El lenguaje silencioso del pie del alcalde José Luis Nieto
![[Img #67941]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2024/7859_nieto-_dsc3759-copia.jpg)
Se trata en este artículo de ver el lado humorístico de la gestualidad de una entrevista realizada recientemente a ‘el alcalde Nieto’. Para ello la hemos visto sin audio. Solo en un par de ocasiones cuando el gesto era menos habitual, hemos subido el volumen, por averiguar qué le desensimismaba.
La gestualidad es escasa, quiero decir sin altibajos, como si fuera la misma película reproducida una y otra vez, en bucle. Como si los intérpretes se supieran tanto el papel que hubieran solo de ‘sostenello’ y no ‘enmendallo’. El entrevistador, más conocido por sus tupés que por sus circunloquios, a duras penas mantenía el papelón sin trabucarse.
No hay risas, no hay rumores, no hay ironías, no hay cruces de miradas, ni atisbos de inteligencia. De verdadero solo tiene lo falso.
En cualquier momento de los 37 minutos que dura el pase, casi los mismos gestos, todo lo más un vuelo rasante de ave de corral.
Dos divanes en ángulo recto se encuentran en una mesita en la que reposa el arca que contiene el paño de Clavijo. Es ese ángulo, ese espacio donde se produce la chispa de la entrevista sin audio. Cada personaje se sienta en uno de los divanes. El alcalde, arrellanado en su butacón, como un elefante boca arriba, frente a la cámara, que está en posición tan baja que pondrá en primer plano el movimiento del pie flotante de su pierna derecha, también las arrugas de la entrepierna de su pantalón inmaculado. Se le ve en todo momento con las manos cruzadas delante del pecho, los pulgares hacia arriba, como tatuando en su camisita nueva y azul un príncipe de las tinieblas. Mientras la pierna derecha del alcalde monta sobre la izquierda; en simetría con ella la pierna izquierda de quién 'se las pone a güevo' reposa sobre la otra. Si se juntaran un pelín más, darían en aplauso de los pies. Los zapatos impecables.
El alcalde apoya brazo y antebrazo, sin soltarse de sus queridas manos, sobre el brazo del sofá. No ríe, no sonríe, gestos breves, sincopados, en ocasiones lleva sus ojos visionarios a la lectura de la partitura de su mente. Todo sea por el bien de Astorga su estampa visionaria. No escuchamos lo que dice, pero la entrevista destaca en ‘pie de foto’: “El alcalde quiere que se hagan eventos pero no que si tú te casas te paguemos la boda.” Sin aludir para nada a su actual bodorrio con el digitalucho de la casa, proclamado recientemente a voz y coz en la Plaza Mayor, junto a la cruz, mediante unos 'paneles institucionales conmemorativos de sus diez años de dislates. ¿A cuánto le sale la broma a cada astorgano? ¿No percibe el exceso pornográfico de esta alianza proclamada? ¡¡Cuentas!! ¡Cuentas, por favor! Y de los pagos efectuados a los distintos medios informativos y publicitarios, también.
Rara vez ha separado las manos en toda la entrevista si no es para contar por los dedos (¿regresión infantil o escasa habilidad en el cálculo mental?) o rascarse la nariz (este gesto súbito e inhóspito nos obliga a subir el volumen). Se muestra disgustado, enojoso en su populismo, -que no va de educar al pueblo, pues este ya tiene su culturilla, no le vayan a tachar de elitista-. Las manos le vuelan un poquito, como de gallinero. Viene hablando de la casa de ‘Tócame Roque’ como si hablara de la Casa Panero, -jamás podría con todas sus cecinas asomarse al verso: "tu pie tiene costumbre de gacela"-. Pues siendo el suyo cabeceante y anonadado no presiente ciertas delicadezas que, en todo caso pisotea. Patadones de quién ordena y manda.
Así se suceden las preguntas, y el alcalde "impertérrito, en la línea mortal del equilibrio". Solo las manos mariposeantes y el pie cabalgador puntean su decir. Termina por cerrar los ojos como para leerse la chuleta de la maravilla en que cree haber colocado a Astorga.
La entrevista gestualmente termina como comienza, así que ahora escúchenla, y vuelta a darle al 'manubrio del ludibrio del bodrio' hasta el fin que es el comienzo.
De próxima publicación: 'La muerte y la mano derecha' (Sobre la 'culturilla' en Astorga)
![[Img #67941]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2024/7859_nieto-_dsc3759-copia.jpg)
Se trata en este artículo de ver el lado humorístico de la gestualidad de una entrevista realizada recientemente a ‘el alcalde Nieto’. Para ello la hemos visto sin audio. Solo en un par de ocasiones cuando el gesto era menos habitual, hemos subido el volumen, por averiguar qué le desensimismaba.
La gestualidad es escasa, quiero decir sin altibajos, como si fuera la misma película reproducida una y otra vez, en bucle. Como si los intérpretes se supieran tanto el papel que hubieran solo de ‘sostenello’ y no ‘enmendallo’. El entrevistador, más conocido por sus tupés que por sus circunloquios, a duras penas mantenía el papelón sin trabucarse.
No hay risas, no hay rumores, no hay ironías, no hay cruces de miradas, ni atisbos de inteligencia. De verdadero solo tiene lo falso.
En cualquier momento de los 37 minutos que dura el pase, casi los mismos gestos, todo lo más un vuelo rasante de ave de corral.
Dos divanes en ángulo recto se encuentran en una mesita en la que reposa el arca que contiene el paño de Clavijo. Es ese ángulo, ese espacio donde se produce la chispa de la entrevista sin audio. Cada personaje se sienta en uno de los divanes. El alcalde, arrellanado en su butacón, como un elefante boca arriba, frente a la cámara, que está en posición tan baja que pondrá en primer plano el movimiento del pie flotante de su pierna derecha, también las arrugas de la entrepierna de su pantalón inmaculado. Se le ve en todo momento con las manos cruzadas delante del pecho, los pulgares hacia arriba, como tatuando en su camisita nueva y azul un príncipe de las tinieblas. Mientras la pierna derecha del alcalde monta sobre la izquierda; en simetría con ella la pierna izquierda de quién 'se las pone a güevo' reposa sobre la otra. Si se juntaran un pelín más, darían en aplauso de los pies. Los zapatos impecables.
El alcalde apoya brazo y antebrazo, sin soltarse de sus queridas manos, sobre el brazo del sofá. No ríe, no sonríe, gestos breves, sincopados, en ocasiones lleva sus ojos visionarios a la lectura de la partitura de su mente. Todo sea por el bien de Astorga su estampa visionaria. No escuchamos lo que dice, pero la entrevista destaca en ‘pie de foto’: “El alcalde quiere que se hagan eventos pero no que si tú te casas te paguemos la boda.” Sin aludir para nada a su actual bodorrio con el digitalucho de la casa, proclamado recientemente a voz y coz en la Plaza Mayor, junto a la cruz, mediante unos 'paneles institucionales conmemorativos de sus diez años de dislates. ¿A cuánto le sale la broma a cada astorgano? ¿No percibe el exceso pornográfico de esta alianza proclamada? ¡¡Cuentas!! ¡Cuentas, por favor! Y de los pagos efectuados a los distintos medios informativos y publicitarios, también.
Rara vez ha separado las manos en toda la entrevista si no es para contar por los dedos (¿regresión infantil o escasa habilidad en el cálculo mental?) o rascarse la nariz (este gesto súbito e inhóspito nos obliga a subir el volumen). Se muestra disgustado, enojoso en su populismo, -que no va de educar al pueblo, pues este ya tiene su culturilla, no le vayan a tachar de elitista-. Las manos le vuelan un poquito, como de gallinero. Viene hablando de la casa de ‘Tócame Roque’ como si hablara de la Casa Panero, -jamás podría con todas sus cecinas asomarse al verso: "tu pie tiene costumbre de gacela"-. Pues siendo el suyo cabeceante y anonadado no presiente ciertas delicadezas que, en todo caso pisotea. Patadones de quién ordena y manda.
Así se suceden las preguntas, y el alcalde "impertérrito, en la línea mortal del equilibrio". Solo las manos mariposeantes y el pie cabalgador puntean su decir. Termina por cerrar los ojos como para leerse la chuleta de la maravilla en que cree haber colocado a Astorga.
La entrevista gestualmente termina como comienza, así que ahora escúchenla, y vuelta a darle al 'manubrio del ludibrio del bodrio' hasta el fin que es el comienzo.
De próxima publicación: 'La muerte y la mano derecha' (Sobre la 'culturilla' en Astorga)






