Mercedes Unzeta Gullón
Sábado, 16 de Diciembre de 2023

No vinculante

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Poco a poco voy resurgiendo  de mis cenizas después de dos semanas en cama en estado catatónico. Ese ha sido el motivo de mi ausencia en este foro. Mi cabeza, en ese tiempo no ha estado lógicamente muy ágil, más bien podríamos decir que ha estado entumecida. Durante mi adormecimiento vital se me ha quedado grabada  la frase repetida de ‘no vinculante’ aplicada a los acontecimientos internacionales importantes. Y en mi duermevela pensaba yo en eso de ‘no vinculante’, y llegaba a la conclusión de que hoy en día nada es vinculante salvo la enfermedad.

 

Los acuerdos políticos no son vinculantes. Las promesas de los políticos en campaña no son vinculantes. Los acuerdos matrimoniales no son vinculantes. Las bases de la democracia no son vinculantes. Ser honesto no es vinculante. Ser sincero tampoco es vinculante, ni la humildad, ni la generosidad, ni la castidad, ni la paciencia, tampoco la templanza, ni la caridad, ni la diligencia. Todas ellas son unas virtudes que nos enseñaron de pequeños como aproximación para lograr una nobleza de espíritu. Evidentemente esa virtudes nunca fueron vinculantes y por ello generalmente olvidadas, imponiéndose así lo que más abunda en el elemento humano que son las anti-virtudes como la soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza, los principales pecados capitales según la Iglesia. Estos pecados tampoco son vinculantes en teoría, pero es como si lo fueran en la práctica porque son difíciles de despegarlos del comportamiento humano en general y de muchos humanos en particular.

 

Mi pensamiento ha navegado en la almohada de mi cama por esto de las vinculaciones,  y he llegado a los acontecimientos internacionales que me proporcionaron el punto de partida de estos pensamientos.

 

Dos han sido los acontecimientos internacionales que se han dado en estas fechas y que han tenido una gran repercusión festiva. Los acuerdos de Dubái sobre el cambio climático y la resolución de la ONU sobre la guerra en Gaza.

 

La reciente cumbre en Dubái sobre el Cambio Climático  presidida por el sultán Al Jaber (presidente de la petrolera emiratí) que  ha reunido a más de 70.000 personas en 12 días y a la que asistieron representantes de cerca de 200 países tuvo como objetivo conseguir cero emisiones para el año 2.050 eliminando paulatinamente el uso del petróleo , gas y carbón. Y a pesar de que la reunión se hizo en la cuna del petróleo y de que había pululando por los pasillos al  menos 2.500 representantes de ‘lobis’ del petróleo , gas y carbón, se consigue unanimidad en las votaciones para reducir el uso de estos combustibles fósiles hasta su desaparición del consumo. Todos los países se felicitan por haber llegado a esos acuerdos. Estados Unidos y China se congratulan pletóricos en sus propósitos de reducir las emisiones para frenar el cambio climático. Los asistentes a la Cumbre anuncian a bombo y platillo que “es un acuerdo histórico” “el primer compromiso de la historia”. En este encuentro dicen que se han movilizado 80.000 millones de dólares en medidas contra la crisis climática.  Una barbaridad de dinero que no se aclara muy bien en qué consiste esa movilización,  ni de dónde sale ni a dónde va esa cantidad de dinero. Lo que sí hay son compromisos de los países de aportar cantidades sustanciales de dinero para ese fin. Pero todo son compromisos,  nada escrito ni firmado, todo blablablá…. Y, además,  ante tantos acuerdos queda explicito que  “NO SON VINCULANTES”.  Es decir, que a pesar de tanta algarabía y movilización nada obliga a los países a hacer lo que dicen que harían. Y ya se sabe, y la historia nos lo ha demostrado, que las palabras se las suele llevar el viento, sobre todo la de los políticos, y  que la memoria es muy flaca y la voluntad mucho más (padecimiento endémico de la clase política). Por eso los jeques árabes y los ‘lobis’ de combustible fósiles se paseaban tan contentos y tranquilos por los pasillos de Dubái disfrutando de la puesta en escena con la seguridad de que nada iba a cambiar.

 

Así, con tanta festividad ante acuerdos  no vinculantes termina una  Cumbre  que moviliza, según dicen, 80.000 millones de dólares sin especificar quién, dónde, cómo, cuándo, es decir que no se ven y no se sabe si se les espera. Pero todos contentos y el Mundo tranquilo con este ‘hito histórico de compromiso’. No parece que la experiencia de ver que nadie después cumple nada de lo acordado, que donde dije digo, digo Diego, les ensombrezca la alegría.

 

Y pasamos al otro acontecimiento de vital importancia, sobre todo para los palestinos, la guerra de Gaza.

 

Aquí la ONU se congratula de haber llegado a otro acuerdo histórico en su última Asamblea. Por fin, después de dos meses de ataques indiscriminados a una población, la ONU festeja su aprobación por mayoría de votos del cese de las hostilidades.

 

 La Asamblea General de la ONU este 12 de diciembre pasado, ha aprobado por gran mayoría , 153 votos a favor, 10 en contra y 23 abstenciones, la exigencia de un “alto el fuego humanitario inmediato en Gaza” como una medida simbólica, NO VINCULANTE.

 

 Enseguida me entra la curiosidad de quienes pudieron no querer un ‘alto el fuego’ de un conflicto con 18.500 muertos palestinos al día de hoy y 1.200 israelíes, y veo que son los Estados Unidos, Paraguay, Austria y por supuesto Israel.  Mientras que se abstuvieron el  Reino Unido, Alemania, Italia, Países Bajos y Ucrania. Me da mucho coraje y mucha vergüenza humanitaria que los intereses primen ante una situación tan dramática.

 

En fin, este es un nuevo paripé de la Asamblea de la ONU en este asunto. ¿Acaso piensan que después de 26 resoluciones  de la ONU que Israel ha incumplido a lo largo de los años va a servir de algo esta nueva resolución no vinculante? Hay que decir, sí, hay que mojarse, pero también hay que actuar, si no no sirve de nada el blablabla. Naturalmente Israel se lo pasa por el forro como todas las resoluciones que la ONU ha ido tomando en su contra, sabe que no pasa nada.

 

Veamos una pequeña muestra. Empezamos en 1947, con la resolución de la Naciones Unidas 181 en la que se reparte Palestina en un Estado Judío, un Estado árabe y una zona bajo régimen internacional particular. 14.000 km2 con 558.000 judíos y 405.000 árabes para el Estado judío;  11.5000 km2 con 804.000 árabes y 10.000 judíos para el Estado árabe; y 100.00 judíos y 106.000 árabes para la zona de control internacional que comprende los Santos Lugares, Jerusalén y Belén. Y concreta que entre los dos Estados se debe establecer una unión económica, aduanera y monetaria. Esta resolución fue  rechazada por los árabes y criticada por los sionistas. Resolución que nunca se aplicó, y a los seis meses de su aprobación , y tras la retirada de los británicos de la zona,  los sionistas proclaman el Estado de Israel  y los árabes le declaran la guerra al Estado de Israel.

 

 En 1948 Israel se hace con el 23% del territorio asignado al Estado árabe, y provoca la expulsión y huida de la población árabe palestina de su territorio asignado.

 

La resolución 242 de noviembre  de 1967 la ONU exigía a Israel el retiro militar de los territorios árabes ocupados a Palestina incluyendo Jerusalén

 

En 1980 la ONU emite una resolución en la que manifiesta que la ley aprobada por el Parlamento israelí que proclama que la ciudad de Jerusalén “entera y unificada” era la capital de Israel era contraria al derecho internacional.

 

En marzo del 2002 la resolución 1397 de Consejo de Seguridad apoya “el concepto de una región en que dos Estados Israel y Palestina vivan uno junto al otro dentro de fronteras seguras y reconocidas. Se exigía “el cese inmediato de todos los actos de violencia, incluyendo todos los actos de terrorismo, provocación, incitación y destrucción.

 

Ninguna de estas resoluciones ha sido atendida por Israel. El Consejo de Seguridad volvió a insistir en noviembre de 2003 con la resolución 1515. El Consejo recordaba la validez  de todas las resoluciones anteriores en cuanto a la situación de Oriente Medio.

 

En 23 diciembre de 2016 , resolución 2334, el Consejo de Seguridad reafirma que “el establecimiento de asentamientos por parte de Israel en territorio palestino ocupado desde 1967, incluida Jerusalén Oriental, no tiene validez legal”, y expresa su “grave preocupación por el hecho de que la continuación de las actividades de asentamientos israelíes están poniendo en peligro la viabilidad de la solución bi-estatal basada en las fronteras de 1967”. Israel, como quien oye llover.

 

Diciembre 2017. La Asamblea G de la ONU  declara  “nulo y sin valor  el estatus de Jerusalén como capital de Israel  Aprobado por mayoría aunque E.U. se posicionó fuertemente en contra. El 6 diciembre de 2017 Donal Trump reconoce a Jerusalén como capital de Israel., un gesto pendenciero y provocador.

 

Diciembre 12 del 2023. La Asamblea General de la ONU adopta por mayoría una resolución no vinculante que exige un alto el fuego humanitario en Gaza. Medida simbólica no vinculante.

 

Israel ha pasado olímpicamente de las 25 resoluciones anteriores  de la ONU, sin haber obtenido ninguna penalización por ello, ¿cree realmente la Asamblea de la ONU que tiene algún peso esa recomendación del ‘alto el fuego’ hoy, ahora, que quiere hacerse a toda costa con la franja de Gaza? ¿Por qué ese alto el fuego no lo ha ‘aconsejado’ hace dos meses, cuando todavía no habían muerto 18.400 palestinos? Como a fin y al cabo son palabras estéticas los países de la ONU hubieran quedado mucho mejor habiéndolas dicho ante los primeros miles de muertos. Tristemente decepcionante la respuesta tan floja, y tan tardía de los países espectadores.

 

Desde 1947 Palestina ha perdido el 70% de su territorio.

 

Lo que es sorprendente hoy en día es que Israel se remonte al tiempo de Jesús para reclamar ‘la tierra prometida’, y que el holocausto justifique siempre todas sus barbaridades y la aniquilación de una población. Han pasado de ser víctimas a ser victimarios, y creen que tienen todo el derecho a dar 1.000 por 1, no dólares sino muertes.

 

La guerra sigue. El alto al fuego no es vinculante. Israel sigue bombardeando Gaza, asegurando  arsenales de armas de Hamás bajo los Hospitales  que bombardea incansablemente hasta destruirlos recordando a  aquellas  “armas de destrucción masiva”, objetivo del aniquilamiento de Irak y que nunca aparecieron porque no existían; en estos hospitales tampoco han aparecido esos arsenales pero siguen con la misma copla para justificar sus bombardeos.  En ambos casos Estados Unidos está  implicado hasta las cejas, y  los demás países mirando impertérritos.

 

Los palestinos muriendo, Israel bravuconeando con su poderío, y… la vida sigue igual en muchos países del mundo y la ONU sigue reuniéndose y emitiendo resoluciones no vinculantes. Y, como cada Navidad, vuelve a rondar por las redes el conmovedor villancico del tamborilero cantado, dicen  en una terraza de Belén, por un árabe, un palestino, un italiano, un israelí y una norteamericana.  Un gesto muy bonito, no vinculante pero emocionante.

 

O tempora o mores

 

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