Hastío
![[Img #68254]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2024/6616_5-maria-jose-copia.jpg)
No sé si a la mayoría de los ciudadanos le empacha la actitud de los políticos españoles, me refiero a los que calientan los sillones de nuestro Parlamento; yo estoy agotada de aguantarlos.
Parece que la estrategia a seguir no es preocuparse del ciudadano, NO, se cierne en crispar los ánimos del mismo para que se posicione con el que más vocea, más estupideces dice e incluso más maleducado es.
No importa para nada si roba del erario público; si su patrimonio se incrementa alarmantemente desde que está en la ‘vida pública’, ciertos votantes llevan una orejeras puestas y les da igual todo: ¡Estos son los míos! Y ¡A muerte! Sin pararse a pensar que todo es una ‘estrategia’ para arañar votos, vivir estupendamente y que pase el tiempo sin ‘dejar el sillón’. Un buen sueldazo y prebendas varias. ¿Dónde está el sentido crítico? Para nada esta clase política se parece a aquella que hizo posible la Transición: No hay nivel, ni de formación, ni de educación, ni compromiso con la tolerancia y, en consecuencia, con la Democracia.
No hay Ley alguna que les controle, que fiscalice en dónde meten los dineros de todos; no se les hace una AUDITORÍA, después de cada período gobernando lo que sea, desde un pequeño ayuntamiento, a Diputaciones, Sindicatos o el Gobierno de la Nación.
A estas alturas del artículo ya estaréis pensando a quién voto y, entonces, todo lo dicho caerá en saco roto, no dará pie a ninguna reflexión, y los de un lado dirán que me posiciono del otro, y viceversa: Hastío también con esta forma tan corta de darle al cerebro.
La desafección del votante de a pié es cada vez en mayor, pero ¿quién gana con todo ello?: ¿La ecuanimidad? ¿El sentido crítico? ¿La igualdad? ¿La justicia? … NO; ganan los fanáticos, esos no van a dejar de dar el voto a los mismos, ni siquiera dejar de votar como castigo, aunque les meen encima; aunque les disparen los impuestos; aunque no consigan llegar a fin de mes; aunque sus pensiones se vean mermadas; aunque la Seguridad Social se desplome; parece que les va la vida en ellos, nunca mejor dicho en ‘ellos’, pero ellos siguen con sus guerras, sus rifirrafes, y su aumento descarado del patrimonio personal, riéndose en la cara misma de todos nosotros.
“Españolito del alma, al mundo te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón”. Ya lo decía Machado, D. Antonio, un hombre sabio y, en el buen sentido de la palabra, bueno.
No sé si a la mayoría de los ciudadanos le empacha la actitud de los políticos españoles, me refiero a los que calientan los sillones de nuestro Parlamento; yo estoy agotada de aguantarlos.
Parece que la estrategia a seguir no es preocuparse del ciudadano, NO, se cierne en crispar los ánimos del mismo para que se posicione con el que más vocea, más estupideces dice e incluso más maleducado es.
No importa para nada si roba del erario público; si su patrimonio se incrementa alarmantemente desde que está en la ‘vida pública’, ciertos votantes llevan una orejeras puestas y les da igual todo: ¡Estos son los míos! Y ¡A muerte! Sin pararse a pensar que todo es una ‘estrategia’ para arañar votos, vivir estupendamente y que pase el tiempo sin ‘dejar el sillón’. Un buen sueldazo y prebendas varias. ¿Dónde está el sentido crítico? Para nada esta clase política se parece a aquella que hizo posible la Transición: No hay nivel, ni de formación, ni de educación, ni compromiso con la tolerancia y, en consecuencia, con la Democracia.
No hay Ley alguna que les controle, que fiscalice en dónde meten los dineros de todos; no se les hace una AUDITORÍA, después de cada período gobernando lo que sea, desde un pequeño ayuntamiento, a Diputaciones, Sindicatos o el Gobierno de la Nación.
A estas alturas del artículo ya estaréis pensando a quién voto y, entonces, todo lo dicho caerá en saco roto, no dará pie a ninguna reflexión, y los de un lado dirán que me posiciono del otro, y viceversa: Hastío también con esta forma tan corta de darle al cerebro.
La desafección del votante de a pié es cada vez en mayor, pero ¿quién gana con todo ello?: ¿La ecuanimidad? ¿El sentido crítico? ¿La igualdad? ¿La justicia? … NO; ganan los fanáticos, esos no van a dejar de dar el voto a los mismos, ni siquiera dejar de votar como castigo, aunque les meen encima; aunque les disparen los impuestos; aunque no consigan llegar a fin de mes; aunque sus pensiones se vean mermadas; aunque la Seguridad Social se desplome; parece que les va la vida en ellos, nunca mejor dicho en ‘ellos’, pero ellos siguen con sus guerras, sus rifirrafes, y su aumento descarado del patrimonio personal, riéndose en la cara misma de todos nosotros.
“Españolito del alma, al mundo te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón”. Ya lo decía Machado, D. Antonio, un hombre sabio y, en el buen sentido de la palabra, bueno.