Redacción
Martes, 24 de Diciembre de 2013

Un centenar de astorganos arropa la presentación de la última novela de Martínez Oria

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La novela 'Invitación a la melancolía' del escritor Andrés Martínez Oria recibió este lunes el respaldo de un centenar de astorganos, que asistieron a la presentación que tuvo como escenario el Hotel Spa Ciudad de Astorga. Después de los agradecimientos del editor José Manuel Valdueza, el filólogo y también escritor, Luis Miguel Suárez, señaló que ‘Invitación a la Melancolía’ es la obra más ambiciosa y arriesgada de Andrés Martínez Oria. Una obra formalmente novedosa que manifiesta el parentesco –temas, ambientes, personajes- con sus anteriores escritos.

Luis Miguel Suárez destacó entre los rasgos de continuidad, la discusión crítica en ‘Invitación a la Melancolía’ sobre los precedentes libros del autor. También los lugares donde transcurre la actual novela son los mismos de sus relatos anteriores. El tema de la melancolía, aunque de manera menos sistemática, ya estaba como trasfondo en sus otros escritos. En realidad la obra presente puede ser vista como síntesis e integración de sus anteriores libros.

El aspecto novedoso consiste en la convivencia de varios géneros literarios y el haber conseguido que de este caos surja una unidad coherente y plena de sentido. Además en esta ordenación, el autor se transustancia personaje de su propia novela y cuenta desde ella el proceso de su creación, el ensayo acerca de la melancolía en el que ‘Andrés’ se viene afanando. Este planteamiento formal podría, ¿quién lo duda?, crear confusión, embarrancar la unidad del relato. No ha sido así, nada ha quedado al azar, el caos aparente lleva un orden inscrito, un hilván para poder seguirlo. También resulta novedosa la variedad de estilos con los que se abordan los distintos temas, narración, ensayo, dietario; alternancia de pasajes serios con otros de tono irónico  que podrán arrancar no ya la sonrisa, sino la carcajada del lector.

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Comenzó Andrés Martínez Oria agradeciendo la presencia de los asistentes y la cesión del local y apoyo a la cultura que viene haciendo el propietario del local, ‘Josele’. Cuenta que fue leyendo ‘Madera de Boj’, un libro que definió como ‘libro productivo’ como surgen los primeros trazos de ‘Invitación a la melancolía’.

Puso ejemplos de cómo, en la gestación lentísima de la narración, cualquier indagación abre puertas, habilita meandros nunca hollados, proporciona entretenimientos, hallazgos, nuevas vías de producción creativa. Cinco perdularios conversan en una taberna sita en ‘Pío Gullón’, el capitán, así degradado en el círculo de amigos, (era militar de más alta graduación, coronel o teniente coronel) había sido el destinatario de una carta que nunca le llegó. El descubrimiento de esta misteriosa carta es motivo de indagación en la novela y permite perfilar las psicologías de tales perdularios. 

Surgen, se suceden preguntas que al hilo de lecturas se intentan responder en la novela; así aquella a raíz de ‘Hombres de maíz’ de Miguel Ángel Asturias: ¿qué sucede en una casa si desaparece el alma de la casa, si se fuera la mujer de la casa?, ¿qué sucede con el vacío inmenso cuando el alma deja de estar en ese cuerpo?... Esto podría ser indagado así y narrado en tercera persona. Pero, se pretende abortar esa distancia, por lo que entra en la novela el autor como personaje, un personaje que define como ‘autoficticio’, el cual se desasosiega al tener noticia de esa carta e indagará para contar la historia de la misma. (Todo ello con un trasfondo de verdad, pero tratándose de una realidad distinta, aunque paralela a la de Astorga y a la de sus personajes verdaderos). Este narrador, ‘Andrés’, que escribe sobre Altiva y sobre sus pesquisas sobre la carta, ya venía escribiendo antes de esta escritura el ensayo acerca de la melancolía que podremos leer en la novela, donde concluye que en distinto grado todos seríamos melancólicos.

El libro incorpora fotografías y otros añadidos gráficos sin pie de página, integrados en el texto como lenguaje no verbal.

Terminó Andrés M. Oria recalcando la enorme libertad que le concede ser personaje de sí mismo en ‘Invitación a la melancolía’ para hacer lo que quisiera; y así lo hizo: narrativa, ensayística, dietario etc. Aquí se atisban muchos personajes astorganos, pero su identidad es una identidad fantástica, traída para las necesidades de la narración, hay personajes cuya ‘alma’ procede de una suma de dos o más identidades, mientras que a otros no le alcanza para una identidad suficiente…

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