La reina felona (y II)
![[Img #64887]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2023/9818_3-max-copia.jpg)
Tras la campaña de mayo de este año, municipal y autonómica, se precipitó la campaña nacional de Elecciones Generales, conocida como la de las mentiras del nuevo líder del PP. Los conservadores seguían atacando con el candidato elegido, tras extender la alfombra sin limpiar la casa. En campaña se sumaron las dificultades, con su rechazo a los debates propuestos y la aceptación de solo uno, en la tele de sus amigos, no en las de todos. Ante unos moderadores, que usaron el nombre, es más fácil copiar las formas que el contenido, pero que no moderaron. Sin espacio para propuestas, ni ideas., solo para encadenar las mentiras, falaces y medias verdades, sin que se pudieran replicar y derramando insultos y proposiciones capciosas, sin permitir que se evidenciaran.
En intervenciones posteriores el candidato del PP seria desenmascarado de sus mentiras, Atrapado, impuso su justificación y las suyas, tan mayúsculas y reiteradas, quedaron, según sus palabras, en inexactitudes. Todo esto, más la manipulación de las encuestas en los medios amigos, algunas resplandecientes como narcisos, junto con el resurgir de viejos asuntos, como su relación con un acreditado narcotraficante, reduciendo sus fechorías a contrabando de tabaco, con lo que debía considerar el candidato que así su amigo del alma Marcial Dorado era menos delincuente.
Otro más de sus errores de apreciación fue cuando justificó a un maltratador machista de Vox “porque había sufrido un divorcio violento” o, cuando en el Senado, calificó de “gente de bien” a quienes cojeaban por lo contrario. Fueron los factores que fraguaron su desastre, pues siendo el más votado no podría conseguir los votos para la formación de Gobierno, en un sistema que no es presidencialista, sino parlamentario, y solo se puede sostener ignorando la Constitución, aunque a estas alturas Vox ha dejado el palmarés muy alto y la ignorancia ya no importa.
Como Ayuso, que tenía varios temas que aclarar y no los aclaró, sino que los embarró, desde los avales perdidos en empresas de su familia, la compra de mascarillas con comisiones escandalosas por parte de su desaparecido hermano, la defenestración de su presidente por querer saber lo que ocurría y por propiciar la llegada en falso del sucesor, sin limpiar la casa y solo con la alfombra extendida. Más las muertes por millares de los ancianos en las residencias -qué importa unos miles si había tantos-, más el excesivo porcentaje de víctimas, mientras ella rendía homenaje al cemento y al ladrillo en un estrambótico hospital innecesario, construido, eso sí, en tiempo para figurar en el Guinness publicitario, que posiblemente resultara más idóneo como mausoleo, aunque no olvidemos lo que le pasó a aquel Dictador, que acabó fuera, que la historia se reescribe sobre las injusticias impuestas.
Son demasiados pasos en falso no aclarados, que la sociedad necesita saber y ella ha impuesto el silencio y la ocultación. A pesar de los encubrimientos de las mayorías absolutas en los tiempos de la hipocresía, los españoles lo querrán saber y la democracia acabará aclarándolo. Feijoo consiguió eludir durante mucho tiempo lo del amigo Marcial, pero salió, que el pasado se niega, pero no se borra.
Ella no ofrece la verdadera ‘Libertad’, las de los derechos, la que se escribe con mayúscula, sino la limitada a las cañas y las terrazas. Al tiempo que hace del Madrid de todos un nuevo foco de nacionalismo, que se aprovecha de privilegios, con dumping, en perjuicio de las otras comunidades e intenta destruir la Sanidad Pública, sustituyéndolo por el negocio de seguros médicos privados de unos, sus amigos, en contra de los intereses de la mayoría. Juega a hacer hospitales record sin proveerlo de quirófanos y detrayendo el personal de los otros, sin aumentarlo, al tiempo que desmantela la atención primaria, ahogándola, clave que es de los excepcionales sanitarios con los que contamos.
Promete bajar los impuestos de sus súbditos, mientras pide más dinero público al Estado. Las becas, como mecanismo de igualdad de oportunidades y redistribución, ella se las da a los ricos, con lo que no aminora los desequilibrios sino que los aumenta. Consejeros suyos de altas rentas se hacen pasar por vulnerables para llegar a final de mes, cuando lo que son es sinvergüenzas.
Tras el último batacazo de su partido, como consecuencia de las mentiras que se impusieron en campaña, Esperanza Aguirre, la Rana Madre y mentirosa compulsiva, en vez de señalarla como mala presidenta, que no da cuentas, ni explicaciones de la superior mortandad registrada proporcionalmente en la pandemia y mucho menos de los miles de muertes en las residencias de mayores, la ofrece como alternativa para conseguir la Caja. En vez de entender la lección de las urnas de que los españoles, en las últimas elecciones, la mayoría, teme más a Vox que al fuego fatuo de Bildu, la propone como recambio, aprovechando que el Manzanares pasa por la Villa y Corte.
Desde un Madrid que ha dejado de ser la ciudad abierta de todos, que era, para ser solo de los suyos, los felones. Con la misma devoción que como presidenta de su Comunidad la proclamaron reina de España, con la misma legitimidad que los ‘berluscones’ han proclamado a doña Belén Esteban princesa del Pueblo o a Ana Rosa Reina de la Mañana, que como la Estrella enseguida desaparece. Esta tendencia democratizadora y popular de lo monárquico debe ser una querencia de la audiencia de Mediaset y de los felones madrileños o quizá sean los mismos. A la Reina Felona le va bien, como le fue al rey Felón cuando los madrileños la arrastraron a palacio, pero a los de su partido y a los españoles les va peor.
En aquellos, tiempos las cosas fueron cruelmente mal, con miles de liberales perseguidos y ajusticiados por su empeño por el progreso y el bien de todos, no solo el de ellos. Doscientos años de historia y civilización les salvan a los de ahora, lejos de aquellos extremos y tres guerras civiles.
De ahí pudo venir que ella, cuando le comenzaron los delirios de grandeza, se comparara con el presidente del Gobierno. Lo que le llevó a decir que Madrid era España, con lo que confundió el ombligo, su Comunidad, con todo el cuerpo, España, y ahí, posiblemente, además de un trabalenguas al estilo de Rajoy, estuviera el origen del nacionalismo madrileño que creara, con todos los tópicos del nacionalismo español, acompasado con los de los nacionalismos periféricos. Algo muy propio de una mentalidad vallisoletana, pues no olvidemos que ‘Fachadolid’ fue por unos años capital de España y algo siempre queda, que el que tuvo retuvo y por ella entró ahora la Involución. Metidos ya en delirios, como en los del alcohol, de ahí pudo provenir que algunos de sus consejeros, por el lado opuesto, se vieran como vulnerables. Un vicio similar al de ella, que ve en el lado fascista de Vox un aliado natural para su misma grandeza y en el de sus ignorancias un plácido colchón para sus devaneos, aunque eso fuera más propio que del rey Felón, de su hija Felona.
Mientras que ella, sin nada de humanismo, con ínfima miseria, al estilo de Fernando VII, calumnia sin base, ni prueba, de lo que ya ha pactado Sánchez en Waterloo, desollando el marrano antes de matarlo, valiéndose de la dignidad de su cargo, al que ella y sus actos hace tan indigno. A la vez que se postula para conducir al país desde las simas de inanidad en las que le está situando, aunque es verdad que ‘Fakesjoo’ le gana diciendo mentiras, por la sola razón de que le ha tocado hablar más.
A veces al escucharla con voz masculinizada y pensamiento machista, mientras que se muestra muy suelta cuando habla por sí misma, hay que lamentar que no se le pueda pedir a Miguel Ángel Rodríguez que se lave la boca. A fin de cuentas los enjuagues son de partido, con sus mandatarios y seguidores de sus desvaríos. Como con Franco, que tenía sus propias responsabilidades y, quienes, cobardes, se cobijaban bajo él, como él bajo el palio, las suyas propias.
Ella se refiere a la España real, apropiándosela como suya. Debe pensar en la que no ha conseguido poder formar Gobierno con las elecciones, por mucho que le pese a un anciano y mentiroso periodista, con veleidades terroristas, que ejerció con la obsesión de cambiar presidentes a su mal gusto, no con la ley. Sin reconocer que lo daban por hecho y tan solo iban de farol, para señalar, sin perder comba, que ya tiene en el punto de mira a Feijoo, ella que ya cuenta con experiencia para apuñalar por la espalda al presidente de su partido, porque le cortaba su camino y sus ambiciones. Al sustituto le conmina a que no pacte con Sánchez. Sin darse cuenta de que aparte de encarnar el Sanchismo, es él, Pedro Sánchez, el que electoralmente ha derrotado a los presidentes Rajoy, Casado y Feijoo, y dicho adiós por inútiles a Ribera y Arrimadas, de momento, y frenado a Abascal, que ya se veía vicepresidente, cortando la tendencia, con otra excepción ibérica, de lo que le venía a Europa- ¿Pudiera ser ella, la reina Felona, la siguiente?
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![[Img #64887]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2023/9818_3-max-copia.jpg)
Tras la campaña de mayo de este año, municipal y autonómica, se precipitó la campaña nacional de Elecciones Generales, conocida como la de las mentiras del nuevo líder del PP. Los conservadores seguían atacando con el candidato elegido, tras extender la alfombra sin limpiar la casa. En campaña se sumaron las dificultades, con su rechazo a los debates propuestos y la aceptación de solo uno, en la tele de sus amigos, no en las de todos. Ante unos moderadores, que usaron el nombre, es más fácil copiar las formas que el contenido, pero que no moderaron. Sin espacio para propuestas, ni ideas., solo para encadenar las mentiras, falaces y medias verdades, sin que se pudieran replicar y derramando insultos y proposiciones capciosas, sin permitir que se evidenciaran.
En intervenciones posteriores el candidato del PP seria desenmascarado de sus mentiras, Atrapado, impuso su justificación y las suyas, tan mayúsculas y reiteradas, quedaron, según sus palabras, en inexactitudes. Todo esto, más la manipulación de las encuestas en los medios amigos, algunas resplandecientes como narcisos, junto con el resurgir de viejos asuntos, como su relación con un acreditado narcotraficante, reduciendo sus fechorías a contrabando de tabaco, con lo que debía considerar el candidato que así su amigo del alma Marcial Dorado era menos delincuente.
Otro más de sus errores de apreciación fue cuando justificó a un maltratador machista de Vox “porque había sufrido un divorcio violento” o, cuando en el Senado, calificó de “gente de bien” a quienes cojeaban por lo contrario. Fueron los factores que fraguaron su desastre, pues siendo el más votado no podría conseguir los votos para la formación de Gobierno, en un sistema que no es presidencialista, sino parlamentario, y solo se puede sostener ignorando la Constitución, aunque a estas alturas Vox ha dejado el palmarés muy alto y la ignorancia ya no importa.
Como Ayuso, que tenía varios temas que aclarar y no los aclaró, sino que los embarró, desde los avales perdidos en empresas de su familia, la compra de mascarillas con comisiones escandalosas por parte de su desaparecido hermano, la defenestración de su presidente por querer saber lo que ocurría y por propiciar la llegada en falso del sucesor, sin limpiar la casa y solo con la alfombra extendida. Más las muertes por millares de los ancianos en las residencias -qué importa unos miles si había tantos-, más el excesivo porcentaje de víctimas, mientras ella rendía homenaje al cemento y al ladrillo en un estrambótico hospital innecesario, construido, eso sí, en tiempo para figurar en el Guinness publicitario, que posiblemente resultara más idóneo como mausoleo, aunque no olvidemos lo que le pasó a aquel Dictador, que acabó fuera, que la historia se reescribe sobre las injusticias impuestas.
Son demasiados pasos en falso no aclarados, que la sociedad necesita saber y ella ha impuesto el silencio y la ocultación. A pesar de los encubrimientos de las mayorías absolutas en los tiempos de la hipocresía, los españoles lo querrán saber y la democracia acabará aclarándolo. Feijoo consiguió eludir durante mucho tiempo lo del amigo Marcial, pero salió, que el pasado se niega, pero no se borra.
Ella no ofrece la verdadera ‘Libertad’, las de los derechos, la que se escribe con mayúscula, sino la limitada a las cañas y las terrazas. Al tiempo que hace del Madrid de todos un nuevo foco de nacionalismo, que se aprovecha de privilegios, con dumping, en perjuicio de las otras comunidades e intenta destruir la Sanidad Pública, sustituyéndolo por el negocio de seguros médicos privados de unos, sus amigos, en contra de los intereses de la mayoría. Juega a hacer hospitales record sin proveerlo de quirófanos y detrayendo el personal de los otros, sin aumentarlo, al tiempo que desmantela la atención primaria, ahogándola, clave que es de los excepcionales sanitarios con los que contamos.
Promete bajar los impuestos de sus súbditos, mientras pide más dinero público al Estado. Las becas, como mecanismo de igualdad de oportunidades y redistribución, ella se las da a los ricos, con lo que no aminora los desequilibrios sino que los aumenta. Consejeros suyos de altas rentas se hacen pasar por vulnerables para llegar a final de mes, cuando lo que son es sinvergüenzas.
Tras el último batacazo de su partido, como consecuencia de las mentiras que se impusieron en campaña, Esperanza Aguirre, la Rana Madre y mentirosa compulsiva, en vez de señalarla como mala presidenta, que no da cuentas, ni explicaciones de la superior mortandad registrada proporcionalmente en la pandemia y mucho menos de los miles de muertes en las residencias de mayores, la ofrece como alternativa para conseguir la Caja. En vez de entender la lección de las urnas de que los españoles, en las últimas elecciones, la mayoría, teme más a Vox que al fuego fatuo de Bildu, la propone como recambio, aprovechando que el Manzanares pasa por la Villa y Corte.
Desde un Madrid que ha dejado de ser la ciudad abierta de todos, que era, para ser solo de los suyos, los felones. Con la misma devoción que como presidenta de su Comunidad la proclamaron reina de España, con la misma legitimidad que los ‘berluscones’ han proclamado a doña Belén Esteban princesa del Pueblo o a Ana Rosa Reina de la Mañana, que como la Estrella enseguida desaparece. Esta tendencia democratizadora y popular de lo monárquico debe ser una querencia de la audiencia de Mediaset y de los felones madrileños o quizá sean los mismos. A la Reina Felona le va bien, como le fue al rey Felón cuando los madrileños la arrastraron a palacio, pero a los de su partido y a los españoles les va peor.
En aquellos, tiempos las cosas fueron cruelmente mal, con miles de liberales perseguidos y ajusticiados por su empeño por el progreso y el bien de todos, no solo el de ellos. Doscientos años de historia y civilización les salvan a los de ahora, lejos de aquellos extremos y tres guerras civiles.
De ahí pudo venir que ella, cuando le comenzaron los delirios de grandeza, se comparara con el presidente del Gobierno. Lo que le llevó a decir que Madrid era España, con lo que confundió el ombligo, su Comunidad, con todo el cuerpo, España, y ahí, posiblemente, además de un trabalenguas al estilo de Rajoy, estuviera el origen del nacionalismo madrileño que creara, con todos los tópicos del nacionalismo español, acompasado con los de los nacionalismos periféricos. Algo muy propio de una mentalidad vallisoletana, pues no olvidemos que ‘Fachadolid’ fue por unos años capital de España y algo siempre queda, que el que tuvo retuvo y por ella entró ahora la Involución. Metidos ya en delirios, como en los del alcohol, de ahí pudo provenir que algunos de sus consejeros, por el lado opuesto, se vieran como vulnerables. Un vicio similar al de ella, que ve en el lado fascista de Vox un aliado natural para su misma grandeza y en el de sus ignorancias un plácido colchón para sus devaneos, aunque eso fuera más propio que del rey Felón, de su hija Felona.
Mientras que ella, sin nada de humanismo, con ínfima miseria, al estilo de Fernando VII, calumnia sin base, ni prueba, de lo que ya ha pactado Sánchez en Waterloo, desollando el marrano antes de matarlo, valiéndose de la dignidad de su cargo, al que ella y sus actos hace tan indigno. A la vez que se postula para conducir al país desde las simas de inanidad en las que le está situando, aunque es verdad que ‘Fakesjoo’ le gana diciendo mentiras, por la sola razón de que le ha tocado hablar más.
A veces al escucharla con voz masculinizada y pensamiento machista, mientras que se muestra muy suelta cuando habla por sí misma, hay que lamentar que no se le pueda pedir a Miguel Ángel Rodríguez que se lave la boca. A fin de cuentas los enjuagues son de partido, con sus mandatarios y seguidores de sus desvaríos. Como con Franco, que tenía sus propias responsabilidades y, quienes, cobardes, se cobijaban bajo él, como él bajo el palio, las suyas propias.
Ella se refiere a la España real, apropiándosela como suya. Debe pensar en la que no ha conseguido poder formar Gobierno con las elecciones, por mucho que le pese a un anciano y mentiroso periodista, con veleidades terroristas, que ejerció con la obsesión de cambiar presidentes a su mal gusto, no con la ley. Sin reconocer que lo daban por hecho y tan solo iban de farol, para señalar, sin perder comba, que ya tiene en el punto de mira a Feijoo, ella que ya cuenta con experiencia para apuñalar por la espalda al presidente de su partido, porque le cortaba su camino y sus ambiciones. Al sustituto le conmina a que no pacte con Sánchez. Sin darse cuenta de que aparte de encarnar el Sanchismo, es él, Pedro Sánchez, el que electoralmente ha derrotado a los presidentes Rajoy, Casado y Feijoo, y dicho adiós por inútiles a Ribera y Arrimadas, de momento, y frenado a Abascal, que ya se veía vicepresidente, cortando la tendencia, con otra excepción ibérica, de lo que le venía a Europa- ¿Pudiera ser ella, la reina Felona, la siguiente?
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