Nuria Viuda
Sábado, 23 de Septiembre de 2023

La besa

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Nos ha tocado vivir en la época del consumo compulsivo de todo tipo de artículos, perecederos o no. Todo se reduce a la inmediatez y gira en la rueda imparable del olvido instantáneo; pues unas noticias se superponen a otras, unos libros a otros, unas ropas a otras, unos amigos a otros, unos amores a otros. El cajón de la basura está repleto de paquetes que nos estorban en pos de la novedad que nos aturde y resquebraja, haciendo de nosotros unos perfectos miserables por dejarnos caer en esta compulsión estrábica de lo infame, de lo no digerido, de lo innoble que habita dentro de todos y cada uno de nosotros. Palabrería superflua. Promesas no cumplidas que pasan al cajón de nunca jamás porque la dimensión de lo inmediato es tan enorme que nos absorbe en su demoníaca turbina de banalidad. Así vamos tirando por el mundo. Cojos y cegatos ante lo verdaderamente importante. La paciencia, el cumplimiento de la  palabra dada, la  bondad y la empatía se han convertido en virtudes preciosas que pocos albergan en su nuevo rol de estrellas errantes.

 

El escritor albanés Ismaïl Kadaré nos habla de la importancia de la besa en su país en un libro delicioso titulado ‘El viaje nupcial’ que les invito a leer. La besa se define como palabra de honor, compromiso cuya violación trae consigo el oprobio y forma parte del derecho consuetudinario albanés.

 

El cumplimiento de la palabra dada se da mejor  en una vida lenta, sosegada, donde el ritmo transcurre fuera de los circuitos del consumo inmediato de noticias y productos. Donde los valores humanos todavía cuentan y no se dispersan hundidos y solapados por la vorágine de los tiempos que corren a toda velocidad para llegar a ninguna parte. En este libro delicioso, como les decía, el autor nos propone un esfuerzo espiritual  para interiorizar la besa de tal manera que forme parte de la sociedad de una manera natural. Una norma que rija nuestra conciencia sin darnos cuenta. Que nazca de nosotros igual que nos crecen el pelo y las uñas. De esta manera el individuo será más libre y no entrará en conflicto con un mundo acechante y guerrero. Cumplir con la palabra dada evitará conflictos interpersonales, desazón y barbarie, remordimientos de conciencia y sensación de fracaso como personas serias y cabales. De olvidar lo prometido se encarga el ruido circundante que nos va devorando el entendimiento. Entretenidos en la sección de noticias compulsivas que taladran nuestro cerebro como un queso gruyere. Mientras tanto la besa albanesa nos da lecciones para cambiar el rumbo. ¿Aún estaremos a tiempo?

 

“Violó la besa”.Toda la aldea, pequeños y mayores habían sufrido una fuerte conmoción. Y decidieron de común acuerdo que jamás volvería a suceder vergüenza semejante.

 

Ismaïl Kadaré.( El viaje nupcial)

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