Septiembre
![[Img #65521]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/09_2023/9042_6-nuria-copia.jpg)
Aún es verano. Muchos se empeñan en proclamar que ha llegado el otoño cuando septiembre es un mes repleto de delicias, temperaturas fantásticas y paisajes inolvidables. El mes donde el mar muestra su cara más bella con sus mareas vivas y sus tonos de azules tan deslumbrantes en su variedad, como vibrantes en sus perfectas ondulaciones. Donde los baños de mar resultan un completo goce de calidez, y extremo relax, para el cuerpo y el espíritu.
Septiembre como ensoñación y elogio de la tranquilidad. Espectáculo terrestre del planeta que se pliega muy lentamente, hacia nuevas temperaturas.
Pasadas las aglomeraciones de los meses punta, este mes se revela como el perfecto equilibrio del verano: temperaturas idóneas, buscados recovecos, dunas doradas, calas escondidas, montes y ríos que ofrecen su belleza natural sin desmerecer de los fulgores primeros de un verano abrumador por calorífico y pegajoso. Defender septiembre por necesidad de las oportunidades que ofrece. Vivir su luz y su destello con la pasión de retener lo intangible.
Se me ocurre un poema; ustedes verán si estoy en lo cierto. Aunque no sea así, les recomiendo cambiar su perspectiva.
Bendita lluvia si se derrama en este mes hospitalario.
Bendito el suelo que se pisa, ondulante, aún sin hojarasca.
Bendita soledad la de septiembre que regala la arena purificada por el yodo.
Bendito el arroyuelo que corre entre las fisuras de la roca.
Bendito este septiembre que el sol arrulla entre los acantilados y las algas.
Encomendarse a este mes como al último refugio del estío. Aún es verano. Procuren disfrutarlo como una onza del más exquisito chocolate.
Aún es verano. Muchos se empeñan en proclamar que ha llegado el otoño cuando septiembre es un mes repleto de delicias, temperaturas fantásticas y paisajes inolvidables. El mes donde el mar muestra su cara más bella con sus mareas vivas y sus tonos de azules tan deslumbrantes en su variedad, como vibrantes en sus perfectas ondulaciones. Donde los baños de mar resultan un completo goce de calidez, y extremo relax, para el cuerpo y el espíritu.
Septiembre como ensoñación y elogio de la tranquilidad. Espectáculo terrestre del planeta que se pliega muy lentamente, hacia nuevas temperaturas.
Pasadas las aglomeraciones de los meses punta, este mes se revela como el perfecto equilibrio del verano: temperaturas idóneas, buscados recovecos, dunas doradas, calas escondidas, montes y ríos que ofrecen su belleza natural sin desmerecer de los fulgores primeros de un verano abrumador por calorífico y pegajoso. Defender septiembre por necesidad de las oportunidades que ofrece. Vivir su luz y su destello con la pasión de retener lo intangible.
Se me ocurre un poema; ustedes verán si estoy en lo cierto. Aunque no sea así, les recomiendo cambiar su perspectiva.
Bendita lluvia si se derrama en este mes hospitalario.
Bendito el suelo que se pisa, ondulante, aún sin hojarasca.
Bendita soledad la de septiembre que regala la arena purificada por el yodo.
Bendito el arroyuelo que corre entre las fisuras de la roca.
Bendito este septiembre que el sol arrulla entre los acantilados y las algas.
Encomendarse a este mes como al último refugio del estío. Aún es verano. Procuren disfrutarlo como una onza del más exquisito chocolate.