'Olas de más': instantes de más por la poesía

Con el aforo mediado del salón de actos de la Biblioteca de Astorga, comenzaba en la tarde de este miércoles la presentación de ‘Olas de mar’, poemario de Emilio Pedro Gómez, a cargo de José del Río.

Tras un breve repaso bio-bibliográfico, decía del Río en el preámbulo :"La presentación de un nuevo poemario de Emilio Pedro Gómez se ha convertido ya en un clásico de las fiestas de Astorga, porque este astorgano nos ha ido presentando puntualmente su obra poética, una obra que abarca una docena de libros a la cual se añade el que nos ocupa titulado ‘Olas de más’".

'Olas de más', continuaba José del Río, se estructura en diez partes cada una de las cuales gira en torno a un tema o motivo como la identidad, el amor, la vejez, la muerte, la memoria, el olvido, la naturaleza. Todos temas relacionados con aspectos esenciales de la vida humana. De modo que eso es lo que da unidad al poemario.

‘Adentro’ es la primera de las diez partes. El poeta hace introspección de su vida cotidiana con una mirada que incluye a los demás. Pretende como dice en uno de sus poemas: “respirar en lo ajeno el yo que somos”.

La segunda parte viene teñida de memoria y se alimenta con los recuerdos de la infancia. Aquí aparece Astorga como fondo de aquellas experiencias.

‘Acordes’, es el título de la tercera parte y se centra en "el amor de pareja cuando se ha calmado el vendaval de la pasión y sopla una brisa que envuelve cuerpos y almas como un abrazo de sábanas blancas". Estos poemas amorosos superan lo personal, matizaba del Río, para alcanzar un sentido universal que no es otro que la afirmación del amor en todas las circunstancias.

El otoño como metáfora de la vejez aglutina los poemas de la cuarta parte. La vejez vista como una edad abierta, en la que podríamos repetir con Althusser: "el porvenir es largo".

La muerte es el motivo que aglutina los poemas de la quinta parte titulada ‘Después’. 

‘Pulso a la tierra’ es el título de la sexta parte. "Son apuntes fugaces, precisos, densos, que están en la cabeza de cada lector evocando paisajes vistos o intuidos. En estos poemas el yo desaparece y la naturaleza irrumpe sin intermediarios."

‘Nómada’ es el título de la séptima parte, poemas que nacen de la experiencia de viajar. "Una reflexión sobre la naturaleza viajera del ser humano". “Poemas donde se mezclan armoniosamente el tono y reflexivo y descriptivo y esto los carga de sugerencias."

“En la parte octava los poemas aluden a nuestro mundo, a nuestra sociedad a nuestra cultura y Emilio extiende una mirada crítica, a veces irónica sobre la política, las nuevas tecnologías de la comunicación, las emigraciones, el consumismo, la acción destructora del hombre la contaminación."

En la parte novena se pregunta sobre el sentido de seguir escribiendo poemas en esta circunstancia de fin de mundo. Parece llegar a la conclusión de que escribir poemas y leerlos tiene sentido porque 'la poesía nos sirve para entrar en lo invisible, para oír la música inmóvil de las cosas, para aclamar restos de utopía, para cultivar las penumbras de lo amado, para perfeccionar la luz'.

En la última parte 'Misterio y fuga', los poemas expresan el conflicto entre la memoria y el olvido. 

'Olas de más', sugería José del Río, "es en definitiva un poemario total, una suma poética que se asoma desde una perspectiva radicalmente contemporánea a los grandes temas que han ocupado la poesía de todos los tiempos: El amor, la soledad, la muerte, la naturaleza, la memoria y, aglutinándolos a todos, el paso del tiempo con su poder erosivo…Somos nosotros la materia de este libro porque toca problemas fundamentales de la naturaleza humana…Aunque la poesía no da soluciones si puede emocionarnos con la belleza de las palabras para llevarnos hacia el interior de nosotros mismos, y eso ‘Olas de más’ lo consigue plenamente.

A continuación Emilio Pedro Gómez hizo unas consideraciones acerca del modo de construcción del libro que se presentaba:

"Empecé a escribir este libro como si me empleara en vaciar una maleta que ni siquiera sabía que viajaba conmigo. Iba reconociendo como segmentos de mi vida los poemas que surgían. Escribirlos era crear un horizonte inédito de palabras, imágenes, sugerencias…Ha sido escrito en libertad, sin explícitas cortapisas en fondo y forma, incluyendo rasgos descriptivos, pero abierto también a dejar sedimento de la emoción lingüística y a integrar abstracción con reflexiones informativas…Intentando respirar las cosas por su propio pulmón me debato entre optar por la claridad o por la transparencia. Entre estas dos referencias me sitúo…”

“Quizás este libro", seguía contando Emilio, "sea una muestra de que no dejo de ser un escritor en duda, un arranque de poeta en pleno aprendizaje. Desearía escribir con más rigor direccional, madurar hacia otra poesía más segura de sí misma sin renunciar a mis grietas hacia el asombro, ni a seguir cultivándolo…”

Este libro, aclaraba Emilio Pedro, "viene a ser una playa a la que van llegando olas poéticas. Con experiencias, reflexiones y percepciones intuitivas de las diferentes edades de la vida…Las experiencias culturales de quien lee un libro o acude a un concierto son emociones, vidas de más. Con más razón si cabe se puede aplicar esta idea a palpitaciones de creación poética como son los poemas recogidos en ‘Olas de más’. Estos poemas, este libro pueden ser momentos de más. Porque con frecuencia escribir poemas es vivir dos veces; viviendo primero en el latido de la experiencia física y psíquica de la que emanan los versos y en segundo lugar viviendo el latir poético posterior al escribirlos. Quizás en ese fluir de olas que conforman una vida este segundo oleaje de escritura pudiera considerarse un añadido vital innecesario olas de más….”

"Desde el primer verso al último he procurado escribir amando la humanidad, el hogar del planeta en que moramos…Escribir desde la letra y pobreza de los pájaros en deuda con los árboles y la otredad humana, escribir para afirmar el mundo, no para explotarlo".

A continuación el poeta hizo una lectura de sus poemas sobre un fondo fotográfico precioso y surrealista, para terminar en un breve debate con el público.