Asun Seco
Domingo, 13 de Agosto de 2023

Andanzas teatrales

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La búsqueda casual en un antiguo armario repleto de viejos papeles me abrió una parcela del pasado en el que un grupo de jóvenes astorganos canalizamos nuestras inquietudes culturales, artísticas y lúdicas en una revista, Andanzas. La relectura de sus trece números me sirvió de acicate para destejer las telas de araña de la memoria e hizo aflorar recuerdos de una etapa vital decisiva.

 

En el club El Quijote el entusiasmo juvenil se manifestó en la realización de múltiples actividades que serían enumeradas y valoradas en una de sus secciones, Clubidades, neologismo que ya muestra el afán innovador de sus socios. Una de las más significativas fue el teatro. Más de una docena de obras leímos, discutimos y representamos en el Teatro Gullón, en el Teatro Diocesano y en el local del club.

 

Clubidades da cuenta de alguna de ellas. En el primer número de Andanzas ya se anuncian los ensayos de El médico a palos del gran Molière. Pero...la rebeldía juvenil no se siente identificada con la obra y se sustituye. El cambio de texto dramático es interesante. La elegida es Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre. El Teatro de Agitación Social que hacía el autor en los años 50 coincidía más con las inquietudes de los integrantes del club. El compromiso y el antibelicismo de la obra conectaba mejor con nuestros idealistas intereses.

 

 

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Un artículo de José Miguel de Haro, director de la obra y compañero de clase, analiza en la revista la vida y la obra del autor. Destaca, con madurez inusitada, el pacifismo y la preocupación social de Sastre. Señala cómo va dirigida a un público minoritario, en el que se ve que nos incluye, e incide en la idea de que es un teatro para pensar. Esa intensidad temática tendría su contrapartida en el atractivo generado por “el cuadro escénico del club”. Como el estreno de la obra en febrero de 1972 fue un éxito se volvió a poner en escena El cuervo del mismo autor.

 

En el sexto número de Andanzas, Clubidades certeramente manifiesta: “Dos obras se están ensayando; por una parte, los chicos con Escuadra hacia la muerte, y por otra las féminas con La casa de Bernarda Alba. En este mes una de las dos será puesta en escena. ¿Quién será?; por lógica tenía que ser el sexo fuerte, pero hoy día cualquiera se fía...” El redactor de esta reseña ya destaca por un lado la rivalidad chicos/féminas y por otro el cambio de mentalidad que se está fraguando en la sociedad respecto a las mujeres.

 

Así fue. Las ‘chicas’, cuando comprobamos que la obra de ellos era representada por seis actores, haciendo gala de un feminismo incipiente, reclamamos nuestra aportación y decidimos subir a los escenarios la magnífica obra de Federico García Lorca La casa de Bernarda Alba, representa por nosotros  en marzo de 1972. Quince actrices, novatas, asumimos el riesgo de difundir el maravilloso lenguaje lorquiano. ¡Qué atrevimiento¡ La admiración hacia la obra de Federico nos llegó de la influencia de compañeros redentoristas que venían de su Granada. Tuvimos la enorme suerte de compartir con ellos aficiones, curso y amistad. El conocimiento teatral que habían adquirido hizo que dirigieran con pericia la obra y compusieran una escenografía espléndida.

 

En un teatro Gullón abarrotado de familiares, amigos y compañeros estrenamos la lucha de la libertad de Adela frente a la opresión de Bernarda. No éramos conscientes de la magnitud del empeño y todavía hoy me sorprende que no nos impidieran representarla cuando la censura imperaba. El resultado fue muy satisfactorio para el ‘elenco artístico’ y la consecuencia fue que al año siguiente se representó, con igual éxito de público y crítica, Bodas de sangre.

 

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Otra actividad teatral reflejada en la revista es el Café-teatro. Los sábados por la tarde se leían y comentaban obras de dramaturgos españoles y extranjeros rompedores con el teatro tradicional. Gracias a las publicaciones de Primer acto, vendidas por el entrañable señor Ramón, teníamos acceso a las obras dramáticas actuales. En su quiosco muchos nos aficionamos a la lectura comprando sus tebeos.

 

Una de las primeras fue Historia de un zoo de Edward Albee “una de las más representativas de este autor y la puerta de entrada del nuevo teatro de E.E.U.U” En ella refleja los problemas sobre la comunicación. Esta idea sirvió para el teatro-fórum que siguió a la representación. Ese esquema se siguió con otras obras: Oración de Fernando Arrabal, Los opositores de Antonio Martínez Ballesteros etc.

 

Incluso el club tuvo su propio dramaturgo, Vicente Ángel Pérez López, para nosotros ‘Toti’, redactor prolífico en esta revista y dramaturgo de una obra titulada El autor. A través de los diálogos muestra las peripecias de un autor que quiere escribir una obra de teatro. Esta primicia se estrenará, con éxito, en el Festival de Cáritas en el teatro Gullón.

 

La última reseña de Clubidades fue la crítica de la representación de El malentendido de Albert Camus, que hasta salió de gira y se representó en el Instituto Padre Isla de León.  

 

Toda esta efervescencia teatral me lleva a la siguiente pregunta ¿Cómo un grupo de chicas y chicos eligieron obras tan innovadoras, comprometidas y sociales de autores como Sastre, Camus... o incluso prohibidas como las obras de Lorca, en una ciudad tan conservadora? Una posible explicación puede ser que, tras el aparente inmovilismo de la sociedad, surgieron corrientes aperturistas que generaron algunos profesores del instituto y que muchos jóvenes conseguimos captar. Así todo, también es justo reconocer que esta energía juvenil no hubiera sido posible sin la iniciativa de algunos sacerdotes de la iglesia posconciliar astorgana que permitieron que chicos y chicas pudieran relacionarse libremente y en igualdad en el club El Quijote, algo que no era común en esa época gris.

 

 

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Actualmente, en un contexto muy diferente, los jóvenes astorganos seguramente tendrán otras oportunidades para desarrollar sus inquietudes artísticas y culturales en un Teatro Gullón restaurado gracias a la excelente gestión del alcalde Juan José Alonso Perandones, compañero de fatigas en las clases de literatura de C.O.U. en esa época. Y en ese escenario en el que representamos a Lorca hace cincuenta años, hoy las nuevas generaciones representan otras obras y triunfan en un magnífico Festival de Cortos de Astorga.

 

 

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