Esteban Carro Celada
Domingo, 17 de Diciembre de 2023

Los alegres días de El Fresco (13)

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Canto al río jerga

 

En el Bicho 9, ‘Marcos de Obregón’ cuenta en verso el sucedido del ‘casinista’ que no fuma, pero que se juega un puro al tute. Si lo pierde, paga. Si lo gana, lo transporta a casa. Cuando ha coleccionado número suficiente para componer una caja, se acerca al camarero del Casino, se lo ofrece, regatea en el precio y por último la vende: “paga el mozo lo ajustado y el frescales más contento que unas pascuas se dispone a coleccionar de nuevo".

 

El romance en -eo se titula ‘Vaya frescura’. En el bicho número 10, el mismo se interesa por cantar al Jerga, río que apenas lleva agua más que en invierno. Pero es un símbolo:

 

"Nadie canta tus ondas,

Ni tus ondinas,

Ni tus tristes riberas, ni tus vecinas

Selvas y frondas.

Nadie llama tampoco cristalinas

A tus aguas cansinas,

Ni surgen de tus senos, 

(Que yo haya visto al menos)

Pálidas princesinas,

Ni dragones raptores,

Ni mágicos castillos,

Ni insulsos pececillos,

Ni mucho menos peces de colores.

Pero que no te importe, yo te canto

Y aunque no tengo cero de poeta,

Tú de Río quizá no tengas tanto;

(Perdona que si este verso es insultante,

Pero me lo ha exigido el consonante) más antes de empezar, querido Jerga,

Escucha mis temores:

Si tenemos lectores,

(Que lo dudo), ¿No tomarán a juerga

Mis sentidas canciones a tu cauce?

(¡Qué bien vendría aquí hablar del sauce!)

¿No es mejor esperar a que yerga

Tu líquido fangoso

Allá cuando las aguas invernales,

Acudiendo a raudales,

Hagan de ti un coloso

Y yo pueda llamarte proceloso?

Pues sí, mísero río,

Francamente:

Como se va a reír toda la gente,

Es mejor esperar a que el estío

Del todo haya pasado,

Y el caudal de tus aguas aumentado.

Y por hoy nada más: calla y espera.

Que suplan por ahora mis canciones

Que allá por tu ribera

A diario dirá mi lavandera.”

 

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Ya hemos toreado bastante

 

En el mismo número, en ‘Pido la palabra’ sacan al retortero el hecho de un déficit de 7.508,36 pesetas en la recaudación de consumos, si se compara con el del semestre del año anterior. Descubrían así los veraneantes imberbes una madre del cordero. También lo sacaban a público conocimiento de Antonio García del Otero, por haber obtenido, aunque solo fuera interinamente, la vara del alcalde:

 

“No sabes la fruición

Que me produce tu ascenso,

Y cuanto más lo pienso

Me embarga más la emoción.

Y sube a punto altanero

Esa pasión singular,

Sabiendo que ha de rabiar

Felipe, tu compañero.”

 

Incluso hay que recordar que en el Bicho 13 de la primera temporada anuncian que ‘La diñamos’. ‘El Caballero de la mano al pecho’ liriza la blancura y promesas de Blanca G. Sabugo: “El nombre es heraldo de blancas promesas".

 

Las razones que dan para terminar con la primera temporada de ‘El Fresco’ se pueden resumir más o menos así: “Se abren y rugen las voces paternales imperativas; porque la contribución nos apremia al cumplirse el primer trimestre de nuestro nacimiento, cuando apenas asoman los dientes a nuestros rapaces; porque creemos haber toreado bastante esta temporada, y… ¡Qué caray!, ¡Basta de explicaciones!, porque nos da la realísima gana, pues para eso somos los amos".

 

La carta la firma ‘Bartolo’, el director. Y anuncia un extraordinario con colorines, colaboraciones, dobles páginas, autógrafos, todo por 10 céntimos: “¡La órdiga!”. Con motivo de las Ferias y Fiestas sacan a relucir ciertos trapillos, los de la mendicidad pública: “legiones de chiquillos como abandonados a los peligros de la calle, insultan y atropellan a quienes por ella pasan; y al oler los perfumes, nada fragantes que despiden muchas viviendas". Hay un hombre que silueteado con dibujo de línea y con palabras firmadas por ‘Armando la gorda’. Es aquel don Luis Luengo, mielero, ‘palmaditero’. Tal palanca de Arquímedes la ha utilizado don Luis Luengo sobre el mundo electoral en el punto de “su almibarada elocuencia, sus efusivos apretones de manos y sus golpecitos sobre el omóplato". Hay muchos que le imitan burdamente. Los siluetean cuando, pasada su larga luna, entra en cuarto menguante. Esperan que políticamente resucite este astorgano ‘médico y tresillista’, que "hastiado de la política, más aún que Dato, (el puntillero de los conservadores de esta provincia), se recluyó en la soledad, para dedicarse exclusivamente a la admiración de las acuarelas que pinta el lustre mallorquín, señor Maura".

 

Músicos soplando y fontanero con dalmática

 

En ‘Municipalerías y armas al hombro’, del mismo Bicho, dan cuenta de cómo ‘Bartolo’, "su director", “hortelano de buenos melones, alguacil del Ayuntamiento se ha interesado en los trabajos del presupuesto municipal. De resultas de él, se ha suprimido la banda concejil y, sin embargo, los músicos astorganos, soplando con toda la fuerza de un fuelle de fundición, nos resultan más simpáticos que el fontanero con dalmática y pantorrilla impúdicas". Considera que esa coladura de quitar esas dulzuras de la vida ciudadana no debió pasárselo a Paulino Monteserín. Le llama la atención "como ha pasado incólume por el buen ojo del Contador". (He de advertir que tal contador municipal tenía una nube en uno de sus ojos) si esas pesetas pudieran ser "culturalmente reproductivas” no lo son en cambio las dos mil y pico del material de oficina. Ese pico es "tan largo como Gabrielón y el rollizo Obdulio empalmaos".

 

A los anunciantes posibles del Bicho 14, les advierte, en un ‘entrefilet’: “Conviene advertir a los comerciantes industriales que ‘El Fresco’, repartido a las 10 de la mañana del domingo de ferias, es una guía del forastero. -Así es que ustedes no ignoran lo que son las ferias, lo que son los forasteros y lo que es ‘El Fresco’ deben acudir a anunciarse. Pero, muy pronto, porque no disponemos de gran espacio". ‘Marcos Obregón’ copia una carta de Pedro Mato en que se vuelve muy galante hacia la maragata del reloj: "Señora maragata relojera de la plaza":

 

“Divina maragata: el alma mía

Que sufre horriblemente noche y día

Me ha dictado esta carta portadora

Del cariño ideal con que te adora.”

 

Se juzga a sí mismo casi tan soltero como Álvaro Panero. Se ve viejo y decente, suspira por la maragata,

 

“Por ser hermosa  y porque das la hora.”

 

Pasa más tarde a poner en solfa a las gentes del Ayuntamiento y de la ciudad por contraposición a las de sus amos, los canónigos

 

“Y te contaré lo que aquí pasa:

Que mis amos no dicen nunca ‘haiga,

Dende agora, imperfeuto, auto ni vaiga’

Que puedes contestarme por ‘El Fresco’

Aunque es un semanario muy burlesco.”

 

La pide en boda.

 

 

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Jugando a futuribles

 

De las secciones que pasarán de ‘El Fresco’ de la primera a la segunda temporada podemos hablar de una, de ‘Imitando noticias de 1930’. Tan solo perdura en dos números. En el bicho 16 se adelanta como alcalde para 1930 a don Antonio Perandones que colocará, al fin, la lápida de Blanco de Cela. Ya está bien, después de 15 años. Para entonces aún seguirá cobrando quinquenios el contador, Paulino. Y don Adolfo A. Manrique daría una conferencia a la ‘Juventud Antoniana’ (tan pacata) sobre ‘Los bailes sibaríticos en el gran mundo’. Dos números más adelante, se ofrece una humorística sentencia, firmada por José Fernández. Se refiere a como ellos los fresquitos no pagarán al casero Juan Antonio Fuertes por el alquiler de los locales en Manuel Gullón, 2. Por su gracia, por ser la última inserción y porque como en cierta medida, tiene que ver con la conformación de la propia redacción, la reproducimos íntegramente: “Se ha hecho pública la sentencia dictada por el juzgado del 11 distrito de esta ciudad en el juicio de desahucio seguido a instancia de nuestro casero, contra la redacción de ‘El Fresco’”. -La doctrina que encierra dicha sentencia se tutea con la del Padre Astete. -he aquí los principales resultandos y consideren o considerandos: “Resultando: que el local, origen del litigio, fue aceptado por la redacción demandada, como especial favor otorgado al demandante, en atención a los repetidos, fervientes ofrecimientos por el mismo formulados; Resultando que, por otra parte, el semanario ‘El Fresco’ ha venido publicando en sus columnas, con ligeras intermitencias, un vistoso anuncio de la industria del casero de referencia, sin que este pueda aducir en favor, haber satisfecho cantidad alguna por tan señalado honor y servicio.

“Considerando que con la ocupación de dichos locales por las oficinas de ‘El Fresco’, el domicilio y la calle fueron ganando en valor, importancia, por cuanto se desprende de la unánime confesión de los testigos que han depuesto y público ambiente recogido;

“Considerando que la redacción demandada nunca abrigó intenciones de satisfacer tributo alguno por el local ocupado, toda vez que eso implicaría desdoro de su propia dignidad fresqueril: “Fallo que debo absorber y absuelvo a la redacción de ‘El Fresco’ de la demanda, origen del litigio, entendiendo, que un alto espíritu de justicia, concede a los demandados el derecho de poseer en usufructo tales locales, por cuanto aquellos dieron la importancia y valor jamás antes apreciado; se fija en 5000 pesetas el importe de los anuncios publicados en ‘El Fresco’ que tiene derecho a exigir dicho semanario del casero y se imponen a este las costas. -así definitivamente juzgando, lo pronuncio, comando y firmo.  .-José Fernández “.

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