Mercedes Unzeta Gullón
Sábado, 14 de Octubre de 2023

Conversación con Lidia, 10

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08 09 2017

Ayer tenía vértigos. Ya desde muy pequeña tenía vértigos. Yo a veces me levantaba con uno vértigo impresionante, qué mal lo pasaba, y no iba al colegio; y no sólo eso, tenía que estar paseando al aire libre, no podía estar ni acostada ni nada. Pero hasta esos días de vértigo el poder ir al colegio me parecía una vida de lujo.

 

Toda mi vida, toda mi vida, Mercedes, yo he hecho muchas cosas. Tenía que estudiar varias cosas, tenía que hacer doctorado…, y, mira, menos mal que lo dejé. Pero mira en todo caso muchas obligaciones por medio. Pero mira a mí mi profesión me interesaba y sigue interesándome, pero mira, no pensaba que la vida es una y corta y emplearla sólo a una cosa me parecía absurdo, pero bien, eso cada uno.

 

Pero yo me acordaba que pasé muy bien sola esos días cuando yo no estaba ni en el trabajo ni en la Universidad… yo sentía que vivo, como que esa era mi vida de verdad, todo lo demás…, no era.

 

Entonces, mira, en España, a pesar de todas las circunstancias dramáticas, y otras cosas varias que me han sucedido, esto, haber vivido días que eran mi vida, esto sí que he conseguido.

 

Bien, pues así seguimos, esa era mi filosofía, ahora, para los pocos años de vida que me quedan no hay ningún planteamiento. Es lo que hay.

 

Menos mal que yo no tengo esa angustia, bueno angustia, el sufrimiento además del físico, no tengo porque es la vejez y eso no me preocupa porque yo ya he sido joven, ya he vivido de joven. No es que de repente te encuentras vieja, yo he vivido otros momentos en mi vida y no quisiera revivirlos ante todo, no es porque eran malos, no, pero en general la vida transcurre por etapas: eres niña, joven, madura, vieja, moribunda…, y de todo. Sí, sí, es el modo natural, es por eso yo no soy de esas mujeres que no nos damos cuenta de que los hombres son igual en ese sentido. Nunca oculto mi edad ni quiero aparentar otra. La edad que tengo, tengo, no me molesta realmente, le puede molestar a alguien que me ve pero a mí no me molesta.

 

Mucha gente sufre de esos cambios físicos, no, no físicos, estéticos, más bien estéticos y mira cómo van ahora con los labios…. con la cara…., horrorosas, van horrorosas. Mira como lo veo yo, de joven era guapa también, todas las cosas que yo ya he vivido, no es que he estado privada de eso y de repente veo que todo se escapa y yo he malvivido esto o aquello. Si eso así es, y te lo cuento en conversación entre amigas y es exacto.

 

A mí lo único que no me gustaría es ser desagradable para la gente que me rodea y me ve.  Que me vean desagradable como algunas veces te sale la saliva o estás estornudando continuamente, o te sale comida de la boca, llegar a esos extremos sí me molestaría porque es desagradable de ver para otras personas, desagradable, pero por lo demás no querría molestar, que me ven y se molestan verme, pero bien eso no está bajo nuestro control.

 

Pero mientras tanto empecé a escribir sobre la ciencia, ya tengo el epígrafe: la ciencia será siempre una búsqueda jamás un descubrimiento real, es un viaje nunca una llegada. Es así. Porque yo oigo muchas veces “porque los científicos cambian de opinión cada vez”, y no se dan cuenta en qué consiste todo el rollo. La ciencia es una búsqueda también porque descubren más cosas, o pueden medir o interpretar…, es un desarrollo. No es porque son tontos y cambian, cambian porque descubren más o atinan más. Es por eso que yo nunca protesto. La gente que está convencida de algo, no, no tiene que convencer a los demás con cualquier argumento del tema en el que está, pues no. No hay que convencer, la gente tiene que llegar por su propia voluntad.

 

Ahora voy a tomar un té. Bueno, no, son las ocho y media, mientras bajo ya es la hora de la sopa. Mañana seguimos hablando.

 

O témpora o mores

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