El Clan de los Sicilianos
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Es una película francesa, de 1970, dirigida por Henri Verneuil, que cuenta la historia de una banda de gánsteres, que decide apoderarse de una colección de joyas y efectúan el golpe con maestría. Luego surgen entre ellos las pasiones sentimentales y pretende resolverlas matándose, lo que propicia su persecución y desenmascaramiento por la justicia.
Ocurrió no hace mucho que, en un fotomatón sobre la cancelación del Certamen de las Torrijas, aparecían el alcalde de Astorga, el presidente de la Cámara y otra personalidad como acompañante, que no parecía tener mucha relación con el acto. Era el presidente de Montañas del Teleno. Esta es una asociación que se define como un Grupo de Acción Local, que asume la problemática socioeconómica para dinamizar a la población y salir de la situación de decadencia y abandono en los que estaba sumido el territorio, en favor de su desarrollo. Afirman que trabajan codo con codo y en una dirección para lograr que los “tilenenses”, es decir, nosotros todos los fieles del dios Tilenus, no abandonemos nuestras raíces y decidamos explotar las muchas posibilidades que ofrecen nuestras comarcas.
Esta afirmación de objetivos, que se manifiesta tan clara, no lo parece tanto cuando se quiere saber quiénes son sus miembros y menos quienes la dirigen. Su organigrama no se muestra con los nombres de quienes asumen las responsabilidades, sino con las asociaciones y entidades que ocupan sus cargos de responsabilidad, deduciéndose que son los responsables de la presidencia, vicepresidencias, secretaría, tesorería y vocalías. Entre ellos están los tres protagonistas de la cancelación de las torrijas por elitistas y los alcaldes de los pueblos del entorno.
Por otra parte, en los últimos meses se han encadenado las manifestaciones y recogidas de firmas, más de 10.000 entre unas y otras, entre los opositores a la instalación de la planta de lodos, que se pretende asentar en el término de Piedralba y dentro del territorio municipal de Santiago Millas, pero lejos de esa localidad, para no perjudicar a sus habitantes con su toxicidad, pero muy cerca de Piedralba y de Astorga, a los que no importa, tal como reacciona el alcalde, si se les perjudica.
Durante semanas y ya meses las manifestaciones y protestas por esta amenaza se suman, mientras nuestros alcaldes callan, pues dicen que el asunto no es de su incumbencia y llegan a decir, cínicamente, que si “olieran” ya actuarían. Algo así como lo que sucede con la triste historia del Algarrobico, ese monstruoso hotel levantado en la costa de Almería, que, a pesar de las múltiples decisiones judiciales para su demolición, ahí sigue, para recordarnos las ineficacias municipales a la hora de corregir los errores.
En un pleno del Ayuntamiento de Astorga el alcalde se justificó lanzando el balón, como acostumbra, contra la anterior Corporación, como hacen los malos jugadores que lo envían fuera de banda. Según él fue la que no formuló las alegaciones. Según esta, no fue ella sino la diputada Ester Muñoz, la misma que ahora se ha hecho tristemente famosa removiendo el fango, otra vez cosa de lodos, con sus declaraciones contra el presidente del Gobierno y su familia.
El Faro Astorgano, a su vez, dio la primicia de que anteriormente Montañas del Teleno, había concedido una subvención de 250.000 euros a la empresa promotora de los lodos para financiar los estudios previos para su instalación, tan ampliamente denunciados y sobre los que los alcaldes, según ellos, no tenían nada que decir y nada podían hacer. Para colmo Montañas del Teleno precisa que la idoneidad para la subvención la decide la Junta de Castilla y León. Es decir, se exculpa, pero señala a otro de los protagonistas, que se mantenía oculto, que puede ser la clave de la sumisión silenciosa de los alcaldes.
Si se observan estas informaciones se aprecia cómo Montañas del Teleno Cumple así sus objetivos de hacer estas tierras atractivas y habitables y como se cierra elcírculo que se abriera en el Clan de los Sicilianos, mientras no hay financiación para buenos y meritorios proyectos que se presenten. Imaginemos que esto se hiciera antes de que el proyecto de los lodos estuviera planteado o legalizado. Aunque se hiciera equivocadamente, pero con buena intención ¿tienen sentido los silencios de ahora?
No digo que ellos sean los sicilianos. Es verdad que nuestros alcaldes no son Jean Gabin, ni Alain Delon, aunque sí pueden parecerse algo más a Lino Ventura, pero se mueven y actúan como sus personajes. La película continúa contando cómo entre ellos, los gánsteres, se mezclan las pasiones humanas y acaban por ellas siendo alcanzadas por las fuerzas del orden, tras los pasos de un comisario sabueso. Ya hay antecedentes y no tan remotos, como el oscuro caso de ajuste de cuentas con la asesinada Isabel Carrasco, seguido del más llamativo e indiferente silencio de su partido. Con su forma de actuar y de ocultarse, de andar huyendo y de intentar desesperadamente y sin miramientos apropiarse de todo, con formas rudas, sí que les recuerdan. Después llega el fin, el the end, el punto final, como acaban las películas, y acabó aquel Clan de los Sicilianos.
Es una película francesa, de 1970, dirigida por Henri Verneuil, que cuenta la historia de una banda de gánsteres, que decide apoderarse de una colección de joyas y efectúan el golpe con maestría. Luego surgen entre ellos las pasiones sentimentales y pretende resolverlas matándose, lo que propicia su persecución y desenmascaramiento por la justicia.
Ocurrió no hace mucho que, en un fotomatón sobre la cancelación del Certamen de las Torrijas, aparecían el alcalde de Astorga, el presidente de la Cámara y otra personalidad como acompañante, que no parecía tener mucha relación con el acto. Era el presidente de Montañas del Teleno. Esta es una asociación que se define como un Grupo de Acción Local, que asume la problemática socioeconómica para dinamizar a la población y salir de la situación de decadencia y abandono en los que estaba sumido el territorio, en favor de su desarrollo. Afirman que trabajan codo con codo y en una dirección para lograr que los “tilenenses”, es decir, nosotros todos los fieles del dios Tilenus, no abandonemos nuestras raíces y decidamos explotar las muchas posibilidades que ofrecen nuestras comarcas.
Esta afirmación de objetivos, que se manifiesta tan clara, no lo parece tanto cuando se quiere saber quiénes son sus miembros y menos quienes la dirigen. Su organigrama no se muestra con los nombres de quienes asumen las responsabilidades, sino con las asociaciones y entidades que ocupan sus cargos de responsabilidad, deduciéndose que son los responsables de la presidencia, vicepresidencias, secretaría, tesorería y vocalías. Entre ellos están los tres protagonistas de la cancelación de las torrijas por elitistas y los alcaldes de los pueblos del entorno.
Por otra parte, en los últimos meses se han encadenado las manifestaciones y recogidas de firmas, más de 10.000 entre unas y otras, entre los opositores a la instalación de la planta de lodos, que se pretende asentar en el término de Piedralba y dentro del territorio municipal de Santiago Millas, pero lejos de esa localidad, para no perjudicar a sus habitantes con su toxicidad, pero muy cerca de Piedralba y de Astorga, a los que no importa, tal como reacciona el alcalde, si se les perjudica.
Durante semanas y ya meses las manifestaciones y protestas por esta amenaza se suman, mientras nuestros alcaldes callan, pues dicen que el asunto no es de su incumbencia y llegan a decir, cínicamente, que si “olieran” ya actuarían. Algo así como lo que sucede con la triste historia del Algarrobico, ese monstruoso hotel levantado en la costa de Almería, que, a pesar de las múltiples decisiones judiciales para su demolición, ahí sigue, para recordarnos las ineficacias municipales a la hora de corregir los errores.
En un pleno del Ayuntamiento de Astorga el alcalde se justificó lanzando el balón, como acostumbra, contra la anterior Corporación, como hacen los malos jugadores que lo envían fuera de banda. Según él fue la que no formuló las alegaciones. Según esta, no fue ella sino la diputada Ester Muñoz, la misma que ahora se ha hecho tristemente famosa removiendo el fango, otra vez cosa de lodos, con sus declaraciones contra el presidente del Gobierno y su familia.
El Faro Astorgano, a su vez, dio la primicia de que anteriormente Montañas del Teleno, había concedido una subvención de 250.000 euros a la empresa promotora de los lodos para financiar los estudios previos para su instalación, tan ampliamente denunciados y sobre los que los alcaldes, según ellos, no tenían nada que decir y nada podían hacer. Para colmo Montañas del Teleno precisa que la idoneidad para la subvención la decide la Junta de Castilla y León. Es decir, se exculpa, pero señala a otro de los protagonistas, que se mantenía oculto, que puede ser la clave de la sumisión silenciosa de los alcaldes.
Si se observan estas informaciones se aprecia cómo Montañas del Teleno Cumple así sus objetivos de hacer estas tierras atractivas y habitables y como se cierra elcírculo que se abriera en el Clan de los Sicilianos, mientras no hay financiación para buenos y meritorios proyectos que se presenten. Imaginemos que esto se hiciera antes de que el proyecto de los lodos estuviera planteado o legalizado. Aunque se hiciera equivocadamente, pero con buena intención ¿tienen sentido los silencios de ahora?
No digo que ellos sean los sicilianos. Es verdad que nuestros alcaldes no son Jean Gabin, ni Alain Delon, aunque sí pueden parecerse algo más a Lino Ventura, pero se mueven y actúan como sus personajes. La película continúa contando cómo entre ellos, los gánsteres, se mezclan las pasiones humanas y acaban por ellas siendo alcanzadas por las fuerzas del orden, tras los pasos de un comisario sabueso. Ya hay antecedentes y no tan remotos, como el oscuro caso de ajuste de cuentas con la asesinada Isabel Carrasco, seguido del más llamativo e indiferente silencio de su partido. Con su forma de actuar y de ocultarse, de andar huyendo y de intentar desesperadamente y sin miramientos apropiarse de todo, con formas rudas, sí que les recuerdan. Después llega el fin, el the end, el punto final, como acaban las películas, y acabó aquel Clan de los Sicilianos.