Antonio Pereira. Cien años
![[Img #64257]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/06_2023/2538_2-dsc_6743-copia-2.jpg)
Hace unas semanas se cumplía el centenario del nacimiento del escritor leonés Antonio Pereira, el pasado 25 de mayo. Por este motivo los escritores leoneses Antonio Gamoneda, Julio Llamazares y Juan Carlos Mestre le rindieron un entrañable y bonito homenaje en la BNE (Biblioteca Nacional de España) bajo el título ‘Pereira cuenta’. Y es que Pereira contaba mucho y contaba muy bien. También en su pueblo natal, Villafranca del Bierzo, le recordaron cariñosamente con distintos homenajes. Y no es para menos porque Pereira además de su gran valor como escritor tenía un grandísimo valor personal. Era una gran persona, muy afectuosa, divertida y entrañable, y muy aguda. Se hacía querer con su ingenio y su alegría.
En estas líneas voy a compartir unos apuntes personales, que tenía en mi cuaderno de 1997, para poner un pequeñísimo granito de arena en los homenajes a su memoria.
Tengo escrito: “Acabo de hablar con Antonio Pereira. Qué gusto, tengo la impresión de que vibramos en la misma sintonía. Es un emocionante placer el que siento cuanto tengo una conversación con él porque enseguida se establece una excelente conexión. Me encanta, no me había pasado más que con Manuel Cerezales, aunque ahora está mayor (80 y tantos, 88) y se le va notando ya, un poco, la edad. Antonio Pereira tiene 13 años menos que Cerezales, y su espíritu es tan joven y encantador que me enamora.”
“Me entusiasma hablar con él pero me quedo muda ante su inteligencia. Soy consciente de que tengo mucha intuición pero muy poca formación. A su lado me siento una ignorante a quien le falta cultura por un tubo.”
“No tendré tiempo nunca de hacer todo lo que me gustaría hacer. Y lo peor es que tengo que malgastar mi tiempo en atender a esas haciendas domésticas que tanto embrutecen y me alteran. La cotidianeidad doméstica me encadena a la vulgaridad.”
“Creo que lo que más me conecta con Antonio es nuestra pasión por el siglo XIX, detecto que le entusiasma y a mí me apasiona. Cuando hablo con él me aturde nuestra afinidad, nuestra atracción, nuestra complicidad.”
“Estoy inquieta, intranquila, parece como si me pusieran trabas para no avanzar, como si alguien me estuviera poniendo la zancadilla y no hago más que levantarme y caer.”
“Este viernes (enero 97) fui a una lectura de cuentos de Fernando Delgado, Lurdes Ortiz y Antonio Pereira. Se trataba de cuentos sobre la sonrisa en la literatura. El cuento de Lurdes no tenía nada que ver con la sonrisa, era erótico y no venía a cuento. Delgado es bastante parco, no me pareció mal su cuento pero me gustó menos él. Pereira estuvo magnífico, su cuento y por supuesto él. El encuentro a la salida estuvo, como siempre, sembrado de muchas risas y mucho ingenio.”
Cómo no disfrutar con Antonio Pereira, antes y ahora, con sus libros y con su recuerdo.
O témpora o mores
Hace unas semanas se cumplía el centenario del nacimiento del escritor leonés Antonio Pereira, el pasado 25 de mayo. Por este motivo los escritores leoneses Antonio Gamoneda, Julio Llamazares y Juan Carlos Mestre le rindieron un entrañable y bonito homenaje en la BNE (Biblioteca Nacional de España) bajo el título ‘Pereira cuenta’. Y es que Pereira contaba mucho y contaba muy bien. También en su pueblo natal, Villafranca del Bierzo, le recordaron cariñosamente con distintos homenajes. Y no es para menos porque Pereira además de su gran valor como escritor tenía un grandísimo valor personal. Era una gran persona, muy afectuosa, divertida y entrañable, y muy aguda. Se hacía querer con su ingenio y su alegría.
En estas líneas voy a compartir unos apuntes personales, que tenía en mi cuaderno de 1997, para poner un pequeñísimo granito de arena en los homenajes a su memoria.
Tengo escrito: “Acabo de hablar con Antonio Pereira. Qué gusto, tengo la impresión de que vibramos en la misma sintonía. Es un emocionante placer el que siento cuanto tengo una conversación con él porque enseguida se establece una excelente conexión. Me encanta, no me había pasado más que con Manuel Cerezales, aunque ahora está mayor (80 y tantos, 88) y se le va notando ya, un poco, la edad. Antonio Pereira tiene 13 años menos que Cerezales, y su espíritu es tan joven y encantador que me enamora.”
“Me entusiasma hablar con él pero me quedo muda ante su inteligencia. Soy consciente de que tengo mucha intuición pero muy poca formación. A su lado me siento una ignorante a quien le falta cultura por un tubo.”
“No tendré tiempo nunca de hacer todo lo que me gustaría hacer. Y lo peor es que tengo que malgastar mi tiempo en atender a esas haciendas domésticas que tanto embrutecen y me alteran. La cotidianeidad doméstica me encadena a la vulgaridad.”
“Creo que lo que más me conecta con Antonio es nuestra pasión por el siglo XIX, detecto que le entusiasma y a mí me apasiona. Cuando hablo con él me aturde nuestra afinidad, nuestra atracción, nuestra complicidad.”
“Estoy inquieta, intranquila, parece como si me pusieran trabas para no avanzar, como si alguien me estuviera poniendo la zancadilla y no hago más que levantarme y caer.”
“Este viernes (enero 97) fui a una lectura de cuentos de Fernando Delgado, Lurdes Ortiz y Antonio Pereira. Se trataba de cuentos sobre la sonrisa en la literatura. El cuento de Lurdes no tenía nada que ver con la sonrisa, era erótico y no venía a cuento. Delgado es bastante parco, no me pareció mal su cuento pero me gustó menos él. Pereira estuvo magnífico, su cuento y por supuesto él. El encuentro a la salida estuvo, como siempre, sembrado de muchas risas y mucho ingenio.”
Cómo no disfrutar con Antonio Pereira, antes y ahora, con sus libros y con su recuerdo.
O témpora o mores