El gobierno municipal de Astorga no lee a Irene Némirovsky

Pues bien pudieran, ya que ‘Suite francesa’ es el libro elegido por el Club de Lectura de la Biblioteca Municipal de Astorga para el próximo encuentro. Del actual equipo de gobierno, fuera de lo nominal, nadie participa en las lecturas programadas.

Esto debe de ser una casualidad entre otras tantas en lo que se refiere a su presencia en la cultura de nuestra pequeña localidad, cuando no se sienten los protagonistas. Recordemos que el lema de su campaña era ‘El protagonista eres tú’, sin que a estas alturas nadie sepa todavía quién sea ese ‘tú’. ¿O sí?

De ahí la ausencia reiterada de alguno de los ‘Concejales Delegados’ en la convocatoria de los lunes por parte de la ‘Plataforma Ciudadana de Astorga por la Igualdad y contra la Violencia. Entre tanta grita aún no saben escucharse. ¡ No tienen costumbre de silencio, ni de paloma!

Es verdad que la antigua Corporación, teniendo más presencia en cada uno de estos actos, desde que salieron de la casona han comenzado a flaquear. Como si la poesía y la sensibilización ciudadana fuesen valiosas dependiendo de la ideología de quién las convoque, o de la de la poeta de turno. Sobre este asunto hemos comprobado que el sectarismo viene bien repartido.

Cuando un gobierno en el poder sigue las mismas maneras que cuando era la oposición es seña inequívoca de una política populista, o de que permanece varado en la ineptitud. La culpa de sus contrariedades, -algo habitual en cualquier administración- se la adjudica por norma a quienes les precedieron e hicieron las cosas de cualquier manera. Ningún reconocimiento a los logros conseguidos. No les escucharás decir que la resolución del Plan de Urbanismo es un mérito de anteriores Corporaciones. Incluso pretenderán hacerlo propio y exclusivo.

Ahora que la piscina está bien fresquita intentamos saber la causa. Misterio que parece debido al frío ambiental. Luego, después de las protestas, el concejal, resucitando bravíos 'Palomares', se lanza a la piscina con tecnicismos inocuos. ¡Quién dijo fría!: “No funcionan las placas, ni el deshumidificador, ni el sistema de recirculación del aire"; o justificaciones desmañadas: "los Servicios Sanitarios cerrarían la instalación si no mantenemos la diferencia de entre uno y dos grados que tiene que haber entre la temperatura ambiente y la del agua. La mejor solución es bajar la temperatura del agua”. Lo que no es más que un completo desatino de esa lectura legalista de la norma proclamada. Una piscina de patinaje en grado cero protegida por la legalidad natatoria era la sorpresa de fin de año, desvelada inopinadamente por el enredo de dos correíllas. Por supuesto que la causa de los problemas actuales no es más que la desidia de la corporación saliente, que desvió unos dinerillos ya presupuestados, a otra mariposa.

Así también, y es ya cansino, con el problema de los ‘hermanos portugueses’ por la indolencia de una concejala que no atendió la llamada de la 'eléctrica' canalla. Otrosí con las cocinas del 'Ángel González', las fiestas vacías, las abarcas desiertas…. A qué seguir…

Entretanto el alcalde Nieto, ahí retorciendo la filástica. No se parece ni de lejos a Pericles. Más allá de cierta astucia empresarial no se le conoce a estas alturas emprendimiento alguno de gran talla para nuestra ciudad y ya van bien pasados los cien días de cortesía.

Pericles ante la sospecha de 'favoritismo' en caso de invasión por parte del rey espartano, con quien mantenía cierta amistad, anunció que si el enemigo hiciese una excepción con sus propiedades y no las arrasase, las entregaría al erario público. Ya podrían nuestros gobernantes ‘periclitarse’ una pizca y ayudar a esos graditos que necesita la piscina, desensoberbecerse y ordenar su mente por ver de ordenar el exterior. Traer la calma a la ciudadanía a la que de momento vienen jaleando. Pues de seguir por esta vía, la de la opinión y confusión ‘bocalobuna, terminarán por logobrecerse del todo y darán en oposición de sí mismos, si es que de cierto aman a Astorga.

"Lo que es es. Lo que no es no es": Parménides. ¡Qué tío!*

*Antonio Pereira; del cuento titulado: ‘La inocencia del filósofo’