La estación de autobuses
![[Img #68310]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2024/7754_pared-buses.jpg)
Ya sabemos que la Estación de Autobuses no es municipal, pero ya que los nuevos munícipes presumen tanto de su capacidad de gestión y de sus eficaces servicios a Astorga, son los más adecuados para plantearles esta cuestión.
La Estación de Autobuses de Astorga, muy recientemente reformada por la Junta de Castilla y León, ofrece ya un frontal, frente al que aparcan los autobuses, todo despintado como si proviniera de la Guerra. Es una mala visión para quien por primera vez llega a Astorga.
Esta misma estación, tan recientemente restaurada, carece del adecuado cerramiento acristalado para el acceso a los autobuses, como debiera tener. Más obligado resulta cuando a media tarde la estación se cierra y los usuarios han de mantenerse a la intemperie en los andenes para el acceso a los autobuses en las tardes y noches nada agradables de los meses del invierno.
Por permanecer cerrada la estación y por carecer de un cartel que lo indique los pasajeros se ven obligados a acceder y salir de la estación no por el hall de la misma sino por la calzada por la que entran autobuses y coches, incluso en las horas que está abierta porque no hay ningún cartel que lo indique. Un hall que está tan austero como impersonal como si no quisiera el tráfico humano y por eso se mantiene nada acogedor.
Ni la acera cuenta con su verja abierta para que puedan pasar. Les queda el consuelo de que al salir a la carretera se encuentran al menos con una buena vista de la ciudad. Lo que no ocurre en la estación del ferrocarril, en la que se entra con la tristeza del abandono como antesala de lo que puede ser la ciudad. No ocurría eso ni en las paradas de las diligencias del oeste americano.
Ya sabemos que la Estación de Autobuses no es municipal, pero ya que los nuevos munícipes presumen tanto de su capacidad de gestión y de sus eficaces servicios a Astorga, son los más adecuados para plantearles esta cuestión.
La Estación de Autobuses de Astorga, muy recientemente reformada por la Junta de Castilla y León, ofrece ya un frontal, frente al que aparcan los autobuses, todo despintado como si proviniera de la Guerra. Es una mala visión para quien por primera vez llega a Astorga.
Esta misma estación, tan recientemente restaurada, carece del adecuado cerramiento acristalado para el acceso a los autobuses, como debiera tener. Más obligado resulta cuando a media tarde la estación se cierra y los usuarios han de mantenerse a la intemperie en los andenes para el acceso a los autobuses en las tardes y noches nada agradables de los meses del invierno.
Por permanecer cerrada la estación y por carecer de un cartel que lo indique los pasajeros se ven obligados a acceder y salir de la estación no por el hall de la misma sino por la calzada por la que entran autobuses y coches, incluso en las horas que está abierta porque no hay ningún cartel que lo indique. Un hall que está tan austero como impersonal como si no quisiera el tráfico humano y por eso se mantiene nada acogedor.
Ni la acera cuenta con su verja abierta para que puedan pasar. Les queda el consuelo de que al salir a la carretera se encuentran al menos con una buena vista de la ciudad. Lo que no ocurre en la estación del ferrocarril, en la que se entra con la tristeza del abandono como antesala de lo que puede ser la ciudad. No ocurría eso ni en las paradas de las diligencias del oeste americano.