Manuela Bodas Puente
Martes, 07 de Enero de 2014

Reciclar en rojo

Seguramente nadie ha visto un contenedor rojo al lado de los otros contenedores de reciclaje. 
Seguramente nadie se ha parado a pensar que cada uno de nosotros, seres vivos y circulantes del mundo somos un contenedor rojo que guardamos en nuestro interior una de las materias más básicas, elementales y extraordinarias de la creación. 
 
Una pista, somos contenedores rojos porque en nuestro interior habita una estrella vital sin la cual nada seríamos.
 
Seguramente ahora ya se va intuyendo lo que quiero decir. Otra pista: en esa estrella viven los paradigmas, los arcanos, los mitos, las reacciones más naturales; viven los soles que calientan nuestro cuerpo. Esa preciosa estrella se encarga de repartir oxígeno, alma y sentimiento a todas nuestras cavernas, hasta las más recónditas, incluso hasta las que enfermas, la esperan con impaciencia para que le insufle ganas y vitalidad.
 
Esa estrella es la sangre y es la que nos convierte en el contenedor rojo más emocionante, vibrante y vital del universo. Sin ella nada es posible. Esa estrella roja, convierte nuestro cuerpo, en átomo ancestral que viene y que va por el infinito a ritmo de vals si el cuerpo está sano o a ritmo decadente si se encuentra en un cuerpo enfermo.
 
Por eso para que tu cuerpo se recicle debes hacerte donante de sangre, así te convertirás en uno de los contenedores de reciclaje más importante de la vida. Además, en cada donación tus células rojas se tornan nuevamente jóvenes, vuelven a ser átomos infantes que reparten vida por tu organismo.
 
Pero ese contenedor rojo que somos, se convierte en sagrado cuando la sangre que hemos donado se interna en el cuerpo de otro que por enfermedad, accidente u otras necesidades, tiene su contenedor sumido en el caos o en el vacío. Cuando la sangre donada, entra en el cuerpo del receptor, el reciclaje se hace milagroso, porque además de darle vida nuevamente, le da información de la rueda que formamos unos con otros desde que nacemos hasta que la vida nos lleva a la otra orilla. 
 
Cuando donamos sangre, somos el contenedor de reciclaje por excelencia, no hay otro igual, nos convertimos todos en uno y uno es de todos, porque le damos a la sangre, nuestro valor vital en otro cuerpo.
 
Si quieres ser uno de esos preciosos contenedores rojos, acude el próximo viernes 10 de enero a la biblioteca del I.E.S Río Órbigo y deja que tu sangre libere energía y vida.
 
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