Redacción
Martes, 01 de Agosto de 2023

La pieza del mes del Palacio de Gaudí será un ostensorio de Sigüeya del siglo XVIII

El objeto litúrgico tiene un astil balaustrado, de sol radiante y dispuesto para la colocación de la Sagrada Forma

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Durante el próximo mes de agosto, un ostensorio de 1760, de plata dorada y procedente del municipio de Sigüeya (León), se expondrá en el Museo de los Caminos del Palacio de Gaudí

 

El objeto litúrgico, tiene un astil balaustrado, de sol radiante y dispuesto para la colocación de la Sagrada Forma. Su pie, sobre zócalo liso, es tetralobulado, con dos cuerpos decorados con gallones y un escalón que los separa.

 

Los motivos florales y vegetales dominan el nudo ajarronado, que se asienta sobre una base de cuatro querubines alados. Hasta su unión con el viril, se suceden diversos cuerpos decorados y lisos.

 

El ostensorio presenta el viril decorado con doce rayos de notable anchura, decreciente en su base, que se unen entre sí con un fino calado formado por ces , estrellas y flores, enriquecido con treinta y siete piedras blancas y verdes. Se apoya en un gollete sobre el que descansa un querubín.

 

El colofón se remata con la Santa Cruz, decorada con motivos vegetales, rayos en el cuadrón central y una piedra.

 

Origen y desarrollo de los ostensorios

 

Un ostensorio es un objeto litúrgico que tiene su origen en el siglo XIII, y es utilizado en la tradición católica durante la adoración del Santísimo Sacramento, que es la hostia consagrada o la Eucaristía. Su propósito principal es exhibir y resaltar la hostia consagrada para la adoración y veneración de los fieles.

 

Suele estar hecho de materiales preciosos, como oro o plata, y tiene una forma elaborada y artística. Por lo general, consta de una base, una columna y una custodia en la parte superior, donde se coloca la hostia consagrada.

 

La custodia suele ser una pieza transparente de cristal o vidrio, lo que permite a los fieles ver la hostia mientras está expuesta.

 

Durante la adoración del Santísimo Sacramento, el sacerdote o el ministro coloca la hostia consagrada en el ostensorio y lo eleva para que los fieles puedan verla y adorarla. Es un momento de reverencia y oración, donde los católicos creen que Jesucristo está presente en cuerpo, sangre, alma y divinidad en la Eucaristía.

 

A lo largo de los siglos, el ostensorio ha sido un símbolo importante de la presencia de Cristo en la Eucaristía y de la adoración eucarística en la Iglesia Católica. Aunque los estilos y los materiales utilizados pueden han variado a lo largo del tiempo, su función fundamental de mostrar y resaltar la hostia consagrada ha perdurado hasta la actualidad.

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