De nuevo, soñar no mata
![[Img #66265]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/11_2023/2918_4-via-plata-copia.jpg)
El sábado pasado la plaza mayor de Astorga acogió una manifestación ciudadana sobre el ya permanente tema de la Ruta de la Plata. Fosilizado, aparentemente, pero vigente y si los ánimos ahora se han reavivado es porque ha subido a la superficie con una nueva agresión, la de la propuesta estatal de la elaboración del proyecto de recuperación, pero con un nuevo agravante: La consolidación de la intención de la capital de la provincia, la ciudad de León, que, como siempre, no mira para la provincia, sino para ella misma, en detrimento de esta. Una vez más se consuma la felonía, haciendo patente que el que no llora no mama y que sigue siendo malo fiarse de las madrastras.
En abril del 2017 escribí en ‘El Faro’, diario intemporal, situado al margen del tiempo, ‘Soñar no mata’. Entonces las noticias se encadenaron. Primero la amenaza de convertir la estación del tren de Astorga en un mero apeadero. Luego la aclaración de que la Estación seguiría, omitiendo que, para seguir, se requiere revivir, sacada de la vía muerta en la que la han metido. No decían la segunda parte: sin apenas trenes y los pocos que circulan con horarios programados por el enemigo.
Luego noticias positivas, aunque no justamente valoradas. El intento de la alcaldía de convertir el recinto, tan poco aprovechado, en un recuerdo de los trenes perdidos y el apunte de ADIF de convertir la Estación, con el concurso de la Fundación de los Ferrocarriles, en museo vivo con el ferrocarril recuperado que recorriera la Vía de la Plata en el tramo entre Astorga y La Bañeza.
Por eso escribo que soñar no mata. Además, es bueno para la salud y, por lo tanto, no está prohibido sino recomendado. Lo que mata es dejar secar la imaginación y no mirar hacia adelante y, todavía más, no mirar al horizonte, por donde el sol se pone, para regenerarse y reaparecer con el nuevo día.
Las noticias positivas fueron acogidas con suspicacia y este mismo periódico, escribía en ‘El Faro’, ha albergado críticas a una idea y un proyecto que consideraban una tomadura de pelo. Nada de eso. Cerrarse a la propuesta es negarse a soñar, que está recomendado como vía de salud y bienestar.
La propuesta puede significar convertir espacios abandonados grandes que alberga la Estación de Astorga en un recinto que recordaría lo que fue la Vía de la Plata entre Plasencia y Astorga, continua y recientemente reivindicado, con un recorrido de 347 kilómetros, como parte de los Ferrocarriles del Oeste que se integraron en la Red Nacional de España, tras la guerra, absorbiendo los trazados de Galicia, de Madrid a Astorga por Ávila y los ramales a Portugal y hasta Sevilla.
Recordar aquellos tiempos tiene todo el sentido, disponiendo la exposición en los espacios, ahora abandonados, con un museo de aquellos ferrocarriles que ennoblecieron estas rutas y que tantas brillantes historias y prestaciones aportaron.
La reivindicación de este museo, como complemento necesario a los siete museos del ferrocarril existentes en España, porque Astorga, junto con Plasencia, es una de las cabeceras del tren de la Ruta de la Plata y enlace con la vía del oeste a Galicia y punto importante del reivindicado tren Gijón/Sevilla/Algeciras, cuyo puerto es el primero de España y del Mediterráneo por el tráfico de mercancías y el sexto de Europa.
Plantear este museo no quiere decir que estemos a favor del desmantelamiento de los Trenes del Oeste, pues seguiremos creyendo en el tren vertebrador, más que en los trenes de alta velocidad y las largas distancias, competidores del avión y fagocitadores de las tierras y sus pueblos. Que la presencia de este museo nos mantenga el recuerdo de su pasado, refleje la última barbarie acometida y mantenga la reivindicación del futuro que lo demanda.
Luego me extendía en otras consideraciones, que ahora no son del caso, para concluir:
“Dar sentido y ocupación a los espacios abandonados de la Estación. Recuperar y conmemorar la desaparecida Vía de la Plata y Los Ferrocarriles del Oeste, que no superaron los tiempos del vapor, y vitalizar la estación en sí, además, con el tráfico, que precisa, con las cercanías que deberían existir con el tren turístico en el tramo recuperado y revitalizado de Astorga-La Bañeza. Como soñar no mata, sino que es bueno soñemos y así crezcamos”
Sobre esta propuesta existe otra, latente en la Cámara de Comercio de Astorga, de recuperar la estación con su trazado de vías abandonadas, con miras a la solución de la ciudad en su necesaria expansión, con un polígono natural en muy buena parte ya ejecutado, a la inversa del de Villadangos, que para sacarlo adelante la Junta de Castilla y León tiene que hacer una gran inversión y va a hacerla, porque está en su alternativa de cumplir sus propios planes que, como recogimos en artículo anterior, titulado ‘Con nocturnidad y alevosía’ la han llevado a ampliar, de esta forma, el vertedero de San Justo o San Román, acogiendo incluso materias peligrosas generadas en su propio polígono.
Sería tan difícil ahora, que tenemos nuevos valedores, plantearle a la Junta, tan empeñada en hacer las cosas bien, compensar los daños que necesariamente se hacen a quien se los causa, comprometiéndose a llevar adelante esta propuesta que beneficiaría a Astorga-La Bañeza, con nuevos deseos de trabajar en común, para que no se quede en palabritas e, innegablemente, a San Justo y San Román, tenidos tan solo como paganos de la fechoría.
Como última noticia el PP de León se ha posicionado, reclamando este trazado. Bien para todos, porque, siempre se ha dicho, de sabios es enmendar los errores. Concluyo de la misma manera: Como soñar no mata, que es bueno, soñemos y así crezcamos.
![[Img #66265]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/11_2023/2918_4-via-plata-copia.jpg)
El sábado pasado la plaza mayor de Astorga acogió una manifestación ciudadana sobre el ya permanente tema de la Ruta de la Plata. Fosilizado, aparentemente, pero vigente y si los ánimos ahora se han reavivado es porque ha subido a la superficie con una nueva agresión, la de la propuesta estatal de la elaboración del proyecto de recuperación, pero con un nuevo agravante: La consolidación de la intención de la capital de la provincia, la ciudad de León, que, como siempre, no mira para la provincia, sino para ella misma, en detrimento de esta. Una vez más se consuma la felonía, haciendo patente que el que no llora no mama y que sigue siendo malo fiarse de las madrastras.
En abril del 2017 escribí en ‘El Faro’, diario intemporal, situado al margen del tiempo, ‘Soñar no mata’. Entonces las noticias se encadenaron. Primero la amenaza de convertir la estación del tren de Astorga en un mero apeadero. Luego la aclaración de que la Estación seguiría, omitiendo que, para seguir, se requiere revivir, sacada de la vía muerta en la que la han metido. No decían la segunda parte: sin apenas trenes y los pocos que circulan con horarios programados por el enemigo.
Luego noticias positivas, aunque no justamente valoradas. El intento de la alcaldía de convertir el recinto, tan poco aprovechado, en un recuerdo de los trenes perdidos y el apunte de ADIF de convertir la Estación, con el concurso de la Fundación de los Ferrocarriles, en museo vivo con el ferrocarril recuperado que recorriera la Vía de la Plata en el tramo entre Astorga y La Bañeza.
Por eso escribo que soñar no mata. Además, es bueno para la salud y, por lo tanto, no está prohibido sino recomendado. Lo que mata es dejar secar la imaginación y no mirar hacia adelante y, todavía más, no mirar al horizonte, por donde el sol se pone, para regenerarse y reaparecer con el nuevo día.
Las noticias positivas fueron acogidas con suspicacia y este mismo periódico, escribía en ‘El Faro’, ha albergado críticas a una idea y un proyecto que consideraban una tomadura de pelo. Nada de eso. Cerrarse a la propuesta es negarse a soñar, que está recomendado como vía de salud y bienestar.
La propuesta puede significar convertir espacios abandonados grandes que alberga la Estación de Astorga en un recinto que recordaría lo que fue la Vía de la Plata entre Plasencia y Astorga, continua y recientemente reivindicado, con un recorrido de 347 kilómetros, como parte de los Ferrocarriles del Oeste que se integraron en la Red Nacional de España, tras la guerra, absorbiendo los trazados de Galicia, de Madrid a Astorga por Ávila y los ramales a Portugal y hasta Sevilla.
Recordar aquellos tiempos tiene todo el sentido, disponiendo la exposición en los espacios, ahora abandonados, con un museo de aquellos ferrocarriles que ennoblecieron estas rutas y que tantas brillantes historias y prestaciones aportaron.
La reivindicación de este museo, como complemento necesario a los siete museos del ferrocarril existentes en España, porque Astorga, junto con Plasencia, es una de las cabeceras del tren de la Ruta de la Plata y enlace con la vía del oeste a Galicia y punto importante del reivindicado tren Gijón/Sevilla/Algeciras, cuyo puerto es el primero de España y del Mediterráneo por el tráfico de mercancías y el sexto de Europa.
Plantear este museo no quiere decir que estemos a favor del desmantelamiento de los Trenes del Oeste, pues seguiremos creyendo en el tren vertebrador, más que en los trenes de alta velocidad y las largas distancias, competidores del avión y fagocitadores de las tierras y sus pueblos. Que la presencia de este museo nos mantenga el recuerdo de su pasado, refleje la última barbarie acometida y mantenga la reivindicación del futuro que lo demanda.
Luego me extendía en otras consideraciones, que ahora no son del caso, para concluir:
“Dar sentido y ocupación a los espacios abandonados de la Estación. Recuperar y conmemorar la desaparecida Vía de la Plata y Los Ferrocarriles del Oeste, que no superaron los tiempos del vapor, y vitalizar la estación en sí, además, con el tráfico, que precisa, con las cercanías que deberían existir con el tren turístico en el tramo recuperado y revitalizado de Astorga-La Bañeza. Como soñar no mata, sino que es bueno soñemos y así crezcamos”
Sobre esta propuesta existe otra, latente en la Cámara de Comercio de Astorga, de recuperar la estación con su trazado de vías abandonadas, con miras a la solución de la ciudad en su necesaria expansión, con un polígono natural en muy buena parte ya ejecutado, a la inversa del de Villadangos, que para sacarlo adelante la Junta de Castilla y León tiene que hacer una gran inversión y va a hacerla, porque está en su alternativa de cumplir sus propios planes que, como recogimos en artículo anterior, titulado ‘Con nocturnidad y alevosía’ la han llevado a ampliar, de esta forma, el vertedero de San Justo o San Román, acogiendo incluso materias peligrosas generadas en su propio polígono.
Sería tan difícil ahora, que tenemos nuevos valedores, plantearle a la Junta, tan empeñada en hacer las cosas bien, compensar los daños que necesariamente se hacen a quien se los causa, comprometiéndose a llevar adelante esta propuesta que beneficiaría a Astorga-La Bañeza, con nuevos deseos de trabajar en común, para que no se quede en palabritas e, innegablemente, a San Justo y San Román, tenidos tan solo como paganos de la fechoría.
Como última noticia el PP de León se ha posicionado, reclamando este trazado. Bien para todos, porque, siempre se ha dicho, de sabios es enmendar los errores. Concluyo de la misma manera: Como soñar no mata, que es bueno, soñemos y así crezcamos.






