Los alegres días de 'El Fresco' (16)
![[Img #67127]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/01_2024/9364_1.jpg)
Demolición del arco de la puerta de sol
Se empieza a hablar de la compra de una vitrina, para contener pergaminos históricos. Es aplaudida la idea de Román, pero es rechazada la propuesta del inspector del alumbrado que pidió: "la demolición del arco de Puerta Sol, alegando razones de higiene y estética, no estamos acordes y a fe que lo sentimos". Se les echa un jarro de agua a los ‘ayuntamientistas’, porque ninguno tiene estética, al darse la birria corporativa de confundir las hiperbólicas americanas "con levitas de corte atrevido y sombreros de alas anchas". Zanjan el asunto-¿Lo zanjan de verdad?- así: “los restos de la muralla que se intenta demoler son sagrados, son inviolables y deben conservarse como reliquias de un pasado glorioso”. ¿No late detrás don Marcelo Macías? Sin embargo a pesar de los gritos juveniles, los faraones del Ayuntamiento demolieron el Arco de Puerta Sol.
Otra casa de astorganos es aquella de quién se fue a América; nació en un pueblo, guardó ovejas como pastor y ahora construye casas para los pobres, acude al jardín a ganar dos onzas por apuesta de Benigno. Las ganará quien sienta crecer la hierba. La vida de este astorgano está entre el Casino, el jardín y la jardinera (coche en que me arrelleno para ir al pueblico). Su casa de Astorga tiene un azul prusia enloquecedor en las paredes "cual blancas palomas". Hay cromos y otras zarandajas. El ojo observador de estos alevines de periodista capta así su despacho: "media docena de sillas tapizadas de verde, unos cortinones con rojo guarda-malleta que se estaba dando de puñetazos con el tapiz de las sillas, una cómoda robusta, en cuyo techo yacían en su mayor simetría figuritas de biscuit, dos soberbios caracoles, un espejo y una urnita de estructura conventicia. En el centro de la sala, un velador de nogal y mármol sostenía artificial buque de rosas y mosquetas". El hombre con quien hablaba el fresquista tenía una sonrisa de conejo.
Es verano de 1917 y los periodistas adjudican a los diferentes concejales posibles sitios de veraneo. Se juega con la significación de las palabras.
![[Img #67129]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/01_2024/8298_2-captura-de-pantalla-2024-01-14-120438-copia.jpg)
Al cementerio en coche de caballos
En la becerrada última el palco municipal gastó cuatro onzas en salchichón. Esta factura le hizo levantar la voz a Paulino Monteserín. Otra delicada situación sucede por entonces. La presencia espeluznante, aquelarrica, inhumante, encrespada, necrofílica de los industriales de la muerte. Con cintas amarillas colgadas de la americana, "con martillo a la vista, con mofletudos ángeles de carta oliendo a cera y a muerte", se presentaron en el Ayuntamiento los funerarios, iban a proponer el progreso. La introducción del coche de caballos, en vez de la conducción del muerto "por cuatro, poco serenos, donde indefectiblemente rozna alguna vieja plañidera". De estos coches fúnebres dice Obregón:
"Ya ves como progresamos.
El día que las diñemos
¡Que cómodamente iremos…!
Si es que no descarrilamos
En las calles que tenemos".
Sobre la proposición de García González que pretende demoler el arco de Puerta Sol este es el canto que se sacan del bigote:
“Te advierto que no lo harán,
Porque según me han contado
Ya todos se han percatado
De que no conseguirán
Dejar aquellos saneado”.
Antoñito sigue siendo de requesón enjabonado, caramelo. A él frescamente Rodrigo le escribe una carta en que comunica el traspaso de la ‘Sabina’:
“Dado en el florido vergel de mis amores
Donde no llegan del consejo los rumores;
Y se vive para la vida solo,
Huyendo de Felipe y de Bartolo”.
![[Img #67128]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/01_2024/6416_3captura-de-pantalla-2024-01-14-120537-copia.jpg)
Don Germán diplomático sin embajada
Antonio le escribe como como alcalde accidental, al propietario, dándole cuenta de lo casquivana y alegre que es la ‘Sabina’, embriagada en perfumes, con mal dormir: "al fin todos nos oscularemos compungidos delante de Manolín". Mientras tanto el Contador Paulino Monteserín ha cumplido veinte años de estancia en Astorga y le suben los quinquenios, con su recuelo contra la prosperidad del Ayuntamiento.
Al fin, al bicho 21, el 22 de julio, parece que la ‘Sabina’, efectivamente, no tiene dueño. Para conseguir la ‘Sabina’, en su día, hizo Rodrigo las más esenciales carantoñas. Hoy la ha desechado. Antonio la ha galanteado y se retira. Lo solucionarán las palmadas de Manolín y un clavel reventón de Rodrigo.
De Germán Gullón se publica una caricatura, firmada por E. Alonso. El elogio fundamental que se vierte es el de que se ha sabido alejar de la grillera del Concejo y de que se le adjudica talla “para ser lugar-teniente de Manolín y no disputa a Santiaguito la dirección… Es notable jurisconsulto, escritor brillante, Luengo, joven, viudo y diplomático sin embajada". El prao de Santa Ana ha hecho colaborar de nuevo a ‘Anciano con sus ‘Astorganerías’. Al prao de Santa Ana va la arrabalista con chambra francesa de percal, pañuelo al cuello, zapato de biés; van también los comerciantes e industriales de real. Jóvenes, viejos, damas y galanes, por el canal, bajo el sol, en la sombra, a corrillos comen los chorizos con su pringue en el pan. Corre la bota. Cruje la hogaza, se comen pollos y ternera. Y, después, a bailar, entre la polvareda, en rempujines. Acordeones. Andares de canela, frufrú, leche helada. La fiesta de Puerta de Rey hasta la madrugada. Por entonces se funda la Liga de las sílfides "para deshacer los noviazgos actuales y oponerse a los que puedan surgir". Y, como era lo normal, los chicos de ‘El Fresco’ se dijeron: “Abajo la Liga".
Hay interviú efectuada a los de la carnicería de Saturno a quien encuentran con enorme cuchillo descabezando una ternera. El olorcillo no proviene ni de su bodegón ni de su pozo negro. Es problema de casa de Gusano: abril "un escape de tubería de los sifones”.
![[Img #67130]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/01_2024/4894_4-captura-de-pantalla-2024-01-14-120638-copia.jpg)
Medir el dril y el endecasílabo
La Juventud antoniana larga del Círculo Mercantil a uno de los ‘frescos’. Parece que no quiere que olfatee los ensayos de una obra teatral en la que interviene el amigo Montero. En el segundo bicho de la temporada habían sacado ripios antonianos enviados por Lucas Gómez. Bajo toldo colocado por Honorio y Gavela instalaron mesa de color rosa, con flores traídas por Miguel Montero. Fidalgo condujo después a sus sillas hasta trece pobres. Y Vinieron señoritas a servirlos de camareras, a quienes pellizcarían si les fuera dado:
“Sirven de primer plato ternera asada
Patatas y salsa y una ensalada;
Después merluza frita y en escabeche,
Luego una fuente de arroz con leche,
Y pasteles como naranjas, y no aseguro,
Más creo que café, con copa y puro.
Un gramófono inmenso tocó un buen rato;
Ortiz sacó instantáneas con su aparato".
Al Bicho siguiente, tras el percance de no poder acceder al Círculo Mercantil, se publica reseña en ‘Revista teatral’ con dos caricaturas de Alonso. Una de Pompeyo Pérez que era el autor del estreno ‘Los hombres prácticos’, y otra, de Miguel Montero, en su papel "en aquella sonata en que sudaba el kilogramo". Hubo eclipses de luz, pero ‘El Fresco’ felicita a las antonianas y hasta las besa los pies, por haber interpretado la obra de Pérez Benito, "que con la misma facilidad empuña la vara y mide unas piezas de dril que coge el metro y mide un endecasílabo".
No ocurren grandes cosas por aquellos días. Se clarifican posiciones y parece que los que están más interesados en la demolición de Puerta Sol son el subdelegado de medicina, don Antonio Cavero, cura de San Andrés, y don Manuel Vega. ¿Razones? Conveniencias, comicidad, horizonte. El verano aprieta de lo lindo como hasta el punto de que, el miércoles, Guillermo Iruke aletea por las calles "un abanico gigante, suelto el botón de la pechera y el chambergo en la mano de la maleta, digo de la muleta. Jerónimo Criado sopla con un ventilador eléctrico, y, a su lado, respira Panero, se infla Montero y ronca el trapero”.
“Saluda un guardia. Pasa un burro y cruza un carro". Los demás se preocupan del bombardino, de árboles centenarios como los negrillos. El alcalde pide otro permiso indefinido de dos meses para no parecer por el Ayuntamiento, al no dárselo, la 'Sabina’ vuelve del olor a percalina de Antoñito a las manos de Rodrigo, que ha mandado preparar la calle del Diputado-Ministro, y acaba de acallar la grotesca proposición de la demolición de Puerta Sol.
El cantón sigue siendo vocero mayor de las excelencias democráticas y veraniegas de Astorga, según confesión del periodista madrileño Federico Gómez en el Bicho 22.
Demolición del arco de la puerta de sol
Se empieza a hablar de la compra de una vitrina, para contener pergaminos históricos. Es aplaudida la idea de Román, pero es rechazada la propuesta del inspector del alumbrado que pidió: "la demolición del arco de Puerta Sol, alegando razones de higiene y estética, no estamos acordes y a fe que lo sentimos". Se les echa un jarro de agua a los ‘ayuntamientistas’, porque ninguno tiene estética, al darse la birria corporativa de confundir las hiperbólicas americanas "con levitas de corte atrevido y sombreros de alas anchas". Zanjan el asunto-¿Lo zanjan de verdad?- así: “los restos de la muralla que se intenta demoler son sagrados, son inviolables y deben conservarse como reliquias de un pasado glorioso”. ¿No late detrás don Marcelo Macías? Sin embargo a pesar de los gritos juveniles, los faraones del Ayuntamiento demolieron el Arco de Puerta Sol.
Otra casa de astorganos es aquella de quién se fue a América; nació en un pueblo, guardó ovejas como pastor y ahora construye casas para los pobres, acude al jardín a ganar dos onzas por apuesta de Benigno. Las ganará quien sienta crecer la hierba. La vida de este astorgano está entre el Casino, el jardín y la jardinera (coche en que me arrelleno para ir al pueblico). Su casa de Astorga tiene un azul prusia enloquecedor en las paredes "cual blancas palomas". Hay cromos y otras zarandajas. El ojo observador de estos alevines de periodista capta así su despacho: "media docena de sillas tapizadas de verde, unos cortinones con rojo guarda-malleta que se estaba dando de puñetazos con el tapiz de las sillas, una cómoda robusta, en cuyo techo yacían en su mayor simetría figuritas de biscuit, dos soberbios caracoles, un espejo y una urnita de estructura conventicia. En el centro de la sala, un velador de nogal y mármol sostenía artificial buque de rosas y mosquetas". El hombre con quien hablaba el fresquista tenía una sonrisa de conejo.
Es verano de 1917 y los periodistas adjudican a los diferentes concejales posibles sitios de veraneo. Se juega con la significación de las palabras.
Al cementerio en coche de caballos
En la becerrada última el palco municipal gastó cuatro onzas en salchichón. Esta factura le hizo levantar la voz a Paulino Monteserín. Otra delicada situación sucede por entonces. La presencia espeluznante, aquelarrica, inhumante, encrespada, necrofílica de los industriales de la muerte. Con cintas amarillas colgadas de la americana, "con martillo a la vista, con mofletudos ángeles de carta oliendo a cera y a muerte", se presentaron en el Ayuntamiento los funerarios, iban a proponer el progreso. La introducción del coche de caballos, en vez de la conducción del muerto "por cuatro, poco serenos, donde indefectiblemente rozna alguna vieja plañidera". De estos coches fúnebres dice Obregón:
"Ya ves como progresamos.
El día que las diñemos
¡Que cómodamente iremos…!
Si es que no descarrilamos
En las calles que tenemos".
Sobre la proposición de García González que pretende demoler el arco de Puerta Sol este es el canto que se sacan del bigote:
“Te advierto que no lo harán,
Porque según me han contado
Ya todos se han percatado
De que no conseguirán
Dejar aquellos saneado”.
Antoñito sigue siendo de requesón enjabonado, caramelo. A él frescamente Rodrigo le escribe una carta en que comunica el traspaso de la ‘Sabina’:
“Dado en el florido vergel de mis amores
Donde no llegan del consejo los rumores;
Y se vive para la vida solo,
Huyendo de Felipe y de Bartolo”.
Don Germán diplomático sin embajada
Antonio le escribe como como alcalde accidental, al propietario, dándole cuenta de lo casquivana y alegre que es la ‘Sabina’, embriagada en perfumes, con mal dormir: "al fin todos nos oscularemos compungidos delante de Manolín". Mientras tanto el Contador Paulino Monteserín ha cumplido veinte años de estancia en Astorga y le suben los quinquenios, con su recuelo contra la prosperidad del Ayuntamiento.
Al fin, al bicho 21, el 22 de julio, parece que la ‘Sabina’, efectivamente, no tiene dueño. Para conseguir la ‘Sabina’, en su día, hizo Rodrigo las más esenciales carantoñas. Hoy la ha desechado. Antonio la ha galanteado y se retira. Lo solucionarán las palmadas de Manolín y un clavel reventón de Rodrigo.
De Germán Gullón se publica una caricatura, firmada por E. Alonso. El elogio fundamental que se vierte es el de que se ha sabido alejar de la grillera del Concejo y de que se le adjudica talla “para ser lugar-teniente de Manolín y no disputa a Santiaguito la dirección… Es notable jurisconsulto, escritor brillante, Luengo, joven, viudo y diplomático sin embajada". El prao de Santa Ana ha hecho colaborar de nuevo a ‘Anciano con sus ‘Astorganerías’. Al prao de Santa Ana va la arrabalista con chambra francesa de percal, pañuelo al cuello, zapato de biés; van también los comerciantes e industriales de real. Jóvenes, viejos, damas y galanes, por el canal, bajo el sol, en la sombra, a corrillos comen los chorizos con su pringue en el pan. Corre la bota. Cruje la hogaza, se comen pollos y ternera. Y, después, a bailar, entre la polvareda, en rempujines. Acordeones. Andares de canela, frufrú, leche helada. La fiesta de Puerta de Rey hasta la madrugada. Por entonces se funda la Liga de las sílfides "para deshacer los noviazgos actuales y oponerse a los que puedan surgir". Y, como era lo normal, los chicos de ‘El Fresco’ se dijeron: “Abajo la Liga".
Hay interviú efectuada a los de la carnicería de Saturno a quien encuentran con enorme cuchillo descabezando una ternera. El olorcillo no proviene ni de su bodegón ni de su pozo negro. Es problema de casa de Gusano: abril "un escape de tubería de los sifones”.
Medir el dril y el endecasílabo
La Juventud antoniana larga del Círculo Mercantil a uno de los ‘frescos’. Parece que no quiere que olfatee los ensayos de una obra teatral en la que interviene el amigo Montero. En el segundo bicho de la temporada habían sacado ripios antonianos enviados por Lucas Gómez. Bajo toldo colocado por Honorio y Gavela instalaron mesa de color rosa, con flores traídas por Miguel Montero. Fidalgo condujo después a sus sillas hasta trece pobres. Y Vinieron señoritas a servirlos de camareras, a quienes pellizcarían si les fuera dado:
“Sirven de primer plato ternera asada
Patatas y salsa y una ensalada;
Después merluza frita y en escabeche,
Luego una fuente de arroz con leche,
Y pasteles como naranjas, y no aseguro,
Más creo que café, con copa y puro.
Un gramófono inmenso tocó un buen rato;
Ortiz sacó instantáneas con su aparato".
Al Bicho siguiente, tras el percance de no poder acceder al Círculo Mercantil, se publica reseña en ‘Revista teatral’ con dos caricaturas de Alonso. Una de Pompeyo Pérez que era el autor del estreno ‘Los hombres prácticos’, y otra, de Miguel Montero, en su papel "en aquella sonata en que sudaba el kilogramo". Hubo eclipses de luz, pero ‘El Fresco’ felicita a las antonianas y hasta las besa los pies, por haber interpretado la obra de Pérez Benito, "que con la misma facilidad empuña la vara y mide unas piezas de dril que coge el metro y mide un endecasílabo".
No ocurren grandes cosas por aquellos días. Se clarifican posiciones y parece que los que están más interesados en la demolición de Puerta Sol son el subdelegado de medicina, don Antonio Cavero, cura de San Andrés, y don Manuel Vega. ¿Razones? Conveniencias, comicidad, horizonte. El verano aprieta de lo lindo como hasta el punto de que, el miércoles, Guillermo Iruke aletea por las calles "un abanico gigante, suelto el botón de la pechera y el chambergo en la mano de la maleta, digo de la muleta. Jerónimo Criado sopla con un ventilador eléctrico, y, a su lado, respira Panero, se infla Montero y ronca el trapero”.
“Saluda un guardia. Pasa un burro y cruza un carro". Los demás se preocupan del bombardino, de árboles centenarios como los negrillos. El alcalde pide otro permiso indefinido de dos meses para no parecer por el Ayuntamiento, al no dárselo, la 'Sabina’ vuelve del olor a percalina de Antoñito a las manos de Rodrigo, que ha mandado preparar la calle del Diputado-Ministro, y acaba de acallar la grotesca proposición de la demolición de Puerta Sol.
El cantón sigue siendo vocero mayor de las excelencias democráticas y veraniegas de Astorga, según confesión del periodista madrileño Federico Gómez en el Bicho 22.