Esteban Carro Celada
Domingo, 18 de Febrero de 2024

Los alegres días de 'El Fresco' (20)

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Cien años vivir

 

Igualmente habían de estrujar la mollera para pregonar excelencias de la Mutual Franco Española. Las buscan, a través de esta pregunta: "¿Queréis ser ricos?” Instalan a continuación sus cifras. Por último se refieren a problemas coyunturales del momento coincidente con la carestía mundial de "subsistencias”. Se transmuta posteriormente a una serie de líneas que hiperbólicamente, se  enumeran así: “Fallecimiento. Víctima de un exceso de locura falleció ayer en esta localidad un sujeto, cuya cadáver no ha podido identificarse.- Se cree que la causa fue encontrarse de repente rico por haber colocado sus ahorros”... Ya se sabe dónde. Al número siguiente se coloca el anuncio bajo una ‘rectificación’: “El fallecimiento de que dimos cuenta, en nuestro último número, de un sujeto que había muerto de repente, al saber lo mucho que había ganado colocando sus ahorros en la Mutual Franco-Española, resultó una macana.-  En cuanto se le acercó Luis López, agente de dicha sociedad en esta, y le dijo al oído que la ganancia era mayor de lo supuesto, resucitó como si le hubieran aplicado una guindilla en cierta parte.” También tocan la tecla del diálogo que reza así: "¿Cómo se hace hoy una boda?". “- Caballero, ¿Deja usted pensión a la viuda si se casa? –Señorita,¿Donde tiene usted colocados sus ahorros? -En la Mutual Franco-Española… -¿Hace? -Pues no ha de hacer…vaya si hace falta...... Falta un cura. (Causante de estos matrimonios, Luis López en la Plaza Mayor, por ser agente en esta ciudad de dicha sociedad)”. Cuando ensayan el verso el anuncio queda así:

 

“¿Queréis cien años vivir

Y al morir dejar gran cola?

Vuestro dinero inscribir…”

No lo reproducimos íntegro por no seguir haciendo a distancia propaganda, sin pagarla.

 

Pablo Herrero, el pollo

 

Pablo Herrero volvía, este año, a ser otro de los anunciantes en su doble vertiente de maderista y comerciante de tejidos: "¿No sabe usted quién vende tan barato? -Amos! No sea panoli. El comercio de tejidos de Pablo Herrero. ¡Y qué buena madera tiene el pollo! Después ya no se juega con el amo y su buen ver y parné. Se crea una ‘Horrorosa tormenta’: “El otro día descargó una horrorosa tormenta sobre nuestra redacción, acompañada de chispas y morteros del 42, no sufriendo desperfecto alguno, por hallarse construida con tabla de la que vende…”. Otra variación se apoya sobre el tema de la demencia: "Tenemos entendido que en el comercio de… se han vuelto locos todos los dependientes y les da por vender casi regalados los artículos de la casa.-el público, para entrar, tiene que hacerlo a estacazos, con madera de la que vende dicho comerciante”. Luego la variación del traspaso. "Y no acepta P.H. los 8 millones de pesetas que le ofrecen por el traspaso del Comercio de Tejidos, etcétera.? Esto indica lo que vende el pollo”. Ahora ligan el anuncio con el refrán del apellido y del cuchillo de palo: "En casa de Herrero… cuchillo de palo.  Y vaya palos que da…no sólo para cuchillos sino para toda clase de construcciones de madera. Y al que se le ocurra ir por lana acuda presuroso…”

 

 

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Los artículos de la fe

 

Le llega el turno al comercio de Antonio García del Otero, primer teniente alcalde de la ciudad, no muy acorde con don Rodrigo, alcalde, si nos atenemos a ‘El Fresco’. Por tanto, oído al parche de cualquier alusión intencionada: “¿Quiere usted tener novias? Vistase, encorbátese y encamísese en el comercio del barbián A. G. Del Otero. También tiene un género blanco que… irradia”. El diálogo anunciador tiene por marco un examen: “El profesor.-¿Qué clase de géneros conoce usted? El alumno: .-El masculino y el femenino. Pero los más importantes son los géneros blancos que vende…”. La renovación del anuncio en los dos ‘bichos’ siguientes da este resultado: “¡Se progresa! Nuestro director, que dicho sea de paso, es un vivo, ha dejado oficialmente el género chico y se dedica ahora al género blanco…”.El director, por supuesto, era Magín G. Revillo Fuertes, autor de romances y pasodobles. En otro anuncio vuelven al tema del examen, a las gramaticalerías. Esta vez, el equívoco no se monta sobre los géneros sino sobre los artículos:

 

“Prof.: -¿Cuántas clases hay de artículos?: “Alum.: .- Varias. Artículos gramaticales, artículos de fe y artículos de primera necesidad. Prof.: .-¿Cuáles son estos últimos que usted ha dicho? Alum.: .-Todos aquellos que nos hacen mucha falta, según están contenidos en el comercio de tejidos". Llega el sonsonete del ‘Catecismo de labrego’ o el Astete comercializado sin irreverencia. El anuncio se plasma en octavilla:

 

“Ni de noche ni de día

Dejo niña de soñar

En las cosas de verdad

Que tiene Antonio García.

Telas, blusas, puntillas;

En confección no está manco,

Y tiene un género blanco

Que enloquece a las chiquillas".

 

Pasamos a la "Casa de Modas", de Fortunato Martínez, donde hay sombreros; se pregunta a la señoras si desean postinear. Y no menos: “¿Quiéren ustedes pescar un novio como lo manda el catecismo?". El anuncio no debió satisfacer al ‘pagano’, o no se avinieron en los ‘réditos’. El caso es que no vuelve a insertarse.

 

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Lechos mortuorios

El ingenio y cierta morbosidad de los funerarios se va a entremezclar con el anuncio, siempre tan ‘valdesleaniano’ o quevedesco -o mejor ‘javierponcelesco’- de casa Lois: “¡Así da gusto morirse! Encargado el ‘marmóreo’ mausoleo a Lois Hermanos. También vende Lois unos muebles muy baratos, como podemos dar fe los de ‘El Fresco’". El anuncio, inserto en el ‘Bicho 20’, se titula: "¿Que cómo se desengaña usted? Preguntando a todos los que se han ido al ‘otro barrio’, si alguno se queja del panteón que le hizo Lois. Este seguro que le dicen todos que no. Además, si le dio comodidad en vida con sus muebles, menos aún". Cuando se arranca por versolari, es natural que los titulen “Don Juan Tenorio”:

 

 “¡Cuerpos que muertos yacéis 

en los lechos mortuorios,

Compungido aquí me oís,

Que en lagos torna mis ojos,

Cubriré vuestros despojos

Con mármoles de Lois.”

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