Juan Guerrero
Domingo, 24 de Diciembre de 2023

Manuel Díaz Rodríguez: un escritor relegado

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De los autores de obligatoria lectura en el bachillerato, el nombre de Manuel Díaz Rodríguez, (1871-1927), era una indispensable referencia y sus dos novelas, Ídolos rotos (1901) y Peregrinao el pozo encantado, (1921) se analizaban en la asignatura, Castellano y literatura. Sin embargo, ya en la universidad, los autores venezolanos eran prácticamente ‘desechados’ porque algunos ‘críticos literarios’ de los años 70-80, consideraban que los escritores nacionales no eran de mayor relevancia. Autores, como Andrés Eloy Blanco, Rómulo Gallegos, Pedro Emilio Coll, entre un largo etcétera, fueron prácticamente colocados al margen de los nuevos movimientos literarios y de la ‘nueva crítica’ venezolana, formada en Francia e Inglaterra, fundamentalmente.

 

Creo que una de las razones que privó en quienes relegaron a estos y otros nombres de escritores venezolanos de siglos pasados, fue la afinidad política y la colaboración que tuvieron alguno de estos intelectuales en los gobiernos abiertamente dictatoriales de aquellas épocas. Este pareciera ser el caso de, Manuel Díaz Rodríguez cuyo devenir intelectual se desarrolló en dos ciclos. Una primera etapa, de descubrimiento de su esencia como escritor, sea como joven lector de literatura clásica, sea como novel narrador, al publicar con apenas veinte años, su primer libro, Sensaciones de viaje, editado en París, en 1896, libro que fue premiado en Venezuela. En esta primera obra, Díaz Rodríguez presenta una elaborada estructura de nuevo estilo al tiempo que describe ciudades y lugares, por los que muestra un apasionado deslumbramiento, como los paisajes de la campiña italiana, con ciudades como Florencia, Nápoles y Venecia.

 

 

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Su primer ciclo está marcado por los relatos de viajes, que lo hará apenas se gradúa de médico, en 1891, perfeccionándose en París y Viena, profesión, que, sin embargo, no llegará a desempeñar. Sus primeros años en Europa son dedicados a recorrer ciudades y pueblos y de esas experiencias, en sitios como Florencia, Milán, Nápoles, París, Constantinopla, son sus escritos iniciales, donde el cuido por un estilo refinado se aprecia con la tendencia a la descripción de detalles y reflexiones sobre la vida, el desarraigo, la soledad y la visión intimista del ser humano, que son las marcas discursivas que van a estar presentes en la obra de Díaz Rodríguez.

 

He tenido el privilegio de recibir como obsequio la colección de sus libros, publicados por Ediciones Nueva Cádiz, 1951, de parte de un descendiente directo de Díaz Rodríguez, Daniel Machado Díaz, profesor de la Universidad de Los Andes. Escasamente se han vuelto a publicar en el país sus obras en los últimos años, y menos, semblanzas críticas sobre su vida y obra. Sí se han realizado estudios e investigaciones, a cargo de instituciones y universidades fuera del país, donde la obra de este escritor despierta interés, por tratarse de un nombre fundamental en la lista de los precursores del movimiento Modernista hispanoamericano y quien fue de los primeros en desarrollar en algunos de sus personajes, la voz intimista, el fatalismo, dasarraigo, y la visión onírica en sus narraciones.

 

La segunda etapa en la vida de este destacado escritor está marcada por una especie de ostracismo que se evidencia a su regreso de Europa, al morir su padre y recibir la herencia que le corresponde y dedicarse, por cerca de siete años, a las labores del campo, en la hacienda de sus progenitores. A la muerte del dictador, Cipriano Castro, es invitado a formar parte del nuevo gobierno de Juan Vicente Gómez. Sale de su silencio campestre para asumir responsabilidades en la administración pública, como autoridad universitaria, ministro de finanzas, ministro plenipotenciario de relaciones exteriores, en Italia, así como gobernador del estado Nueva Esparta y posteriormente, en el estado Sucre.

 

 

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De esta época son sus obras más emblemáticas y que muestran la Venezuela que progresivamente pasa del ‘ruralismo’, para incorporarse a la modernidad. Es, también, la narrativa de un escritor que abandona la visión de la literatura del ‘criollismo’ para introducir los rasgos narrativos de un tratamiento intimista, del padecimiento psicológico, el desarraigo y el fatalismo, que destacarán en la escritura de Díaz Rodríguez.

 

Estas características son esenciales para comprender, tanto la obra de este escritor como también, la dimensión de una sociedad sumida en las tribulaciones de movimientos políticos que impedían su desarrollo. En su novela, Ídolos rotos, publicada en 1901 el autor aparece reflejado entre los pasos de, Alberto Soria, protagonista, quien viaja a Europa a perfeccionarse como ingeniero. Sin embargo, termina descubriendo en el arte (se forma como escultor), su verdadera vocación. Similarmente, el escritor, una vez culminado los estudios como médico, va a Europa a especializarse en su profesión, pero en los viajes que realiza, descubre su verdadera vocación: ser escritor. A su regreso al país, tanto autor como personaje, descubren una realidad que les es adversa, asquea la decadencia y la fetidez de un ambiente social y político que no parecen tener solución. De esa visión deviene el carácter derrotista, el desarraigo y fatalismo presentes en la obra de, Díaz Rodríguez. Parte de ello, podemos apreciarlo, cuando escribe: “Después de contaminar a los politicastros, el soplo de traición comenzó a sacudir las almas de los militares fieles al gobierno. El César se vio poco a poco desamparado de sus generales más adictos. Uno solo se mostraba decidido a no abandonarle. Los demás le abandonaban diciéndose desalentados de la lucha, cada vez más recia y vana, pero en realidad, si no le dejaban por cobardía, le dejaban porque de tiempo atrás venían en tratos con la revolución y sus jefes. Los últimos no se cuidaron mucho de las formas; no ocultaron sus perfidias bajo disfraces: le dijeron que estaba demás, y le aconsejaron la fuga. No se la aconsejaron: se la impusieron.”

 

Palabras de un escritor de principios del siglo XX;luminosas, certeras, lúcidas y actuales.

 

 

(*) camilodeasis@hotmail.com  X @camilodeasis  IG @camilodeasis1  FB camilodeasis

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