Sobre la incultura y otras menudencias municipales 3/5
![[Img #69080]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/07_2024/4299_7036_img-20230524-wa0085.jpg)
En el local electoral que el partido dispuso para las campañas se lee, junto a las siglas del PP y la imagen de las gaviotas: ASTORGA ENTRE TODOS. Así se mantiene, con todo el descaro. Que lo corrijan, ya debían haberlo hecho hace tiempo, y diga: ASTORGA ENTRE LODOS. Los que ellos quieran y como los quieran, que entre elitistas anda la pelota. La cultura es elitista. Las torrijas, pobrecitas, también. Cuando se creía que era un dulce de pobres y para pobres para endulzar la Semana Santa, resulta que son elitistas como los lodos. Apaga y vámonos, que nos hemos equivocado de procesión.
Cuando han subido desproporcionadamente el pago de todos por las basuras, aumentando los impuestos. Cuando no saben qué hacer con las soluciones previstas para su recogida y después de un año de gestión municipal continúan sin saberlo y colocan las islas de contenedores, como monumentos visitables, en el Paseo de la Muralla. Explicarles la envergadura del disparate es tan imposible como intentar explicarles a las ranas qué es el mar.
Proponen como un éxito suyo, nada más llegar, que se haya aprobado el PGOU, después de tantos años en danza, cuando no es cosa de ellos y llega viejo y obsoleto. Dicen que están arreglando el problema de la vivienda, porque la Junta ha acabado la reforma de las diez viviendas de los peones camineros, que venían arreglando desde la legislatura anterior. Avanzan que han arreglado las viviendas de los militares, con 8 ocupadas de las 98, y lo único que han hecho es pasar la petición del portero al Ministerio, para que las arreglen. Bien hecho, pero no están hechas.
Cuando llegaron se subieron con descaro los sueldos y a continuación se marcharon de vacaciones. Ignoraban lo que en Astorga se venía haciendo, como si todo empezara a partir de su llegada, y Astorga lleva más de dos mil años funcionando. Anuncian a bombo y platillo, bien está que se hagan, los nuevos cursos de verano de las universidades públicas madrileñas, cuestionados como están, cuando prima más el parecer que el saber, para hacerlos en plan de amiguetes, con gala final en el restaurante de los parientes.
Cuando todas estas cosas son las que se dicen y las que no se dicen y se hacen, se llega a la conclusión de lo que hay que hacer urgentemente es arreglar ese eslogan impúdico, que se sigue exhibiendo, de ASTORGA ENTRE TODOS por la realidad de ASTORGA ENTRE LODOS. Menos fantasía y más realidad. Menos lo de uno y pensar en todos. Menos reducir el nivel de la ciudad, para poder manipularla, que es lo que se persigue, y no empeñarse en seguir adelante pasando de todos. Menos ego y más conocimiento. Solo así se hace ciudad. No cortando árboles, arrancándolos o podándolos, sin dejarlos crecer.
Cuando no se sabe lo que es la cultura, ni las torrijas, ni las basuras, ni los árboles y a todo se le llama elitista, hace falta mucho más esfuerzo y dedicación. Puede hacer falta remontarse hasta la reválida elemental, no superada o hasta los estudios de las primeras letras, si se hicieron con dificultad o no se hicieron bien, y sobreponerse a esa cara de fracaso escolar que han adoptado por mímesis.
Nadie les puede negar su victoria en las elecciones. Sí se les puede pedir que gobiernen y lo hagan bien. Para todos y no manipulen para los amiguetes, como esa idea descabellada de convertir los antiguos depósitos de agua en un centro para la juventud y pagar por adelantado servicios personales. Que el Ayuntamiento sea casa de todos y no se rija por códigos de secta. Con luz y taquígrafos. Sin insultos, ni amenazas, ni malos modos, que encadenan las broncas y no se sigan sumando los impagos a los empresarios, por servicios que han prestado, en algún caso hasta a seis comparaciones sucesivas, de diferentes partidos, sin haber recibido maltrato de ninguno de los alcaldes, solo de este y de la actual Corporación.
Sin extorsiones, ni engaños. Con juego limpio y sin faroles. O con faroles a su tiempo, como los que hicieron falta durante las obras de la calle Mérida Pérez y no se pusieron y mantuvieron unas obras interminables, intermitentes, con solo tres operarios la mayoría de los días, que hasta plantas de tomates salieron en tan largas esperas. Menos amenazar y amagar y más hacer. Dentro del tiesto. Sin arrancar las plantas, ni perderlas.
Por si pudiera haber dudas sobre lo que está ocurriendo, la oposición de Izquierda Unida presenta un balance de un año de gestión municipal. Totalmente descalificador del populismo triunfalista y goebbelsiano municipal. Como de sus falsos triunfos. Los califica de chapuzas, escándalos y polémicas dominantes. Hasta acompaña un catálogo de las mismas, que superan las 52. Es decir, más de una de media por semana. Para hacérselo mirar. Frente a su injustificado triunfalismo. ¿Qué podrían decir los psiquiatras?
La cadena de los disparates no cesa, cuando convocan un pleno para aprobar los presupuestos de Ecoastúrica, no dan información sobre la marcha de la sociedad y se llega a levantar la sesión sin hacer la votación para la que se habían reunido. Esta es una de la semana y habrá más.
En el local electoral que el partido dispuso para las campañas se lee, junto a las siglas del PP y la imagen de las gaviotas: ASTORGA ENTRE TODOS. Así se mantiene, con todo el descaro. Que lo corrijan, ya debían haberlo hecho hace tiempo, y diga: ASTORGA ENTRE LODOS. Los que ellos quieran y como los quieran, que entre elitistas anda la pelota. La cultura es elitista. Las torrijas, pobrecitas, también. Cuando se creía que era un dulce de pobres y para pobres para endulzar la Semana Santa, resulta que son elitistas como los lodos. Apaga y vámonos, que nos hemos equivocado de procesión.
Cuando han subido desproporcionadamente el pago de todos por las basuras, aumentando los impuestos. Cuando no saben qué hacer con las soluciones previstas para su recogida y después de un año de gestión municipal continúan sin saberlo y colocan las islas de contenedores, como monumentos visitables, en el Paseo de la Muralla. Explicarles la envergadura del disparate es tan imposible como intentar explicarles a las ranas qué es el mar.
Proponen como un éxito suyo, nada más llegar, que se haya aprobado el PGOU, después de tantos años en danza, cuando no es cosa de ellos y llega viejo y obsoleto. Dicen que están arreglando el problema de la vivienda, porque la Junta ha acabado la reforma de las diez viviendas de los peones camineros, que venían arreglando desde la legislatura anterior. Avanzan que han arreglado las viviendas de los militares, con 8 ocupadas de las 98, y lo único que han hecho es pasar la petición del portero al Ministerio, para que las arreglen. Bien hecho, pero no están hechas.
Cuando llegaron se subieron con descaro los sueldos y a continuación se marcharon de vacaciones. Ignoraban lo que en Astorga se venía haciendo, como si todo empezara a partir de su llegada, y Astorga lleva más de dos mil años funcionando. Anuncian a bombo y platillo, bien está que se hagan, los nuevos cursos de verano de las universidades públicas madrileñas, cuestionados como están, cuando prima más el parecer que el saber, para hacerlos en plan de amiguetes, con gala final en el restaurante de los parientes.
Cuando todas estas cosas son las que se dicen y las que no se dicen y se hacen, se llega a la conclusión de lo que hay que hacer urgentemente es arreglar ese eslogan impúdico, que se sigue exhibiendo, de ASTORGA ENTRE TODOS por la realidad de ASTORGA ENTRE LODOS. Menos fantasía y más realidad. Menos lo de uno y pensar en todos. Menos reducir el nivel de la ciudad, para poder manipularla, que es lo que se persigue, y no empeñarse en seguir adelante pasando de todos. Menos ego y más conocimiento. Solo así se hace ciudad. No cortando árboles, arrancándolos o podándolos, sin dejarlos crecer.
Cuando no se sabe lo que es la cultura, ni las torrijas, ni las basuras, ni los árboles y a todo se le llama elitista, hace falta mucho más esfuerzo y dedicación. Puede hacer falta remontarse hasta la reválida elemental, no superada o hasta los estudios de las primeras letras, si se hicieron con dificultad o no se hicieron bien, y sobreponerse a esa cara de fracaso escolar que han adoptado por mímesis.
Nadie les puede negar su victoria en las elecciones. Sí se les puede pedir que gobiernen y lo hagan bien. Para todos y no manipulen para los amiguetes, como esa idea descabellada de convertir los antiguos depósitos de agua en un centro para la juventud y pagar por adelantado servicios personales. Que el Ayuntamiento sea casa de todos y no se rija por códigos de secta. Con luz y taquígrafos. Sin insultos, ni amenazas, ni malos modos, que encadenan las broncas y no se sigan sumando los impagos a los empresarios, por servicios que han prestado, en algún caso hasta a seis comparaciones sucesivas, de diferentes partidos, sin haber recibido maltrato de ninguno de los alcaldes, solo de este y de la actual Corporación.
Sin extorsiones, ni engaños. Con juego limpio y sin faroles. O con faroles a su tiempo, como los que hicieron falta durante las obras de la calle Mérida Pérez y no se pusieron y mantuvieron unas obras interminables, intermitentes, con solo tres operarios la mayoría de los días, que hasta plantas de tomates salieron en tan largas esperas. Menos amenazar y amagar y más hacer. Dentro del tiesto. Sin arrancar las plantas, ni perderlas.
Por si pudiera haber dudas sobre lo que está ocurriendo, la oposición de Izquierda Unida presenta un balance de un año de gestión municipal. Totalmente descalificador del populismo triunfalista y goebbelsiano municipal. Como de sus falsos triunfos. Los califica de chapuzas, escándalos y polémicas dominantes. Hasta acompaña un catálogo de las mismas, que superan las 52. Es decir, más de una de media por semana. Para hacérselo mirar. Frente a su injustificado triunfalismo. ¿Qué podrían decir los psiquiatras?
La cadena de los disparates no cesa, cuando convocan un pleno para aprobar los presupuestos de Ecoastúrica, no dan información sobre la marcha de la sociedad y se llega a levantar la sesión sin hacer la votación para la que se habían reunido. Esta es una de la semana y habrá más.