Asturica recibe al emperador Octavio Augusto

Ante la atenta mirada de un millar y medio de personas, el emperador romano Octavio Augusto ha entrado en la Plaza Mayor de la bimilenaria en su caballo azabache.

A pesar de la estruendosa pitada inicial que interrumpió parte de su discurso, el máximo mandatario romano se mostró muy satisfecho con el recibimiento, presentándose a los astures como “vuestro nuevo líder” y explicándoles que este asentamiento, que fundaron las tropas de la Legio X Gemina, se incorporaría “a un Imperio cuya labor civilizatoria se evidencia allá por donde camina”.

Agradeció, a su vez, su presencia a los nuevos ciudadanos romanos, no sin antes sentenciar que “a Roma no le tiembla la mano”, en un claro homenaje a las palabras que el procónsul Quinto Servilio Cepión pronunció en el año 139 a.C. cuando los asesinos de Viriato quisieron cobrar su recompensa.

Por su parte, el caudillo astur, Sebius, pidió a las tribus autóctonas que no se amedrentasen ante las palabras del dirigente, instándoles a no dejarse seducir por sus proclamas sobre las virtudes del Imperio.

Tras las palabras de ambos líderes, el júbilo del público hizo acto de presencia y los astures y los romanos emitieron sendos cánticos sobre las virtudes de su bando y las vergüenzas del rival.

El recibimiento a Octavio Augusto ha sido el escenario ideal para caldear el ambiente de cara al  Gran Circo Astur-Romano, que se celebrará mañana 28 de julio a partir de las 19:00h en la Plaza de Toros de Asturica Augusta.