Catalina Tamayo
Sábado, 03 de Febrero de 2024

A propósito de enero

 

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“Los jardines se mueren de frío;
en sus largos caminos desiertos
no hay rosales cubiertos de rosas,
no hay sonrisas, suspiros ni besos.
¡Como cae la bruma en el alma
perfumada de amor y recuerdos!
¡Cuantas almas se van de la vida
estas tardes sin sol ni luceros!”

(Juan Ramón Jiménez)

 

 

Ay, enero, no sé cómo lo voy a hacer esta vez para poder contigo. Para remontarte, transcenderte. ¡Vienes tan fiero! Ay, enero, ¿dónde están tus flores, tus rosas? ¿El calor de tu sol? ¿La alegría? Solo tienes luna, y sí, es la más clara de todas las lunas del año. Pero una luna como espejo no basta. No es suficiente para una vida, que ya declina, se va apagando. Lo demás es viento, niebla, lluvia, nieve y sobre todo hielo. Frío y más frío. Puro invierno. Enero de los infiernos.

     

Sé que no te irás sin llevarte algunos jirones de mi alma. Algunos pedazos de corazón. Y me harás llorar. Otra vez me harás llorar. Lo sé porque siempre haces lo mismo: clavar en mi carne el hielo de tus cuchillos. Ay, enero, vete que me das miedo, y eso que tus días ya son más largos, pero no tanto, y aún se ven grises, sombríos la mayor parte de las veces. Son días tristes, para olvidar, pero no se olvidan. Se recuerdan. Aún se recuerdan al sol de febrero, de finales de febrero, ya más generoso, dulce en ocasiones.

   

 Ay, enero, tras el cristal de mi ventana, te veo pasar. Pasas, empujado por tu hermano febrero, cargando a cuestas con todas tus víctimas. Entre los cadáveres, que no son pocos, veo algunas de mis alegrías, parte de mis esperanzas, muchos sueños. Poco a poco, ladrón, me vas despojando, dejándome desnudo, sin nada. Vete, vete con tu luna clara, de espejo, que para nada yo la quiero. Vete, que no te echo de menos. Al contrario, me complazco en que pases de una vez. En que quedes atrás. Hasta que tú no te vayas, no vendrá la primavera, la luz. Hasta entonces, no se atreverán a nacer los lirios del río, ni las rosas de las huertas. Ni siquiera el amor. Tampoco reirá el sol en los caminos o en las fachadas de las casas. No habrá nuevas vidas.Todo será silencio, penumbra y corazones dormidos. Soledad. Ojalá no volvieras nunca, enero el de los infiernos, el del hielo, el del miedo. Enero maldito.

 

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