Nicolás Pérez Hidalgo
Lunes, 06 de Enero de 2014

Las redes tróficas

Los científicos definen “cadena trófica” (del griego throphe, alimentación) o cadena alimenticia, como “el proceso de transferencia de sustancias nutritivas a través de las diferentes especies de una comunidad biológica, en el que cada organismo de la comunidad se alimenta del precedente y es alimento del siguiente”. Y un conjunto de cadenas tróficas constituye una estructura mayor denominada “red trófica”.

Inicialmente se representaban como estructuras piramidales en las cuales un buen número de organismos situados en la base servían de alimento a aquellos otros que se situaban en el nivel inmediatamente superior, y éstos a su vez eran las presas de los que localizaban encima, y así sucesivamente conforme nos acercábamos al vértice de la pirámide. Ni que decir tiene, que al subir de escalón el número de especies de ese nivel trófico disminuía. Así en una cadena trófica simple se puede hablar de un nivel base representado por los vegetales (seres autótrofos) que sirven de alimento a los herbívoros, éstos a los carnívoros que se situarían en la cúspide (éstos dos últimos niveles son seres heterótrofos).

Estas mismas redes se llevan estableciendo en nuestras sociedades desde que la especie humana existe, alentadas por los mismos instintos que permiten establecerlas en cualquier otro ser vivo: comer y reproducirse (en la mayoría de los casos actuales solo el apareamiento basta). Obsérvenlas ya que algunas son fáciles de detectar, de estudiar y de describir. Las hay en cada actividad social, económica, política, deportiva, …

Los científicos asociaban que un organismo pertenecía a un nivel trófico por simple observación: el grillo se come la hierba (productor), al grillo (herbívoro) se lo come la víbora (carnívoro primario) y ésta sirve de alimento a un halcón (carnívoro secundario); y al final de la estructura si sitúan los necrófagos o carroñeros. La red trófica era clara por entonces.

Sin embargo, la ciencia conforme ha aumentando su conocimiento ha descubierto que las redes tróficas son mucho más complejas de lo que inicialmente se había observado y descrito. Nuevos y robustos métodos de análisis estadísticos permiten analizar los datos (antiguos y nuevos) en potentes ordenadores y nuevas técnicas moleculares permiten descifrar las relaciones tróficas existentes (y en ocasiones casi invisibles). Ahora podemos analizar el tubo digestivo de una simple tijereta para comprobar, mediante análisis de ADN, si ha comido una determinada especie de áfido o si por el contrario ese día le gustaban más las cochinillas.

Teniendo en cuenta tanto avance en el 'conocimiento' es lógico pensar que debe ser muy fácil saber en qué se gasta un ayuntamiento el dinero de nuestros impuestos. Sobre todo, porque los ayuntamientos existen casi desde que los científicos empezaron a describir las relaciones tróficas….lo mismo de fácil que debería ser conocer las relaciones políticas, sociales, religiosas y económicas de cualquier territorio.

Deberíamos conocer, no sólo las relaciones tróficas directas entre el alcalde o el concejal de turno y las empresas públicas a las que les adjudican las obras o los servicios, sino también deberíamos ver las indirectas: si el concejal trabaja para una empresa de un familiar o de un amigo y si a esa empresa se le encargan ahora trabajos que antes se le encargaban a otras, por poner solo un ejemplo.

Sin embargo, en esto de la transparencia y facilitación de datos aún seguimos casi en la 'edad de piedra o del bronce'. Y no porque no existan herramientas para poder observarlo, estudiarlo y describirlo. Las instituciones y los ayuntamientos (que están en los últimos peldaños de las redes tróficas) siguen sin facilitar información básica en sus páginas webs para que cualquiera desde cualquier sitio pueda analizarla. Y siguen negándola incluso cuándo se pide correcta y oficialmente (y por registro), sobre todo cuando además se dispone de ella desde hace más de 20 años.

A los ojos de cualquiera (científico o no), la explicación es simple: no la facilitan porque se descubriría la corrupción, el mamoneo, las prebendas y favoritismos, resumiendo se descubriría la mala gestión que se hace de los dineros públicos. Y no se hace porque qué malo sería que en las próximas elecciones no fueran votados para salir de concejales y seguir viviendo de lo público, sino que lo peor sería que les desmontaran el chiringuito económico (la red trófica a fin de cuentas) de amigos y familiares y se fueran rompiendo los eslabones que con tanto trabajo y durante tantos años llevan uniendo las 'cadenas tróficas'.

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