Hojas volanderas. Lorenzo López Trigal
Lorenzo López Trigal. Hojas volanderas; Ediciones La Crítica, 2003 . 313 pág.
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Con el subtítulo de ‘Retazos de vida, Líneas de investigación y Hojas volanderas’, el profesor Lorenzo López Trigal ha presentado su nuevo libro, muy poco tiempo después de que nos sorprendiera con el anterior ‘Viñedos y vinos, Bierzo, León, Valdeorras, Valles de Benavente’. En esa ocasión se trataba de una lujosa y cuidada edición, que buscaba poner en valor los vinos de estas zonas, evidenciando la posición de Astorga en ese triángulo de actuación, que el López Trigal geógrafo la sitúa entre León y Ponferrada.
Se presentó en el Casino de Astorga, en su nueva etapa, con la que se ha adentrado, en la que además de la parte deportiva, de la que se sigue ocupando, promueve nuevas actividades culturales, que están también entre sus fines, bajo la denominación de ‘Centro Astúrica’, y en este caso en su apuesta por identificar a Astorga, por su importancia socio económica de esta parte de León.
Eligió bien este comienzo, ya que contó para su presentación, junto con los presidentes de los Consejos Reguladores de El Bierzo y León, junto al nuevo alcalde José Luis Nieto, a empresarios y representantes sociales, atentos al renacimiento que alcanza este sector empresarial vitivinícola y su posicionamiento en el mercado nacional.
En eta ocasión el profesor López Trigal, lo que ofrece es un libro de formato sencillo, ‘Hojas Volanderas’, más en línea con sus trabajos de profesor. En tres partes, en la primera recoge de modo autobiográfico su infancia y adolescencia en Astorga, en donde vivió sus primeros años, tras haber nacido en Veguellina. Allí pasó los primeros, con escapadas a Villoria; Matalobos y Castrillo, como continuaría en los veranos de después.
Ya en Astorga sus primeras correrías fueron por la calle Padre Blanco. De 1954 a 1959 vivió en la casa de los Panero, donde sus padres eran guardeses, al tiempo que hacía sus estudios en el Colegio de la Salle, desde que contó siete años. Unos años importantes. Como dejó escrito en ABC José Luis Martín Descalzo, que tuvo unas andanzas similares unos años antes “En realidad solo se vive del todo en esos años. En los que en cualquier sitio se es feliz. Después todos los lugares son inhóspitos”.
Vivió su juventud en Madrid, a donde llegó para sus estudios universitarios. Primero en la Facultad de Ciencias Políticas, en donde fuimos condiscípulos, en aquellos años en los que cada día los estudiantes de todas las facultades se reunían en asamblea reivindicativa en el hall de la Facultad y los recién llegados andaban atónitos, sin entender que estaban esperando la llegada del 68.
Después, Lorenzo se metió en la Facultad de Filosofía y Letras, en donde encontraría su verdadera vocación de geógrafo, a la que le ha dedicado su vida como catedrático en la Universidad de León, donde fijó su residencia; aunque de Astorga nunca se ha ido del todo, pues, al menos en los tiempos actuales, se le encuentra con mucha asiduidad, como si aquí viviera.
En esa etapa además de su vocación y definitiva profesión, encontró su sensibilidad política, participando en la vida estudiantil y practicando running ante los grises y canalizando su segunda afición, la de la política, en la que, además de otros cargos, fue diputado en las Cortes de Castilla y León y secretario general del PSOE leonés.
La segunda parte de su libro aborda su vida profesional como geógrafo, describiendo sus principales líneas de investigación, iniciada en Madrid y seguida, de 1973 a 2017 en las universidades de Oviedo y León, donde se asentó como catedrático de Geografía y donde dirigió el Departamento.
Compartió su itinerario con los nuevos docentes de esos años. Dirigió diversas memorias de licenciatura sobre las migraciones de la Montaña leonesa y Tesis doctorales, a la vez que participaba en Congresos nacionales e internacionales de Geografía en España, Portugal, Argentina, México, República Dominicana, Estados Unidos y Suecia, con materias de migraciones, urbanismo y Geografía política.
Igualmente mantuvo estancias en centros académicos de Varsovia, Burdeos, París, Utrecht, Lisboa, Alburquerque (EE.UU.), México DF, Trujillo, La Paz, Asunción y Argentina. Con una relación especial con colegas portugueses, por la participación en cursos máster y doctorado, en varias universidades. En estos años también ha recorrido ciudades y territorios de Europa, América, Norte de África e India. Después de que recorriera en sus tiempos del Instituto de Astorga ciudades españolas del entorno, ahora por el mundo y sus continentes.
Con esta trayectoria, a lo largo de su vida académica, ha desarrollado cinco campos preferentes de investigación: Geografía urbana, Geodemografía, Geografía regional y Ordenación del Territorio. Geografía Política y Terminología Geográfica. Al tiempo que se perfilan los campos de análisis regional y el análisis urbano, enfocados al territorio de León.
También se familiariza con las metodologías y conceptos de las escuelas geográficas, en especial la francesa y la anglosajona, y con las teorías destacadas de la Geografía y los cambios que ha experimentado en la segunda mitad del siglo XX y los nuevos paradigmas, como la Teoría General de Sistemas, la Geografía de la prevención, la Geografía radial y crítica de las interdisciplinas y variedad de las Ciencias Sociales.
La investigación seguida en la Geografía de Población la continúa por Castilla y León. Con atención al cambio de modelo en 1981, de país de emigración a país de inmigración, con especial atención a la portuguesa. El nuevo proceso inmigratorio trascurre en un periodo de veinticinco años, en el que en la universidad española comenzó el estudio de la inmigración extranjera en España. En los que participó con trabajos de equipo, fundamentalmente, aunque otros en solitario, sobre la segregación exterior y sus efectos especiales y demográficos en el ámbito espacial ibérico.
La Geografía regional ya la abordó en su Tesis doctoral, con el análisis de la Geografía de León y municipios vecinos. Aplica una prospección de la problemática geoeconómica, con aspectos de la despoblación rural y la concentración de población en las ciudades mayores y la explotación de recursos y fuentes de energía por economías exteriores. La fuga de recursos financieros, el estancamiento de ciertos sectores productivos o la estrecha dependencia respecto a las áreas metropolitanas domesticas de Madrid y Asturias central. Estudia también otros territorios de la provincia de León y del antiguo reino de León.
En la Geografía política regresa a la línea inicial del profesor Manuel Terán, con el que se inició en los años de Ciencias Políticas y, más estrechamente, en sucesivas etapas de su carrera profesional. Con atención a procesos como el de la Constitución Española y los sucesivos estatutos de autonomía y su vinculación con la política, a través del PSOE en aquellos momentos.
En una segunda línea se vincula con la Geografía de Fronteras y una última etapa la constituye la Terminología Geográfica, con una nueva línea de investigación, centrada en la elaboración de diccionarios temáticos y técnicos, enciclopedias y glosarios, como nuevos instrumentos deaprendizaje y consulta.
Con la tercera parte llegamos a las auténticas hojas volanderas, que son una cincuentena de artículos y entrevistas, publicados en diferentes medios, como este mismo digital de ‘Astorga Redacción’, con reflexiones sobre la actualidad y temas relacionados con la ciudad y con la proximidad local y regional, que el mismo LópezTrigal, citando a Annie Ernaux, justifica como “explorar entre la asombrosa realidad de lo que acontece y la extraña realidad que veinte años después lo que ha acontecido”.
Constituyen estas hojas volanderas un verdadero arsenal de ideas y acotaciones sobre tantos temas reunidos del autor, con interesantes y cualificadas aportaciones sobre temas próximos y de interés, en los que es importante captar lo que tiene que aportar desde sus cualificados conocimientos.
Como primer tema se plantea ¿Qué es León? ¿Qué es Castilla y León? Cuando todavía no se ha hecho el mapa comarcal y la necesidad de superación de los micromunicipios. Se adentra en el tema de la Ruta de la Plata, que tan importante y sugerente es para Astorga y en estos momentos de plena actualidad. Apunta el peso del nombre de Plata, cuya inclusión hace más válida la reivindicación astorgana. Como apunta la vigencia de la proyectada autovía León-Braganza e incide en el punzante problema de la tan necesaria, para la provincia de León, de la agrupación de municipios.
Tras tocar el tema del Choque de Civilizaciones y el modelo territorial de la Constitución Española y la Campaña Electoral y las expectativas de rigor, reincide en la cuestión territorial y nacional de España y se adentra en la Geografía y Literatura del territorio leonés. Del que hace unas interesantes consideraciones de la apuesta que los novelistas, que, por los ojos de sus personajes nos cuentan y a través de sus emociones. Con un reconocimiento a José María Goy en su ‘Susarón’ y a Ramón Carnicer y su librod e viajes ‘Donde las Hurdes se llaman Cabrera’. No cita a Andrés Martínez Oria y sus diversos libros de viajes, pues cuando lo escribió no lo conocía y ahora anda apasionado por su descubrimiento.
Cuando se refiere a Plataformas Logísticas en León, apunta su teoría sobre la de Riego, a acometer entre Astorga y La Bañeza, y se remonta a los romanos, que ya se adelantaron en esta especialización con Astúrica, como encrucijada de caminos. A veces no hace falta discurrir sino aprender del pasado y de los que sabían. De donde quizá aprendieron los arrieros y nosotros lo de estos también lo hemos olvidado.
Se entretiene en acertadas consideraciones sobre el estudio del latín, para a continuación incidir en el eje viario León-Astorga y hace sus consideraciones sobre la AP 71 y la carretera N 120. Cae en la nostalgia para hablar de la Casa de los Panero, donde vivió de pequeño unos años,y hace apuntes sobre tan singular familia, a la que define como burguesa ilustrada astorgana del siglo pasado. Los tres hijos de Leopoldo reconoce que son prototipos de personajes de la Transición Española, que sobrepasan la escala local y señala que su casa, convertida actualmente en Museo, sirve como icono cultural para la Astorganía, lo que no se entiende en el actual Ayuntamiento, que no sabe de Astorga, ni de la cultura. Por eso se refieren a la gente de la cultura como ‘culturetas’ y estos a ellos, adaptándose a su lenguaje, como ‘calabaceros’.
‘Astorganía’ es un concepto que el acuña, muy diferenciado de las ‘Astorganerías’ de Santiago Alonso Garrote. Él parte de las vivencias personales de su niñez y adolescencia y sus estudios en la Milagrosa, donde tantos aprendimos a leer. Los Hermanos. La Preparatoria y el Seminario, por donde pasó. La Academia y el Instituto. De la infancia y la adolescencia, donde adquiere la categoría de la identidad astorgana. Se relaciona con el concepto de ciudadanía o propio de la ciudad, en oposición al campo, del que no se desprende, por ejemplo, La Bañeza.
López Trigal continúa aludiendo a la Tierra de Astorga, que implica los municipios de la Maragatería, la Cepeda y la Vega del Tuerto y añade él ,con su cualificación de geógrafo, con posibles inferencias con otras localidades recibidas en los municipios de la Valduerna, Valdería, Cabrera y Ribera del Órbigo. Afirma aglutina a espacios de acusada despoblación secular generalizada y una estructura piramidal invertida, por el fuerte envejecimiento y la baja densidad que ni alcanza los 7 habitantes por Km2. Esta situación de la zona rural obliga a la ciudad a innovarse para mantener su carácter urbano.
Un conjunto territorial en torno a las 20.000 personas. Algo más si consideramos sus inferencias, aquejado por el declive demográfico, con densidades de menos de 10 habitantes por Km2, con debilidad vital demográfica, tras la emigración rural de los años 60 y 70, con un saldo natural negativo. Se la puede definir por el vaciado demográfico que sufre el entorno de la ciudad, aliviada por el incremento de población estacional. Por la atracción que ejerce sobre núcleos de la Ribera del Órbigo, con los que puede acercarse a un mercado de treinta mil consumidores.
Entra así en el Reto Demográfico y señala que en 1960 la provincia de León contaba con 584.000 habitantes, que en 2001 habían descendido a 488.000. Experimentó una ligera mejora, con un saldo migratorio positivo en los años previos a la crisis del 2.008, y volvió a la baja en 2017, a 468-000 habitantes, cuando aparecen pueblos semivacíos y declinan núcleos rurales de regadío y en especial los núcleos mineros. Un 60 % de los leoneses residen en las áreas urbanas de León y Ponferrada, emergiendo los habitantes ‘durmientes’ y los habitantes ‘vinculados’ a otros por razones de ocio o laborales. Se adentra a continuación en lo agrario y lo rural, partiendo de las protestas campesinas por los bajos precios, cuando los labradores y ganaderos están al límite y los intermediarios se llevan el mejor margen de beneficio.
Define como cabeceras de comarca a aquellas entidades urbanas o semiurbanas mininucleares o polinucleares, que pueden ser dependientes de una unidad mayor o satelizada por esta, con una función de intermediación en el equilibrio básico del sistema urbano. Entre las tipologías funcionales se constatan la posición de encrucijada y de conexión de ejes de transporte. Hasta con actividad ferroviaria, venida a menos, o con dotación de infraestructura de transporte de vocación logística, vinculada a una actividad industrial.
Bajo el título de ‘Hojas Volanderas’, en sus tres partes diferenciadas, se encuentra lo que pudiera ser una autobiografía. El autor prefirió, con acierto, esta estructura y enfoque, que mantiene la información que facilita en un plano más técnico y su interrelación consigue una eficacia expositiva mayor. Se trata de un libro documentado y denso, que viene de los conocimientos de la cátedra, como argumento de autoridad, para el relato que efectúa.
Lorenzo López Trigal. Hojas volanderas; Ediciones La Crítica, 2003 . 313 pág.
Con el subtítulo de ‘Retazos de vida, Líneas de investigación y Hojas volanderas’, el profesor Lorenzo López Trigal ha presentado su nuevo libro, muy poco tiempo después de que nos sorprendiera con el anterior ‘Viñedos y vinos, Bierzo, León, Valdeorras, Valles de Benavente’. En esa ocasión se trataba de una lujosa y cuidada edición, que buscaba poner en valor los vinos de estas zonas, evidenciando la posición de Astorga en ese triángulo de actuación, que el López Trigal geógrafo la sitúa entre León y Ponferrada.
Se presentó en el Casino de Astorga, en su nueva etapa, con la que se ha adentrado, en la que además de la parte deportiva, de la que se sigue ocupando, promueve nuevas actividades culturales, que están también entre sus fines, bajo la denominación de ‘Centro Astúrica’, y en este caso en su apuesta por identificar a Astorga, por su importancia socio económica de esta parte de León.
Eligió bien este comienzo, ya que contó para su presentación, junto con los presidentes de los Consejos Reguladores de El Bierzo y León, junto al nuevo alcalde José Luis Nieto, a empresarios y representantes sociales, atentos al renacimiento que alcanza este sector empresarial vitivinícola y su posicionamiento en el mercado nacional.
En eta ocasión el profesor López Trigal, lo que ofrece es un libro de formato sencillo, ‘Hojas Volanderas’, más en línea con sus trabajos de profesor. En tres partes, en la primera recoge de modo autobiográfico su infancia y adolescencia en Astorga, en donde vivió sus primeros años, tras haber nacido en Veguellina. Allí pasó los primeros, con escapadas a Villoria; Matalobos y Castrillo, como continuaría en los veranos de después.
Ya en Astorga sus primeras correrías fueron por la calle Padre Blanco. De 1954 a 1959 vivió en la casa de los Panero, donde sus padres eran guardeses, al tiempo que hacía sus estudios en el Colegio de la Salle, desde que contó siete años. Unos años importantes. Como dejó escrito en ABC José Luis Martín Descalzo, que tuvo unas andanzas similares unos años antes “En realidad solo se vive del todo en esos años. En los que en cualquier sitio se es feliz. Después todos los lugares son inhóspitos”.
Vivió su juventud en Madrid, a donde llegó para sus estudios universitarios. Primero en la Facultad de Ciencias Políticas, en donde fuimos condiscípulos, en aquellos años en los que cada día los estudiantes de todas las facultades se reunían en asamblea reivindicativa en el hall de la Facultad y los recién llegados andaban atónitos, sin entender que estaban esperando la llegada del 68.
Después, Lorenzo se metió en la Facultad de Filosofía y Letras, en donde encontraría su verdadera vocación de geógrafo, a la que le ha dedicado su vida como catedrático en la Universidad de León, donde fijó su residencia; aunque de Astorga nunca se ha ido del todo, pues, al menos en los tiempos actuales, se le encuentra con mucha asiduidad, como si aquí viviera.
En esa etapa además de su vocación y definitiva profesión, encontró su sensibilidad política, participando en la vida estudiantil y practicando running ante los grises y canalizando su segunda afición, la de la política, en la que, además de otros cargos, fue diputado en las Cortes de Castilla y León y secretario general del PSOE leonés.
La segunda parte de su libro aborda su vida profesional como geógrafo, describiendo sus principales líneas de investigación, iniciada en Madrid y seguida, de 1973 a 2017 en las universidades de Oviedo y León, donde se asentó como catedrático de Geografía y donde dirigió el Departamento.
Compartió su itinerario con los nuevos docentes de esos años. Dirigió diversas memorias de licenciatura sobre las migraciones de la Montaña leonesa y Tesis doctorales, a la vez que participaba en Congresos nacionales e internacionales de Geografía en España, Portugal, Argentina, México, República Dominicana, Estados Unidos y Suecia, con materias de migraciones, urbanismo y Geografía política.
Igualmente mantuvo estancias en centros académicos de Varsovia, Burdeos, París, Utrecht, Lisboa, Alburquerque (EE.UU.), México DF, Trujillo, La Paz, Asunción y Argentina. Con una relación especial con colegas portugueses, por la participación en cursos máster y doctorado, en varias universidades. En estos años también ha recorrido ciudades y territorios de Europa, América, Norte de África e India. Después de que recorriera en sus tiempos del Instituto de Astorga ciudades españolas del entorno, ahora por el mundo y sus continentes.
Con esta trayectoria, a lo largo de su vida académica, ha desarrollado cinco campos preferentes de investigación: Geografía urbana, Geodemografía, Geografía regional y Ordenación del Territorio. Geografía Política y Terminología Geográfica. Al tiempo que se perfilan los campos de análisis regional y el análisis urbano, enfocados al territorio de León.
También se familiariza con las metodologías y conceptos de las escuelas geográficas, en especial la francesa y la anglosajona, y con las teorías destacadas de la Geografía y los cambios que ha experimentado en la segunda mitad del siglo XX y los nuevos paradigmas, como la Teoría General de Sistemas, la Geografía de la prevención, la Geografía radial y crítica de las interdisciplinas y variedad de las Ciencias Sociales.
La investigación seguida en la Geografía de Población la continúa por Castilla y León. Con atención al cambio de modelo en 1981, de país de emigración a país de inmigración, con especial atención a la portuguesa. El nuevo proceso inmigratorio trascurre en un periodo de veinticinco años, en el que en la universidad española comenzó el estudio de la inmigración extranjera en España. En los que participó con trabajos de equipo, fundamentalmente, aunque otros en solitario, sobre la segregación exterior y sus efectos especiales y demográficos en el ámbito espacial ibérico.
La Geografía regional ya la abordó en su Tesis doctoral, con el análisis de la Geografía de León y municipios vecinos. Aplica una prospección de la problemática geoeconómica, con aspectos de la despoblación rural y la concentración de población en las ciudades mayores y la explotación de recursos y fuentes de energía por economías exteriores. La fuga de recursos financieros, el estancamiento de ciertos sectores productivos o la estrecha dependencia respecto a las áreas metropolitanas domesticas de Madrid y Asturias central. Estudia también otros territorios de la provincia de León y del antiguo reino de León.
En la Geografía política regresa a la línea inicial del profesor Manuel Terán, con el que se inició en los años de Ciencias Políticas y, más estrechamente, en sucesivas etapas de su carrera profesional. Con atención a procesos como el de la Constitución Española y los sucesivos estatutos de autonomía y su vinculación con la política, a través del PSOE en aquellos momentos.
En una segunda línea se vincula con la Geografía de Fronteras y una última etapa la constituye la Terminología Geográfica, con una nueva línea de investigación, centrada en la elaboración de diccionarios temáticos y técnicos, enciclopedias y glosarios, como nuevos instrumentos deaprendizaje y consulta.
Con la tercera parte llegamos a las auténticas hojas volanderas, que son una cincuentena de artículos y entrevistas, publicados en diferentes medios, como este mismo digital de ‘Astorga Redacción’, con reflexiones sobre la actualidad y temas relacionados con la ciudad y con la proximidad local y regional, que el mismo LópezTrigal, citando a Annie Ernaux, justifica como “explorar entre la asombrosa realidad de lo que acontece y la extraña realidad que veinte años después lo que ha acontecido”.
Constituyen estas hojas volanderas un verdadero arsenal de ideas y acotaciones sobre tantos temas reunidos del autor, con interesantes y cualificadas aportaciones sobre temas próximos y de interés, en los que es importante captar lo que tiene que aportar desde sus cualificados conocimientos.
Como primer tema se plantea ¿Qué es León? ¿Qué es Castilla y León? Cuando todavía no se ha hecho el mapa comarcal y la necesidad de superación de los micromunicipios. Se adentra en el tema de la Ruta de la Plata, que tan importante y sugerente es para Astorga y en estos momentos de plena actualidad. Apunta el peso del nombre de Plata, cuya inclusión hace más válida la reivindicación astorgana. Como apunta la vigencia de la proyectada autovía León-Braganza e incide en el punzante problema de la tan necesaria, para la provincia de León, de la agrupación de municipios.
Tras tocar el tema del Choque de Civilizaciones y el modelo territorial de la Constitución Española y la Campaña Electoral y las expectativas de rigor, reincide en la cuestión territorial y nacional de España y se adentra en la Geografía y Literatura del territorio leonés. Del que hace unas interesantes consideraciones de la apuesta que los novelistas, que, por los ojos de sus personajes nos cuentan y a través de sus emociones. Con un reconocimiento a José María Goy en su ‘Susarón’ y a Ramón Carnicer y su librod e viajes ‘Donde las Hurdes se llaman Cabrera’. No cita a Andrés Martínez Oria y sus diversos libros de viajes, pues cuando lo escribió no lo conocía y ahora anda apasionado por su descubrimiento.
Cuando se refiere a Plataformas Logísticas en León, apunta su teoría sobre la de Riego, a acometer entre Astorga y La Bañeza, y se remonta a los romanos, que ya se adelantaron en esta especialización con Astúrica, como encrucijada de caminos. A veces no hace falta discurrir sino aprender del pasado y de los que sabían. De donde quizá aprendieron los arrieros y nosotros lo de estos también lo hemos olvidado.
Se entretiene en acertadas consideraciones sobre el estudio del latín, para a continuación incidir en el eje viario León-Astorga y hace sus consideraciones sobre la AP 71 y la carretera N 120. Cae en la nostalgia para hablar de la Casa de los Panero, donde vivió de pequeño unos años,y hace apuntes sobre tan singular familia, a la que define como burguesa ilustrada astorgana del siglo pasado. Los tres hijos de Leopoldo reconoce que son prototipos de personajes de la Transición Española, que sobrepasan la escala local y señala que su casa, convertida actualmente en Museo, sirve como icono cultural para la Astorganía, lo que no se entiende en el actual Ayuntamiento, que no sabe de Astorga, ni de la cultura. Por eso se refieren a la gente de la cultura como ‘culturetas’ y estos a ellos, adaptándose a su lenguaje, como ‘calabaceros’.
‘Astorganía’ es un concepto que el acuña, muy diferenciado de las ‘Astorganerías’ de Santiago Alonso Garrote. Él parte de las vivencias personales de su niñez y adolescencia y sus estudios en la Milagrosa, donde tantos aprendimos a leer. Los Hermanos. La Preparatoria y el Seminario, por donde pasó. La Academia y el Instituto. De la infancia y la adolescencia, donde adquiere la categoría de la identidad astorgana. Se relaciona con el concepto de ciudadanía o propio de la ciudad, en oposición al campo, del que no se desprende, por ejemplo, La Bañeza.
López Trigal continúa aludiendo a la Tierra de Astorga, que implica los municipios de la Maragatería, la Cepeda y la Vega del Tuerto y añade él ,con su cualificación de geógrafo, con posibles inferencias con otras localidades recibidas en los municipios de la Valduerna, Valdería, Cabrera y Ribera del Órbigo. Afirma aglutina a espacios de acusada despoblación secular generalizada y una estructura piramidal invertida, por el fuerte envejecimiento y la baja densidad que ni alcanza los 7 habitantes por Km2. Esta situación de la zona rural obliga a la ciudad a innovarse para mantener su carácter urbano.
Un conjunto territorial en torno a las 20.000 personas. Algo más si consideramos sus inferencias, aquejado por el declive demográfico, con densidades de menos de 10 habitantes por Km2, con debilidad vital demográfica, tras la emigración rural de los años 60 y 70, con un saldo natural negativo. Se la puede definir por el vaciado demográfico que sufre el entorno de la ciudad, aliviada por el incremento de población estacional. Por la atracción que ejerce sobre núcleos de la Ribera del Órbigo, con los que puede acercarse a un mercado de treinta mil consumidores.
Entra así en el Reto Demográfico y señala que en 1960 la provincia de León contaba con 584.000 habitantes, que en 2001 habían descendido a 488.000. Experimentó una ligera mejora, con un saldo migratorio positivo en los años previos a la crisis del 2.008, y volvió a la baja en 2017, a 468-000 habitantes, cuando aparecen pueblos semivacíos y declinan núcleos rurales de regadío y en especial los núcleos mineros. Un 60 % de los leoneses residen en las áreas urbanas de León y Ponferrada, emergiendo los habitantes ‘durmientes’ y los habitantes ‘vinculados’ a otros por razones de ocio o laborales. Se adentra a continuación en lo agrario y lo rural, partiendo de las protestas campesinas por los bajos precios, cuando los labradores y ganaderos están al límite y los intermediarios se llevan el mejor margen de beneficio.
Define como cabeceras de comarca a aquellas entidades urbanas o semiurbanas mininucleares o polinucleares, que pueden ser dependientes de una unidad mayor o satelizada por esta, con una función de intermediación en el equilibrio básico del sistema urbano. Entre las tipologías funcionales se constatan la posición de encrucijada y de conexión de ejes de transporte. Hasta con actividad ferroviaria, venida a menos, o con dotación de infraestructura de transporte de vocación logística, vinculada a una actividad industrial.
Bajo el título de ‘Hojas Volanderas’, en sus tres partes diferenciadas, se encuentra lo que pudiera ser una autobiografía. El autor prefirió, con acierto, esta estructura y enfoque, que mantiene la información que facilita en un plano más técnico y su interrelación consigue una eficacia expositiva mayor. Se trata de un libro documentado y denso, que viene de los conocimientos de la cátedra, como argumento de autoridad, para el relato que efectúa.