes para comentar el libro de relatos de Antonio Pereira, 'Cuentos del noroeste mágico'. No hay ningún cuento en esa antología en el que se haga referencia a Astorga, pero esto no fue óbice para recordar que sí los había. Es el caso del titulado 'El oculista' un cuento sin fronteras, venialmente erótico y diocesano, que transcurre en "la ciudad de A****". El mismo Pereira declararía en 'El Faro Astorgano' del domingo, julio 1998: "Dejémonos de subterfugios, estamos hablando de Astorga". Pero habría más si siguiéramos en la indagación. En una dedicatoria en el libro 'Cuentos de la Cábila' escribe: "A José Antonio Carro Celada, empezando por el primero de estos cuentos, donde sale, ¡cómo no!, un obispo. Y ¡Astorga!." Se trata del titulado 'El toque del obispo'.
Pero no iba de Astorga la lectura ni que sepamos ninguno de los cuentos leídos. Cada partícipe expuso sus impresiones, sus preferencias. Destacaron aquellas narraciones que más les habían gustado, se llevaron sus misterios que entre todos no supieron aclarar.
![[Img #63452]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/05_2023/4404_2-dsc_3417-copia.jpg)
Se comentó la exuberancia verbal en unos relatos que mostraban unas vidas sencillas en un mundo circunscrito y familiar. Se dio cuenta de su humor y erotismo de novicio, de su retranca, de sus finales sorprendentes a contrapié, del dominio de la sugerencia que deja en el misterio lo anecdótico, de los finales abiertos, de la ineludible participación del lector, de la lentitud y desenfoque en algunas narraciones que hasta bien avanzadas mantenían al lector, -"Hypocrite lecteur, mon semblable, mon frère!"- fuera de juego. Hubo quién destacaba expresiones dialectales, reconvenciones al lector ocasional: "Lector viciosín", o su defensa de un modo de vida ya perdido, sus razones desatendidas, vidas sencillas, difícilmente ejemplares.
El Club de Lectura de la Biblioteca de Astorga se reunía este martes para comentar el libro de relatos de Antonio Pereira, 'Cuentos del noroeste mágico'. No hay ningún cuento en esa antología en el que se haga referencia a Astorga, pero esto no fue óbice para recordar que sí los había. Es el caso del titulado 'El oculista' un cuento sin fronteras, venialmente erótico y diocesano, que transcurre en "la ciudad de A****". El mismo Pereira declararía en 'El Faro Astorgano' del domingo, julio 1998: "Dejémonos de subterfugios, estamos hablando de Astorga". Pero habría más si siguiéramos en la indagación. En una dedicatoria en el libro 'Cuentos de la Cábila' escribe: "A José Antonio Carro Celada, empezando por el primero de estos cuentos, donde sale, ¡cómo no!, un obispo. Y ¡Astorga!." Se trata del titulado 'El toque del obispo'.
Pero no iba de Astorga la lectura ni que sepamos ninguno de los cuentos leídos. Cada partícipe expuso sus impresiones, sus preferencias. Destacaron aquellas narraciones que más les habían gustado, se llevaron sus misterios que entre todos no supieron aclarar.
Se comentó la exuberancia verbal en unos relatos que mostraban unas vidas sencillas en un mundo circunscrito y familiar. Se dio cuenta de su humor y erotismo de novicio, de su retranca, de sus finales sorprendentes a contrapié, del dominio de la sugerencia que deja en el misterio lo anecdótico, de los finales abiertos, de la ineludible participación del lector, de la lentitud y desenfoque en algunas narraciones que hasta bien avanzadas mantenían al lector, -"Hypocrite lecteur, mon semblable, mon frère!"- fuera de juego. Hubo quién destacaba expresiones dialectales, reconvenciones al lector ocasional: "Lector viciosín", o su defensa de un modo de vida ya perdido, sus razones desatendidas, vidas sencillas, difícilmente ejemplares.
