ENTREVISTA / Erika Vélez Andrade, activista colombiana por los Derechos Humanos
"Me han desarraigado pero seguiré donde esté luchando y siendo una voz para que los Derechos Humanos no se sigan vulnerando"
Erika Vélez Andrade se ha reunido esta semana con el alumnado del IES Río Órbigo de Veguellina de Órbigo y del IES Valles del Luna de Santa María del Páramo. A través de un Programa de acogida de Amnistía Internacional (AI) viene realizando labores de sensibilización de los Derechos Humanos. Esa labor consiste en la exposición durante 15 días de una serie de paneles informativos sobre la situación campesina en Colombia que culmina en un encuentro de Erika con el alumnado.
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Estás exiliada en España por defender los Derechos Humanos en Colombia (Valle del Cauca) ¿Cómo es eso?
Llegué a estar exiliada en España a causa de una situación de vulneración de Derechos Humanos en Colombia. Los defensores de los Derechos Humanos están siendo asesinados por convertirse en voz de las comunidades, o por exigir derechos para la población en general. La vida de mi grupo familiar se ve amenazada, recibimos amenazas de muerte, nos han desplazado de nuestra tierra donde teníamos nuestros cultivos, nuestra actividad agropecuaria, donde hacíamos un trabajo para la comunidad a través de una asociación de mujeres campesinas. Y, lastimosamente, nos hemos tenido que mover por tres ciudades diferentes de Colombia, amparados y custodiados por ‘organizaciones hermanas’ como las llamamos nosotros; organizaciones amigas como el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CPDH) , del cual soy integrante y donde hago una labor pedagógica y educativa por la defensa de los Derechos Humanos. Y a través de otras de otras organizaciones como el CINEP, Programa ‘Somos Defensores’, MINGA, La Corporación Claretiana, llegamos a vincularnos con Amnistía Internacional (AI). Ahí estudian nuestro caso y deciden darnos la oportunidad de entrar en su programa de protección a defensores de los Derechos Humanos, para quienes están pasando por situaciones que ponen en riesgo su vida en aquellos países donde AI trabaja por esta misma defensa.
Llegamos a España a través de ‘Amnistía Internacional España’ y nos garantizan por un año la estadía en este programa, al tiempo que garantizan nuestra vida, cosa que no sucedió en Colombia por parte del Estado colombiano.
![[Img #66756]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/12_2023/3687_2-dsc_0059-copia.jpg)
Habéis sido perseguidas, desplazadas pero no me queda muy claro de dónde viene la persecución ¿Es por parte del gobierno, por parte de grupos armados, por parte de grupos narcotraficantes, o por todos ellos?
El territorio del que nosotros venimos en el Valle del Cauca, es un territorio en donde lastimosamente en este momento se encuentran presencias de grupos insurgentes disidencias de las FARC, también la presencia de grupos paramilitares, de grupos de narcotráfico. Recientemente han incursionado en el territorio los cárteles de México. Entre estos tres grupos se disputan el territorio. La persecución y los hostigamientos y las amenazas vienen por parte de un grupo insurgente, pero también por parte de un grupo paramilitar contra nuestro trabajo político, nuestro trabajo en defensa por los Derechos Humanos. De todos estos grupos sufrimos amenazas, y esto es lo que nos ha llevado a tener que desplazarnos. Es verdad que la persecución también viene por parte del Estado colombiano que ahora se suman a la cantidad de asesinatos a líderes sociales y a defensores de Derechos Humanos que quedan en la impunidad, pero que sabemos que se están gestando y se están realizando bajo la sombra o la dirección del mismo Estado.
En Colombia te valías del teatro y del arte para difundir o reclamar el cumplimiento de los Derechos Humanos ¿Cuáles son los incumplimientos más notorios de los derechos humanos en tu país? Y ¿Cómo puede ayudar el arte en la sensibilización de los mismos?
Yo soy técnica especialista en teatro. Estaba terminando mis estudios de licenciatura en Artes Escénicas en el Instituto Departamental de Bellas Artes de Cali. Desde la misma universidad pudimos realizar con el tema del teatro un proyecto precioso de investigación /creación colectiva donde dábamos a conocer cifras de lo que son los desaparecidos en Colombia. El teatro, el arte es una herramienta que puede ser usada potentemente para hablar de una situación, para denunciarla, para exponer algún caso de vulneración de Derechos Humanos. Y eso es lo que básicamente he venido haciendo a través del teatro, a través de la literatura, desde ‘La Comisión de la Verdad’, en alianza con otras organizaciones. Desde el colectivo al que yo pertenezco, que es ‘Poesía al Viento’, utilizamos la literatura como una herramienta pedagógica para defender, promover el respeto por los Derechos Humanos. El arte juega un papel fundamental como herramienta pedagógica para educar para la paz. Este trabajo lo he venido haciendo en Colombia con niños, niñas adolescentes, sobre todo educando para la paz, dejando en ellos esas semillas a través de esta utilización del arte y cultura como estrategia.
![[Img #66757]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/12_2023/4606_4-dsc_0116-copia.jpg)
¿Qué consecuencias personales tuvieron para ti y para tu familia esta implicación en la defensa de los Derechos Humanos?
La primera, el exilio. El ser desarraigado de tu tierra que es como si una máquina potente se apropiara de tu vida, como si tu vida fuera un árbol y esa máquina lo desenraizara con toda la fuerza y las raíces quedarán al aire. Eso es lo que realmente nos ha sucedido a nosotros, y las consecuencias han sido tener que dejar nuestro proyecto agropecuario, tener que alejarnos de nuestra familia, de nuestros seres queridos, romper también la dinámica del trabajo social y comunitario que se venía gestando, interrumpirlo de momento. E indudablemente las consecuencias emocionales y psicológicas que acompañan el exilio, con el tener que irte de la tierra que te vio nacer y empezar de cero un proyecto de vida en otro continente, en otra cultura totalmente diferente a la tuya. Aunque también hallo consecuencias positivas en la labor que en este momento yo estoy desarrollando acá en España, durante un año, en contraprestación y agradecimiento de esta oportunidad de vida que se nos brinda a través del programa de Amnistía Internacional, en el que podemos ser portavoces y dar voz a tantos que no tienen voz en Colombia. Quiero hacer también esa labor pedagógica y educativa con los jóvenes en España, y darles noticia de una forma más clara la situación de Colombia, ya que los medios muestran una imagen y muestran realidades que no se acercan a la verdad.
Formas parte de un programa de Amnistía Internacional (AI) que pretende sensibilizar a la sociedad en la importancia de la universalización de los Derechos Humanos ¿Cómo es eso?
Es un programa que nace en Amnistía Internacional y que acoge a más de ochenta familias que ya han pasado por él. Nosotros somos una de esas familias que tenemos este privilegio de garantías y de protección por un año, ya que como defensores hemos estado corriendo el riesgo de perder nuestras vidas por defender los Derechos Humanos.
![[Img #66758]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/12_2023/6418_5-dsc_0127-copia.jpg)
¿Cuál es tu labor con los jóvenes españoles y qué respuestas vienes recibiendo en los IES en los que has intervenido?
Mi labor principal es educar, generarles una sensibilidad por esas voces que no escuchan. Pretendo también que ellos cuiden, mantengan, protejan esos derechos que tienen ganados, esas garantías que les da el Estado; porque hay una fragilidad y una posibilidad de que esto que ellos tienen pudiera quebrarse, desvanecerse. Entonces mi labor es también un llamado a la conciencia de lo que se tiene en este momento.
Los jóvenes reciben este mensaje de diversas maneras, pues son muchos colegios, muchos institutos; y cada grupo es diferente por las edades, por el contexto, por el trabajo que los educadores hayan hecho desde sus aulas sobre los Derechos Humanos. Muchos tienen dudas, desconocen totalmente el panorama; pero también me he encontrado con que en algunas aulas hay inmigrantes de Colombia, de Latinoamérica que han sufrido y vivido quizás esta parte de la historia triste de nuestras naciones en Latinoamérica. Siempre hay un punto donde confluir, donde encontrarse, donde resolverles estas dudas, y buscar propagar todo ese testimonio y vivencias en la mente del alumnado.
![[Img #66759]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/12_2023/68_6-dsc_0135-copia.jpg)
¿Que nos cabe esperar de aquellos lugares como tu país donde se incumplen sistemáticamente los derechos humanos?
Yo tengo, primero que todo, mucha esperanza de que la situación en Colombia va a generar los cambios que se necesitan para que logremos el cumplimiento del acuerdo de paz que se ha firmado desde el 2016. Ahora tenemos un nuevo gobierno, un gobierno progresista, un gobierno que le está apostando a la paz, que tiene su mirada y sus intereses puestos en los aportes y en lo que se puede hacer para mitigar temas tan vitales que nos competen a todos como el cambio climático; que ha realizado una apuesta para hacer reformas educativas, reformas en el campo de la salud, en el campo de los derechos laborales. Un gobierno que no lo tiene fácil porque tiene gobierno pero no gobernanza, pero que ha podido avanzar. Pienso que no podemos perder la esperanza. Pues ahora mismo se han activado los diálogos sobre todo con el Ejército de liberación Nacional en Colombia con una apuesta renovada hacia el cumplimiento del Acuerdo de Paz. Pienso que ahí hay esperanza y hay que seguir creyendo que sí va a haber un cambio, sin pensar que vaya a ser fácil transformar en tan solo un periodo de gobierno un Estado que ha estado sometido a la corrupción y los crímenes de Estado por más de 200 años. Tengo por decirte esto como cierre: que tengo total esperanza de que así me hayan desarraigado, seguiré donde esté luchando y siendo una voz para que los Derechos Humanos no se sigan vulnerando de la forma que se hace en nuestra patria y en el resto del mundo, por supuesto. Porque no somos el único país pero tenemos vida que es lo importante. Entonces seguimos.
Estás exiliada en España por defender los Derechos Humanos en Colombia (Valle del Cauca) ¿Cómo es eso?
Llegué a estar exiliada en España a causa de una situación de vulneración de Derechos Humanos en Colombia. Los defensores de los Derechos Humanos están siendo asesinados por convertirse en voz de las comunidades, o por exigir derechos para la población en general. La vida de mi grupo familiar se ve amenazada, recibimos amenazas de muerte, nos han desplazado de nuestra tierra donde teníamos nuestros cultivos, nuestra actividad agropecuaria, donde hacíamos un trabajo para la comunidad a través de una asociación de mujeres campesinas. Y, lastimosamente, nos hemos tenido que mover por tres ciudades diferentes de Colombia, amparados y custodiados por ‘organizaciones hermanas’ como las llamamos nosotros; organizaciones amigas como el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CPDH) , del cual soy integrante y donde hago una labor pedagógica y educativa por la defensa de los Derechos Humanos. Y a través de otras de otras organizaciones como el CINEP, Programa ‘Somos Defensores’, MINGA, La Corporación Claretiana, llegamos a vincularnos con Amnistía Internacional (AI). Ahí estudian nuestro caso y deciden darnos la oportunidad de entrar en su programa de protección a defensores de los Derechos Humanos, para quienes están pasando por situaciones que ponen en riesgo su vida en aquellos países donde AI trabaja por esta misma defensa.
Llegamos a España a través de ‘Amnistía Internacional España’ y nos garantizan por un año la estadía en este programa, al tiempo que garantizan nuestra vida, cosa que no sucedió en Colombia por parte del Estado colombiano.
Habéis sido perseguidas, desplazadas pero no me queda muy claro de dónde viene la persecución ¿Es por parte del gobierno, por parte de grupos armados, por parte de grupos narcotraficantes, o por todos ellos?
El territorio del que nosotros venimos en el Valle del Cauca, es un territorio en donde lastimosamente en este momento se encuentran presencias de grupos insurgentes disidencias de las FARC, también la presencia de grupos paramilitares, de grupos de narcotráfico. Recientemente han incursionado en el territorio los cárteles de México. Entre estos tres grupos se disputan el territorio. La persecución y los hostigamientos y las amenazas vienen por parte de un grupo insurgente, pero también por parte de un grupo paramilitar contra nuestro trabajo político, nuestro trabajo en defensa por los Derechos Humanos. De todos estos grupos sufrimos amenazas, y esto es lo que nos ha llevado a tener que desplazarnos. Es verdad que la persecución también viene por parte del Estado colombiano que ahora se suman a la cantidad de asesinatos a líderes sociales y a defensores de Derechos Humanos que quedan en la impunidad, pero que sabemos que se están gestando y se están realizando bajo la sombra o la dirección del mismo Estado.
En Colombia te valías del teatro y del arte para difundir o reclamar el cumplimiento de los Derechos Humanos ¿Cuáles son los incumplimientos más notorios de los derechos humanos en tu país? Y ¿Cómo puede ayudar el arte en la sensibilización de los mismos?
Yo soy técnica especialista en teatro. Estaba terminando mis estudios de licenciatura en Artes Escénicas en el Instituto Departamental de Bellas Artes de Cali. Desde la misma universidad pudimos realizar con el tema del teatro un proyecto precioso de investigación /creación colectiva donde dábamos a conocer cifras de lo que son los desaparecidos en Colombia. El teatro, el arte es una herramienta que puede ser usada potentemente para hablar de una situación, para denunciarla, para exponer algún caso de vulneración de Derechos Humanos. Y eso es lo que básicamente he venido haciendo a través del teatro, a través de la literatura, desde ‘La Comisión de la Verdad’, en alianza con otras organizaciones. Desde el colectivo al que yo pertenezco, que es ‘Poesía al Viento’, utilizamos la literatura como una herramienta pedagógica para defender, promover el respeto por los Derechos Humanos. El arte juega un papel fundamental como herramienta pedagógica para educar para la paz. Este trabajo lo he venido haciendo en Colombia con niños, niñas adolescentes, sobre todo educando para la paz, dejando en ellos esas semillas a través de esta utilización del arte y cultura como estrategia.
¿Qué consecuencias personales tuvieron para ti y para tu familia esta implicación en la defensa de los Derechos Humanos?
La primera, el exilio. El ser desarraigado de tu tierra que es como si una máquina potente se apropiara de tu vida, como si tu vida fuera un árbol y esa máquina lo desenraizara con toda la fuerza y las raíces quedarán al aire. Eso es lo que realmente nos ha sucedido a nosotros, y las consecuencias han sido tener que dejar nuestro proyecto agropecuario, tener que alejarnos de nuestra familia, de nuestros seres queridos, romper también la dinámica del trabajo social y comunitario que se venía gestando, interrumpirlo de momento. E indudablemente las consecuencias emocionales y psicológicas que acompañan el exilio, con el tener que irte de la tierra que te vio nacer y empezar de cero un proyecto de vida en otro continente, en otra cultura totalmente diferente a la tuya. Aunque también hallo consecuencias positivas en la labor que en este momento yo estoy desarrollando acá en España, durante un año, en contraprestación y agradecimiento de esta oportunidad de vida que se nos brinda a través del programa de Amnistía Internacional, en el que podemos ser portavoces y dar voz a tantos que no tienen voz en Colombia. Quiero hacer también esa labor pedagógica y educativa con los jóvenes en España, y darles noticia de una forma más clara la situación de Colombia, ya que los medios muestran una imagen y muestran realidades que no se acercan a la verdad.
Formas parte de un programa de Amnistía Internacional (AI) que pretende sensibilizar a la sociedad en la importancia de la universalización de los Derechos Humanos ¿Cómo es eso?
Es un programa que nace en Amnistía Internacional y que acoge a más de ochenta familias que ya han pasado por él. Nosotros somos una de esas familias que tenemos este privilegio de garantías y de protección por un año, ya que como defensores hemos estado corriendo el riesgo de perder nuestras vidas por defender los Derechos Humanos.
¿Cuál es tu labor con los jóvenes españoles y qué respuestas vienes recibiendo en los IES en los que has intervenido?
Mi labor principal es educar, generarles una sensibilidad por esas voces que no escuchan. Pretendo también que ellos cuiden, mantengan, protejan esos derechos que tienen ganados, esas garantías que les da el Estado; porque hay una fragilidad y una posibilidad de que esto que ellos tienen pudiera quebrarse, desvanecerse. Entonces mi labor es también un llamado a la conciencia de lo que se tiene en este momento.
Los jóvenes reciben este mensaje de diversas maneras, pues son muchos colegios, muchos institutos; y cada grupo es diferente por las edades, por el contexto, por el trabajo que los educadores hayan hecho desde sus aulas sobre los Derechos Humanos. Muchos tienen dudas, desconocen totalmente el panorama; pero también me he encontrado con que en algunas aulas hay inmigrantes de Colombia, de Latinoamérica que han sufrido y vivido quizás esta parte de la historia triste de nuestras naciones en Latinoamérica. Siempre hay un punto donde confluir, donde encontrarse, donde resolverles estas dudas, y buscar propagar todo ese testimonio y vivencias en la mente del alumnado.
¿Que nos cabe esperar de aquellos lugares como tu país donde se incumplen sistemáticamente los derechos humanos?
Yo tengo, primero que todo, mucha esperanza de que la situación en Colombia va a generar los cambios que se necesitan para que logremos el cumplimiento del acuerdo de paz que se ha firmado desde el 2016. Ahora tenemos un nuevo gobierno, un gobierno progresista, un gobierno que le está apostando a la paz, que tiene su mirada y sus intereses puestos en los aportes y en lo que se puede hacer para mitigar temas tan vitales que nos competen a todos como el cambio climático; que ha realizado una apuesta para hacer reformas educativas, reformas en el campo de la salud, en el campo de los derechos laborales. Un gobierno que no lo tiene fácil porque tiene gobierno pero no gobernanza, pero que ha podido avanzar. Pienso que no podemos perder la esperanza. Pues ahora mismo se han activado los diálogos sobre todo con el Ejército de liberación Nacional en Colombia con una apuesta renovada hacia el cumplimiento del Acuerdo de Paz. Pienso que ahí hay esperanza y hay que seguir creyendo que sí va a haber un cambio, sin pensar que vaya a ser fácil transformar en tan solo un periodo de gobierno un Estado que ha estado sometido a la corrupción y los crímenes de Estado por más de 200 años. Tengo por decirte esto como cierre: que tengo total esperanza de que así me hayan desarraigado, seguiré donde esté luchando y siendo una voz para que los Derechos Humanos no se sigan vulnerando de la forma que se hace en nuestra patria y en el resto del mundo, por supuesto. Porque no somos el único país pero tenemos vida que es lo importante. Entonces seguimos.