Prensa de partido
![[Img #67905]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2024/7585_1-juan-guerrero-copia.jpg)
Es una definición, la de prensa de partido, que estuvo muy en boga en el siglo XIX, que se superó en el XX, y que vuelve por sus fueros en la agitada decadencia del XXI. Más en Astorga.
En los momentos actuales parte de la prensa astorgana está sumergida en la impudicia institucional del Ayuntamiento. Esta manipulación se da especialmente en los medios de fuera, como la Televisión Autonómica, que, aparte de ser un medio único en el mundo de televisión privada, mantenida con dinero público, no da una noticia si no se paga, directa o indirectamente, postulado con el que el contenido deja de ser noticia o información de interés general y pasa a la consideración de propaganda.
Ocurre lo mismo con la Televisión de León, medio privado que vive de la propaganda, con la que se invalida el concepto de Información, genuino de la prensa y los medios de comunicación. También llegan los recursos propios de la tarta publicitaria del Ayuntamiento de la bimilenaria al digital Diario de Astorga, que se edita en Ponferrada y es el prototipo de prensa de partido, al puro estilo decimonónico.
Mientras la tarta publicitaria municipal alcanza a esos medios, no llega a los realmente astorganos, que se editan en Astorga y que son La Cope, El Faro y este digital Astorga Redacción. Cosas veredes, mío Cid.
Entre las muchas cosas que ignoran, que abundan más en la ignorancia que en los conocimientos en el actual Ayuntamiento de Astorga, es que la tarta publicitaria institucional ha de repartirse proporcionalmente entre todos los medios, en función de su audiencia, como criterio de objetividad, aunque sea discutible, pero es el que hay. Las audiencias no son muy fiables y en estos casos locales menos, pues ya se vivió en anteriores legislaturas que los datos que se utilizaban estaban muy amañados, como ocurrió con el ponferradino ‘Diario de Astorga’, que según el mismo cuenta con más lectores que ciudadanos vivos, y la misma OJD tuvo que reconocer que donde decía digo, quería decir Diego.
No se trata de aquilatar los términos, pero sí de señalar que debe haber un respeto mínimo. ‘El Faro Astorgano’ ha quedado excluido por otra causa, que no es cuestión de partido, sino de facción del partido. El medio impreso se permitió, en la Jornada de Reflexión de la Campaña Electoral, en el que la ley prohíbe mantener la campaña, con ignorancia de la Ley, publicar una página de opinión difamatoria contra el candidato del PP, que actualmente es alcalde, por lo que decíamos que esta no era una cuestión de prensa del partido, sino de facción del mismo,
Aquello estuvo muy mal hecho y era cuestión de denuncia ante la Junta Electoral. Lo de ahora es de juzgado de guardia, si el dinero institucional se reparte a capricho del Ayuntamiento y semejante malversación se hace con total impunidad, al estilo del siglo XIX, pero en el XXI.
Con un detalle más que agrava la situación. Sobre la preterición que sufren los medios profesionales astorganos, que se editan en Astorga y que son este medio, El Faro, con la salvedad que hemos indicado, y la COPE, con sesenta años de servicio acreditado a la ciudad, sí que hay dinero y en cantidad obscena para algo que se hace pasar como medio, ubicado en Internet. La trampa va más rápida que la Ley. Donde se falta a la deontología más elemental y el Alcalde, sin miramientos, es entrevistado a calzón quitado, en plan zalamero, que para eso paga y paga bien, más que a los medios profesionales, con dinero que es de todos. Cuando se rebasan todos los límites, ya no se hace periodismo, sino que se imita a los pregoneros del pueblo que a golpe de chifla decían aquello de que “De parte del señor Alcalde…" y daban sus recados pueblerinos.
Seguirá la impunidad, pero reconozcamos la gravedad de lo que denunciamos y la regresión que está suponiendo volver a la prensa de partido. Sin una prensa libre, sometida al político o al cacique del momento, a estas alturas del siglo XXI.
Rogelio Casado Arias
Es una definición, la de prensa de partido, que estuvo muy en boga en el siglo XIX, que se superó en el XX, y que vuelve por sus fueros en la agitada decadencia del XXI. Más en Astorga.
En los momentos actuales parte de la prensa astorgana está sumergida en la impudicia institucional del Ayuntamiento. Esta manipulación se da especialmente en los medios de fuera, como la Televisión Autonómica, que, aparte de ser un medio único en el mundo de televisión privada, mantenida con dinero público, no da una noticia si no se paga, directa o indirectamente, postulado con el que el contenido deja de ser noticia o información de interés general y pasa a la consideración de propaganda.
Ocurre lo mismo con la Televisión de León, medio privado que vive de la propaganda, con la que se invalida el concepto de Información, genuino de la prensa y los medios de comunicación. También llegan los recursos propios de la tarta publicitaria del Ayuntamiento de la bimilenaria al digital Diario de Astorga, que se edita en Ponferrada y es el prototipo de prensa de partido, al puro estilo decimonónico.
Mientras la tarta publicitaria municipal alcanza a esos medios, no llega a los realmente astorganos, que se editan en Astorga y que son La Cope, El Faro y este digital Astorga Redacción. Cosas veredes, mío Cid.
Entre las muchas cosas que ignoran, que abundan más en la ignorancia que en los conocimientos en el actual Ayuntamiento de Astorga, es que la tarta publicitaria institucional ha de repartirse proporcionalmente entre todos los medios, en función de su audiencia, como criterio de objetividad, aunque sea discutible, pero es el que hay. Las audiencias no son muy fiables y en estos casos locales menos, pues ya se vivió en anteriores legislaturas que los datos que se utilizaban estaban muy amañados, como ocurrió con el ponferradino ‘Diario de Astorga’, que según el mismo cuenta con más lectores que ciudadanos vivos, y la misma OJD tuvo que reconocer que donde decía digo, quería decir Diego.
No se trata de aquilatar los términos, pero sí de señalar que debe haber un respeto mínimo. ‘El Faro Astorgano’ ha quedado excluido por otra causa, que no es cuestión de partido, sino de facción del partido. El medio impreso se permitió, en la Jornada de Reflexión de la Campaña Electoral, en el que la ley prohíbe mantener la campaña, con ignorancia de la Ley, publicar una página de opinión difamatoria contra el candidato del PP, que actualmente es alcalde, por lo que decíamos que esta no era una cuestión de prensa del partido, sino de facción del mismo,
Aquello estuvo muy mal hecho y era cuestión de denuncia ante la Junta Electoral. Lo de ahora es de juzgado de guardia, si el dinero institucional se reparte a capricho del Ayuntamiento y semejante malversación se hace con total impunidad, al estilo del siglo XIX, pero en el XXI.
Con un detalle más que agrava la situación. Sobre la preterición que sufren los medios profesionales astorganos, que se editan en Astorga y que son este medio, El Faro, con la salvedad que hemos indicado, y la COPE, con sesenta años de servicio acreditado a la ciudad, sí que hay dinero y en cantidad obscena para algo que se hace pasar como medio, ubicado en Internet. La trampa va más rápida que la Ley. Donde se falta a la deontología más elemental y el Alcalde, sin miramientos, es entrevistado a calzón quitado, en plan zalamero, que para eso paga y paga bien, más que a los medios profesionales, con dinero que es de todos. Cuando se rebasan todos los límites, ya no se hace periodismo, sino que se imita a los pregoneros del pueblo que a golpe de chifla decían aquello de que “De parte del señor Alcalde…" y daban sus recados pueblerinos.
Seguirá la impunidad, pero reconozcamos la gravedad de lo que denunciamos y la regresión que está suponiendo volver a la prensa de partido. Sin una prensa libre, sometida al político o al cacique del momento, a estas alturas del siglo XXI.
Rogelio Casado Arias
