Cuca la Vaina acoge en Castrillo de los Polvazares la exposición ‘Las mil y una noches’
Desde su apertura hace tres décadas siempre ha promocionado iniciativas culturales de diversos ámbitos
![[Img #65764]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/10_2023/6609_cartel-j-leon.jpg)
Las paredes Cuca la Vaina se impregnan de arte una vez más. Desde el pasado 1 de octubre y hasta el próximo 31 de diciembre, parte de la obra pictórica de José de León será expuesta en las paredes de la Sala Vallatán de esta hostelería, celebrando así el 30 aniversario de la entidad.
Con esta se cumplen tres décadas en las que Cuca la Vaina ha mantenido iniciativas culturales de distinto ámbito, especialmente relacionadas con la pintura y el grabado. Asimismo, ha colaborado con el Festival de Cortos de Astorga desde su génesis y es, desde hace más de diez años, sede permanente del Encuentro Internacional de Escritores y Traductores que se celebra en esta localidad maragata.
El artista José de León, natal de la meseta leonesa, expone por vez primera en este enclave de la Maragatería que cruzan a diario cientos de peregrinos que caminan hacia Santiago de Compostela.
El artista ha seleccionado para esta muestra obras creadas y/o finalizadas durante el tiempo de la pandemia provocada por el Covid19 y que cambió nuestras vidas durante los meses de su mayor intensidad. La obligada reclusión, las sensaciones de soledad, de aislamiento, miedos, incertidumbres…, incubaron en José de León una atmósfera interior que el artista plasma en estas obras de fondos oscuros, azul prusia, en los que sobreviven y se mueven decenas de personajes e historietas que las iluminan.
Retomó obras inconclusas décadas atrás y las impregnó de los colores y sensaciones de la noche. De ahí esos fondos oscuros de obras como Ciprés, El Jorobado de Notre Dame, la Tumba de Sócrates o Islas del deseo.
Picassiano en el ser y daliniano en el hacer, como el mismo se define, José de León es un infatigable creador pictórico de corte surrealista al que los sucesivos viajes a la India le han marcado en su obra y en su pensamiento.
”En el tercer viaje me bañé en el Ganges y el Yamuna. Allí me hice santo. Y Pinté”. Eso confiesa tras regresar a Europa “donde me estrello con el tener”. Luego dice “me puse a dormir y a recordar”. Nostalgias de su último viaje al país asiático. Y durante mucho tiempo, tal vez aún sigue siendo así, “nadie me creyó porque hablaba el lenguaje de los pájaros libres”.
La India, París, Berlín, Nueva York,… han sido paradas temporales de este pintor universal, psicodélico, introspectivo, anárquico en su modo de ser y de pintar. Sus pinceles se mueven en los lienzos al ritmo de los impulsos de un automatismo espiritual que, como él mismo define, su es obra es “sincera, espontánea, intuitiva y con un origen en los postulados surrealistas”.
![[Img #65764]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/10_2023/6609_cartel-j-leon.jpg)
Las paredes Cuca la Vaina se impregnan de arte una vez más. Desde el pasado 1 de octubre y hasta el próximo 31 de diciembre, parte de la obra pictórica de José de León será expuesta en las paredes de la Sala Vallatán de esta hostelería, celebrando así el 30 aniversario de la entidad.
Con esta se cumplen tres décadas en las que Cuca la Vaina ha mantenido iniciativas culturales de distinto ámbito, especialmente relacionadas con la pintura y el grabado. Asimismo, ha colaborado con el Festival de Cortos de Astorga desde su génesis y es, desde hace más de diez años, sede permanente del Encuentro Internacional de Escritores y Traductores que se celebra en esta localidad maragata.
El artista José de León, natal de la meseta leonesa, expone por vez primera en este enclave de la Maragatería que cruzan a diario cientos de peregrinos que caminan hacia Santiago de Compostela.
El artista ha seleccionado para esta muestra obras creadas y/o finalizadas durante el tiempo de la pandemia provocada por el Covid19 y que cambió nuestras vidas durante los meses de su mayor intensidad. La obligada reclusión, las sensaciones de soledad, de aislamiento, miedos, incertidumbres…, incubaron en José de León una atmósfera interior que el artista plasma en estas obras de fondos oscuros, azul prusia, en los que sobreviven y se mueven decenas de personajes e historietas que las iluminan.
Retomó obras inconclusas décadas atrás y las impregnó de los colores y sensaciones de la noche. De ahí esos fondos oscuros de obras como Ciprés, El Jorobado de Notre Dame, la Tumba de Sócrates o Islas del deseo.
Picassiano en el ser y daliniano en el hacer, como el mismo se define, José de León es un infatigable creador pictórico de corte surrealista al que los sucesivos viajes a la India le han marcado en su obra y en su pensamiento.
”En el tercer viaje me bañé en el Ganges y el Yamuna. Allí me hice santo. Y Pinté”. Eso confiesa tras regresar a Europa “donde me estrello con el tener”. Luego dice “me puse a dormir y a recordar”. Nostalgias de su último viaje al país asiático. Y durante mucho tiempo, tal vez aún sigue siendo así, “nadie me creyó porque hablaba el lenguaje de los pájaros libres”.
La India, París, Berlín, Nueva York,… han sido paradas temporales de este pintor universal, psicodélico, introspectivo, anárquico en su modo de ser y de pintar. Sus pinceles se mueven en los lienzos al ritmo de los impulsos de un automatismo espiritual que, como él mismo define, su es obra es “sincera, espontánea, intuitiva y con un origen en los postulados surrealistas”.






