Esteban Carro Celada
Domingo, 03 de Marzo de 2024

Los alegres días de El Fresco (22)

[Img #67777]

 

 

El último bicho fenomenal

 

El último número de ‘El Fresco’ es el ‘Bicho’ 26. Ha crecido su publicidad. Al menos tres páginas se dedican a este menester. Sabemos que el Hotel Moderno está en el sitio más céntrico de la ciudad. Claudio Gallego expende negrógeno, “restaurador de cabellos blancos". Mariano Pérez lo mismo hace a la banca que a chocolates o a tejidos. Los anuncios de la contracubierta en este primer extra están redactados esta vez sin tono humorístico. El extra está en haberlos metido en una orla muy floreada y a dos colores: la orla en azul, el anuncio o reclamo, propiamente dicho, en rojo. Son clásicos anuncios: los trajes talales de Juan Antonio, los géneros de punto de Herrero, la caja de previsión de la ‘Mutual Franco-Española’, la pañería, mantonería y mantas de viaje de García del Otero, los seguros de vida y los accidentes de trabajo en José Hernández, la fotografía artística de Ortiz, las pieles y manguitos de alta novedad de Viuda de Novo, los tejidos de ‘La Ciudad de Londres’, jabones de Salamanca, chocolates y mantecadas de ‘El Globo’, ropa blanca de Montero. De la casa Panero sabemos que ha sido fundada en 1790 y que, con sus chocolates y mantecadas, ha sido premiada doce veces. En ‘El Campesino’ se puede asistir al concierto de jueves y domingos. Se celebran grandes sesiones de varietés, y el ‘moca’ es superior. Gallardo y Carrillo ha montado una estupenda fábrica de jabones, ‘La Concepción’; de ahí surgen los jabones puros de oliva, los de tocador, otros productos de perfumería y bujías esteáricas. El establecimiento de Daniel Lois, en que se hacen los mármoles y las estatuas para el cementerio, se titula " La artística astorgana”. 

 

La aventura de ‘El Fresco’ estaba llegando a su fin. ‘Don Natalio’ se despedía, como director con ‘Dos plumazos’. Han ejercido "el antojo de fustigar los vicios y pecados público-locales, sin otra mira y otro anhelo que el de corregir defectos y ridiculizar costumbres que no merecen serlo". Se presentan como barbilampiños. Se confiesan como no buscadores de originalidad "que tantos claros talentos perturba; nos resignamos a usar los viejos moldes de la clásica preceptiva, sin esperanzas ninguna de escala del muro, cada vez más inasequible, de la consagración".

 

 

[Img #67776]

 

 

Eutrapélicos de barba

 

Otra colaboración, firmada por Justo de la Vega, pretende ser un canto a la orfandad de estas voces aguerridamente humorísticas. “Se van con los vencejos y los codornices, con el pitorreo y el chismorreo, con la jerigonza”. Se le reconoce a ‘El Fresco’ “la fortuna de agradar a todos. Lo mismo a la pimpante señorita que al austero señor, la bullanguera arrabalista como el pollo atusado y el golfo anémico".

 

Son eutrapélicos de barba, donairosos, zurradores de badana. Les advierte Justo de la Vega que, aunque dieron en el clavo, quedan aún muchos. "trasconejados, no pocos distinguidos percebes a quienes todavía no habéis concedido la beligerancia de vuestra frondosa cova, suspirada por ellos, a pesar de ser más fúnebres que un ciprés y tan serios como una carta de pésame”. Solo lo han pasado mal quienes son inertes intelectualmente y calzan babuchas en la inteligencia.

 

A punto de terminar la existencia mortal del periódico, pasa por él la caricatura de Magín G. Revillo en la sección ‘Rasgos y gestos’. ‘Hombres de aquí’. La firma ‘Mefistofeles’, y comienza el artículo con un vocativo: "frescales amadísimos”. Este astorgano es de pura cepa y no quiere apartarse, en esta ocasión, el artículista de regodearse con la levita y el tubo -o chistera- de don Rodrigo y con la fachada reventona de Antonio Gómez, portavoz de la insignia ciudadana. Se refiere al ingenio sutil de Magín G. Revillo -padre- difundido, durante treinta y más años en “artículos religiosos y profanos, crónicas de sacristía y mundanas, y versos impregnados, como muchos de los trabajos en prosa de intención juvenaliana, y miureña. Su fecundidad como escritor ha sido asombrosa, e impecable la corrección de sus escritos". Suele fumarse un cigarro flautín. Es frío y contraataca al virulento como se debe. Su vida estuvo siempre encarnizada en las luchas de prensa. Eduardo Aragón y Pedro Domínguez Ramos se admiran la ecuanimidad del polemista Revillo.

 

 

[Img #67778]

 

 

Colorines festejeriles

 

Este número extra de ‘El Fresco’, de doce páginas, se abre con la viñeta en color de Demetrio Pérez Fernández Monteserín. Crea una alegoría de fresco con monóculo, pantalones-chanchullos en una playa de la costa azul. Hay una señorita la orilla del mar, con su traje de baño, tratando de enrollar su cuerpo en un chal. Ahí está el fresco con su corbata roja, su flor a la solapa, su fuste como de carrera de caballos y sus gafas de moda. Hay nubes blancas y rojas, una tierra azul arenosa y las tiendas de playa bien colocadas. Una gran obra, casi epitafio hermoso.

 

‘La Galería de bellezas’ se cierra en recuadro super-barroco, super-enflorado modernistamente. ‘El Caballero de la mano al pecho’ borda dos estrofas -’décimas’- con nueve versos endecasílabos y uno tetrasílabo. Se ampara la ‘galería’ en el verso de Paul Verlaine: “partirse es morir un poco”. Igualmente peregrino, Sebastián Martínez Risco enfunda sus madrigales veraniegos; de las bellezas astorganas cantadas le quedan cuatro nombres en el último endecasílabo: 

 

“Es el broche más bello y diamantino:

Lucía, Elena, Arminda, Margarita.”

 

Y ya que hablamos de muchachas hay que pensar como se estrena en este último número una colaboración femenina. La firma T.B.F. (Teresa Blanco). El artículo contrapone con claro descriptivismo, idealismo y realidad. Los tópicos de la cursilería y de la habitación rosa se elevan en el artículo en que se adivina imperiosa necesidad de comunicarse. Nueva lanza de ‘El Fresco’. Esta vez en pro del feminismo.

 

De las fiestas de Astorga se hace mucha chacota hasta el punto de publicar un poemilla -romancillo exasílabo-, que sirva de ‘Programa completo’, muy cumplido, y por lo alto, que inyectaba humor y se quedaba lejísimo de la ramplonas programaciones del Ayuntamiento. Por eso a cierta altura de su poema, Mauricio Daniel habla de que:

 

“Este programita

Ofreciera El Fresco;

Pero, estando igual

Que el Ayuntamiento

En cuestión de fondos,

Se lo llevó el viento,

Y de él solamente

Ha quedado El Fresco,”

 

Se refiere a los colorines festejeriles del número extra. Como sobra un huequecito para hacer cuadrar una página, ‘Don Natalio’ -esta vez sin firma-, se sirve de sus pinceladas para ofrecernos los rasgos de casi todos los municipales, excepto Román, Juan Antonio y Pepico Cuervo. Así el alcalde "nunca dice que no, y siempre hace lo que quiere"; Antoñito García del Otero, avezado a la caza de los zorros. Como Alejandro es tipo seriísimo, “no le divierte ni la música Municipal”. Felipe, metido en harina, se escabulle de donde solo hay socierna. De A. Vega asegura que “la hora que más le agrada es las diez". Bernardo estudia la reforma del alcantarillado. Ferreras tiene siempre lana, aunque no fuera de San Justo. Cordero va en el machito. Y así, algunos más.

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.