La Pascua de Resurrección
![[Img #68353]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2024/8821_1_mercedes-copia.jpg)
Estamos en Pascua de Resurrección. Son casi dos meses en los que la Iglesia celebra la Pascua, desde el Domingo de Pascua, 31 de marzo, hasta el Domingo de Pentecostés, que este año cae el 19 de mayo. Cincuenta días para celebrar la resurrección de Jesucristo hasta la bajada de los cielos del Espíritu Santo para presentarse a los apóstoles y darles instrucciones de evangelización.
Ya el profeta hebreo Ezequiel fue mandado por Dios para animar al pueblo judío, cuando los israelitas fueron llevados cautivos a Babilonia alrededor de 550 años antes de Jesucristo; y, entonces, Ezequiel hace sus predicciones sobre el futuro de ese pueblo.
Lo que Dios prometió a los judíos hace 2.600 años en boca de Ezequiel: “Yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, yo os haré subir de vuestras sepulturas y os traeré a la tierra de Israel”(Ezequiel 37:12). Y sigue diciendo Ezequiel (37:21) 550 años a.C. “Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra”. Tiempo después, en el año 70 después de Jesucristo, el ejército romano de Tito toma Jerusalén, y los judíos son expulsados de su tierra natal, Israel. Estos mensajes de Jehová son la bizantina clave de leyenda en la que se han basado los judíos y se basan para para reclamar y arrebatar derechos sobre la tierra.
Y llegó el 14 de mayo de 1948 , fecha de nacimiento del nuevo Estado de Israel. La ONU decide dividir el territorio de Palestina en un Estado Judío y otro árabe, a costa del pueblo palestino que lo habita. Y es a partir de ahora cuando empiezan los judíos a envalentonarse con insolencia. Ya tienen un territorio donde asentarse después de casi 2.000 años, y sobre todo tienen dinero, mucho dinero para respaldar sus arrogancias. Crecen en soberbia y quieren crecer en territorio. Como han sido despreciados durante miles de años ahora sienten que les ha llegado el momento de ser ellos quienes desprecien y lo practican con petulancia.
La guerra de Gaza es la muestra que estamos viviendo de ese desprecio de todo lo que no sea ellos mismos, los judíos como pueblo elegido. Se lo creen. Y como creen que son el pueblo elegido por Dios creen que tienen sus derechos ilimitados.
La intención de Dios era que Israel fuera un pueblo diferente, una nación de gente que señalara a otros el camino hacia Dios. Fue elegido para ser nación de sacerdotes, profetas y misioneros para el mundo. El deseo de Dios era que ellos irían y enseñarían a otros acerca de Él. Dicen que Dios quiso valerse de Israel como un instrumento para amar y bendecir a todo la humanidad. A todas luces el ‘pueblo elegido’ ha interpretado mal su misión ancestral.
Llevamos seis meses viendo como Netanyahu está aniquilando a todo un pueblo no elegido, ya lleva 32.000 muertos a sus espaldas y sigue imparable. El dolor y sufrimiento del pueblo palestino parece que es una cuestión de segunda categoría, sino de tercera, para los mandamases del mundo. Denuncian y amenazan al invasor con la boca floja. El tema clave aquí es cuestión de finanzas. Siempre, todo, es cuestión de dinero.
La Administración de EEUU ha autorizado recientemente la trasferencia a Israel de más de 1.000 bombas de 500 libras y más de 1.000 de pequeño diámetro. Y Biden está a punto de dar luz verde a una venta de 18.000 millones en aviones de combate. Y la Casa Blanca justifica la venta de este armamento para este genocidio diciendo que llevan años vendiendo armamento a Israel, que no es una cuestión de ahora. Increíble desfachatez.
Ah, pero ahora Netanyahu se ha pasado de la raya. Que vayan muriendo niños, mujeres, hombres, trabajadores humanitarios, personal sanitario…, es una pena con la boca pequeña, pero la furia de la Casa Blanca se ha desatado con la muerte de los siete trabajadores de World Central Kitchen, donde había un estadounidense y un canadiense. Biden están conmocionado, dicen. Y ahora el secretario de Estado, Blinken, le recuerda a Netanyahu que “Israel no es Hamas, Israel es una democracia y Hamas una organización terrorista. Y las democracias dan el máximo valor a la vida humana, a todas las vidas humanas”. A buenas horas mangas verdes. Se lo recuerda después de 32.000 muertes, la mayoría civiles.
Pero es que ahora el presidente de los EEUU tiene un problema. La guerra de Gaza se ha convertido en uno de los principales problemas políticos de Biden, tiene cerca las elecciones de noviembre y sectores claves de sus votantes se han indignado por el apoyo a la guerra de Israel. Ahora Biden se encuentra en una cuerda floja, entre dos fuegos: el de la guerra y el de los votantes. Qué ironía. Ahora empieza a interesarse por los muertos palestinos, por la cuenta que le trae para su próxima campaña política. Su interés personal está en juego.
La Casa Blanca anuncia que si Estados Unidos no ve cambios en las políticas de Israel para proteger a los civiles en Gaza “habrá cambios en nuestra propia política”, sin especificar qué cambios. O sea, una amenaza hueca, de cosquilleo. “Si Benjamín Netanyahu, primer ministro, ordenara a las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) entrar en Rafah a gran escala y lanzaran bombas de mil libras y enviaran un batallón para perseguir a Hamas y no tomaran ninguna medida para los civiles o para la ayuda humanitaria, la Casa Blanca se replantearía condicionar la ayuda a Israel”. Qué extraordinario cinismo decir esto mientras no para de vender armas letales a Israel.
Mientras el negocio de las armas esté dando pingues beneficios las amenazas y protestas al genocidio serán como el canto de los cisnes. Netanyahu lo sabe, tiene la sartén por el mango, es decir, el goloso dinero judío en danza, y no va a parar hasta saciar su rabiosa sed de venganza. Lo que me suscita gran interés es el saber qué y en qué piensan los países árabes, ¿qué hacen o qué piensan hacer? porque parece que hacen poco o nada. Es curioso que no apoyen a los palestinos de Gaza teniendo tanto dinero como tienen, tanto o más que los judíos americanos. ¿Por qué no actúan? ¿Quizás porque en el territorio de Gaza no hay nada que rascar, es decir, no hay nada interesante económicamente? Pero, ellos tienen dinero de sobra. ¿Será entonces que tienen intereses económicos con los israelíes? Quizás. Supongo. A los parientes pobres se les suele prestar poca atención, más bien molestan. Sera eso.
Se me ocurre que sería buenísimo que bajara de nuevo de los cielos aquel el Espíritu Santo mensajero y diera instrucciones al judío Netanyahu, que pretende ser un nuevo apóstol de la causa judía con una interpretación muy particular de esa causa judía, para que dejara de matar a sus vecinos y abandonara la idea de aniquilarlos. Pero está algo difícil que vuelva a bajar el Espíritu Santo para susurrar a Netanyahu al oído un poco de ética, sabiduría, humanismo e inteligencia. Así que seguiremos viendo con dolor (algunos) cómo muere todo un pueblo bajo las bombas de un loco mesiánico. Lo más irónico es que los israelíes son los ocupas (violentos) del territorio, con 32.000 muertos de sus habitantes anteriores en su ranking de guerra y van de víctimas por el mundo. Es un atentado a la inteligencia humana. Que fueran víctimas no quiere decir que lo sean ahora. Si es una venganza histórica no es el tiempo ni el lugar ni el modo. ¿Quién puede parar esta atrocidad? Parece que sólo los EEUU pero también parece que no quiere.
O tempora o mores
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Estamos en Pascua de Resurrección. Son casi dos meses en los que la Iglesia celebra la Pascua, desde el Domingo de Pascua, 31 de marzo, hasta el Domingo de Pentecostés, que este año cae el 19 de mayo. Cincuenta días para celebrar la resurrección de Jesucristo hasta la bajada de los cielos del Espíritu Santo para presentarse a los apóstoles y darles instrucciones de evangelización.
Ya el profeta hebreo Ezequiel fue mandado por Dios para animar al pueblo judío, cuando los israelitas fueron llevados cautivos a Babilonia alrededor de 550 años antes de Jesucristo; y, entonces, Ezequiel hace sus predicciones sobre el futuro de ese pueblo.
Lo que Dios prometió a los judíos hace 2.600 años en boca de Ezequiel: “Yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, yo os haré subir de vuestras sepulturas y os traeré a la tierra de Israel”(Ezequiel 37:12). Y sigue diciendo Ezequiel (37:21) 550 años a.C. “Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra”. Tiempo después, en el año 70 después de Jesucristo, el ejército romano de Tito toma Jerusalén, y los judíos son expulsados de su tierra natal, Israel. Estos mensajes de Jehová son la bizantina clave de leyenda en la que se han basado los judíos y se basan para para reclamar y arrebatar derechos sobre la tierra.
Y llegó el 14 de mayo de 1948 , fecha de nacimiento del nuevo Estado de Israel. La ONU decide dividir el territorio de Palestina en un Estado Judío y otro árabe, a costa del pueblo palestino que lo habita. Y es a partir de ahora cuando empiezan los judíos a envalentonarse con insolencia. Ya tienen un territorio donde asentarse después de casi 2.000 años, y sobre todo tienen dinero, mucho dinero para respaldar sus arrogancias. Crecen en soberbia y quieren crecer en territorio. Como han sido despreciados durante miles de años ahora sienten que les ha llegado el momento de ser ellos quienes desprecien y lo practican con petulancia.
La guerra de Gaza es la muestra que estamos viviendo de ese desprecio de todo lo que no sea ellos mismos, los judíos como pueblo elegido. Se lo creen. Y como creen que son el pueblo elegido por Dios creen que tienen sus derechos ilimitados.
La intención de Dios era que Israel fuera un pueblo diferente, una nación de gente que señalara a otros el camino hacia Dios. Fue elegido para ser nación de sacerdotes, profetas y misioneros para el mundo. El deseo de Dios era que ellos irían y enseñarían a otros acerca de Él. Dicen que Dios quiso valerse de Israel como un instrumento para amar y bendecir a todo la humanidad. A todas luces el ‘pueblo elegido’ ha interpretado mal su misión ancestral.
Llevamos seis meses viendo como Netanyahu está aniquilando a todo un pueblo no elegido, ya lleva 32.000 muertos a sus espaldas y sigue imparable. El dolor y sufrimiento del pueblo palestino parece que es una cuestión de segunda categoría, sino de tercera, para los mandamases del mundo. Denuncian y amenazan al invasor con la boca floja. El tema clave aquí es cuestión de finanzas. Siempre, todo, es cuestión de dinero.
La Administración de EEUU ha autorizado recientemente la trasferencia a Israel de más de 1.000 bombas de 500 libras y más de 1.000 de pequeño diámetro. Y Biden está a punto de dar luz verde a una venta de 18.000 millones en aviones de combate. Y la Casa Blanca justifica la venta de este armamento para este genocidio diciendo que llevan años vendiendo armamento a Israel, que no es una cuestión de ahora. Increíble desfachatez.
Ah, pero ahora Netanyahu se ha pasado de la raya. Que vayan muriendo niños, mujeres, hombres, trabajadores humanitarios, personal sanitario…, es una pena con la boca pequeña, pero la furia de la Casa Blanca se ha desatado con la muerte de los siete trabajadores de World Central Kitchen, donde había un estadounidense y un canadiense. Biden están conmocionado, dicen. Y ahora el secretario de Estado, Blinken, le recuerda a Netanyahu que “Israel no es Hamas, Israel es una democracia y Hamas una organización terrorista. Y las democracias dan el máximo valor a la vida humana, a todas las vidas humanas”. A buenas horas mangas verdes. Se lo recuerda después de 32.000 muertes, la mayoría civiles.
Pero es que ahora el presidente de los EEUU tiene un problema. La guerra de Gaza se ha convertido en uno de los principales problemas políticos de Biden, tiene cerca las elecciones de noviembre y sectores claves de sus votantes se han indignado por el apoyo a la guerra de Israel. Ahora Biden se encuentra en una cuerda floja, entre dos fuegos: el de la guerra y el de los votantes. Qué ironía. Ahora empieza a interesarse por los muertos palestinos, por la cuenta que le trae para su próxima campaña política. Su interés personal está en juego.
La Casa Blanca anuncia que si Estados Unidos no ve cambios en las políticas de Israel para proteger a los civiles en Gaza “habrá cambios en nuestra propia política”, sin especificar qué cambios. O sea, una amenaza hueca, de cosquilleo. “Si Benjamín Netanyahu, primer ministro, ordenara a las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) entrar en Rafah a gran escala y lanzaran bombas de mil libras y enviaran un batallón para perseguir a Hamas y no tomaran ninguna medida para los civiles o para la ayuda humanitaria, la Casa Blanca se replantearía condicionar la ayuda a Israel”. Qué extraordinario cinismo decir esto mientras no para de vender armas letales a Israel.
Mientras el negocio de las armas esté dando pingues beneficios las amenazas y protestas al genocidio serán como el canto de los cisnes. Netanyahu lo sabe, tiene la sartén por el mango, es decir, el goloso dinero judío en danza, y no va a parar hasta saciar su rabiosa sed de venganza. Lo que me suscita gran interés es el saber qué y en qué piensan los países árabes, ¿qué hacen o qué piensan hacer? porque parece que hacen poco o nada. Es curioso que no apoyen a los palestinos de Gaza teniendo tanto dinero como tienen, tanto o más que los judíos americanos. ¿Por qué no actúan? ¿Quizás porque en el territorio de Gaza no hay nada que rascar, es decir, no hay nada interesante económicamente? Pero, ellos tienen dinero de sobra. ¿Será entonces que tienen intereses económicos con los israelíes? Quizás. Supongo. A los parientes pobres se les suele prestar poca atención, más bien molestan. Sera eso.
Se me ocurre que sería buenísimo que bajara de nuevo de los cielos aquel el Espíritu Santo mensajero y diera instrucciones al judío Netanyahu, que pretende ser un nuevo apóstol de la causa judía con una interpretación muy particular de esa causa judía, para que dejara de matar a sus vecinos y abandonara la idea de aniquilarlos. Pero está algo difícil que vuelva a bajar el Espíritu Santo para susurrar a Netanyahu al oído un poco de ética, sabiduría, humanismo e inteligencia. Así que seguiremos viendo con dolor (algunos) cómo muere todo un pueblo bajo las bombas de un loco mesiánico. Lo más irónico es que los israelíes son los ocupas (violentos) del territorio, con 32.000 muertos de sus habitantes anteriores en su ranking de guerra y van de víctimas por el mundo. Es un atentado a la inteligencia humana. Que fueran víctimas no quiere decir que lo sean ahora. Si es una venganza histórica no es el tiempo ni el lugar ni el modo. ¿Quién puede parar esta atrocidad? Parece que sólo los EEUU pero también parece que no quiere.
O tempora o mores






