José Antonio Carro Celada
Domingo, 15 de Diciembre de 2013
El día del cumpleaños
Aún cuando sepa que el caudal de un río
es quien me ama,
yo no podré contar los días para siempre,
porque siempre, al final, ya no podré.
Pero él si puede,
los ha contado siempre.
Antes de que en Belén
la paz se abriera paso
como una mansedumbre de leones.
Y desde aquella noche
en que, agachado el cielo,
tomó nueva estatura el corazón del suelo
y empezó el barro a respirar ternura.
Él contará los días y los años
por dosmiles y siempres.
Como sé que un latido de manantial me ama
y no puedo contar los días para siempre,
siempre puedo, al final, amarle niño.
Madrid, 15 de diciembre de 1991
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Aún cuando sepa que el caudal de un río
es quien me ama,
yo no podré contar los días para siempre,
porque siempre, al final, ya no podré.
Pero él si puede,
los ha contado siempre.
Antes de que en Belén
la paz se abriera paso
como una mansedumbre de leones.
Y desde aquella noche
en que, agachado el cielo,
tomó nueva estatura el corazón del suelo
y empezó el barro a respirar ternura.
Él contará los días y los años
por dosmiles y siempres.
Como sé que un latido de manantial me ama
y no puedo contar los días para siempre,
siempre puedo, al final, amarle niño.
Madrid, 15 de diciembre de 1991