Unas Fiestas de pocas luces
![[Img #65419]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/09_2023/1326_3-dsc_0123-copia.jpg)
“Hubo un rey de romanos que fue empeñado en Maguncia por Siete Electores. Cuenta la historia Gaspar Raeder, sin poner en claro de qué emperador se trataba. La cosa fue que los electores se pasaron ocho meses y doce días comiendo, bebiendo y eligiendo emperador. Electo este, se encontraron los electores que no tenían dinero para pagar sus deudas maguntinas, los barriles de vino y cerveza, los tocinos y pavipollos y las tartas de manzanas... El emperador electo estaba sin blanca. (Sería un Habsburgo o un Wittelbach.) Los hosteleros y taberneros de Maguncia se amotinaron reclamando sus dineros y los electores acordaron dejarles en prenda al emperador. Los maguntinos eligieron un confiscador del Imperio y se cobraron de las rentas de la Sacra Cesárea Majestad. Los Siete Electores y su séquito habían comido dos mil cerdos, veintiséis mil gallos y gallinas, tres mil libras de manteca, seis mil de tocino, dos mil de truchas, ochocientos faisanes, ciento cuarenta corzos, dos mil corderos… El vino y la cerveza pasaban de dos mil barricas… No tendría blanca el emperador, pero para que los de Maguncia lo aceptasen, en prenda de tales banquetes, no cabe duda de que era todo un emperador.
Tardó seis meses en desempeñarse, y esos seis meses vivió a costa del obispo, comiendo olla podrida de Zollhaus, truchas del Rin y mantecadas de las Clarisas, bebiendo vino blanco de Kapellenberg, el vino episcopal de Maguncia, un vino fresco, que en su frescura esconde un suave calor que, poco a poco, va volteando la cabeza y enredando las piernas."*
¿Y qué tendrá que ver esto con las Fiestas Patronales de Astorga?
Nada, absolutamente nada.
*Álvaro Cunqueiro. ‘La cocina cristiana de occidente’; Editorial Taber, 1967; pag 17
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“Hubo un rey de romanos que fue empeñado en Maguncia por Siete Electores. Cuenta la historia Gaspar Raeder, sin poner en claro de qué emperador se trataba. La cosa fue que los electores se pasaron ocho meses y doce días comiendo, bebiendo y eligiendo emperador. Electo este, se encontraron los electores que no tenían dinero para pagar sus deudas maguntinas, los barriles de vino y cerveza, los tocinos y pavipollos y las tartas de manzanas... El emperador electo estaba sin blanca. (Sería un Habsburgo o un Wittelbach.) Los hosteleros y taberneros de Maguncia se amotinaron reclamando sus dineros y los electores acordaron dejarles en prenda al emperador. Los maguntinos eligieron un confiscador del Imperio y se cobraron de las rentas de la Sacra Cesárea Majestad. Los Siete Electores y su séquito habían comido dos mil cerdos, veintiséis mil gallos y gallinas, tres mil libras de manteca, seis mil de tocino, dos mil de truchas, ochocientos faisanes, ciento cuarenta corzos, dos mil corderos… El vino y la cerveza pasaban de dos mil barricas… No tendría blanca el emperador, pero para que los de Maguncia lo aceptasen, en prenda de tales banquetes, no cabe duda de que era todo un emperador.
Tardó seis meses en desempeñarse, y esos seis meses vivió a costa del obispo, comiendo olla podrida de Zollhaus, truchas del Rin y mantecadas de las Clarisas, bebiendo vino blanco de Kapellenberg, el vino episcopal de Maguncia, un vino fresco, que en su frescura esconde un suave calor que, poco a poco, va volteando la cabeza y enredando las piernas."*
¿Y qué tendrá que ver esto con las Fiestas Patronales de Astorga?
Nada, absolutamente nada.
*Álvaro Cunqueiro. ‘La cocina cristiana de occidente’; Editorial Taber, 1967; pag 17






