El fuego purificador pone el punto final a las fiestas de Astures y Romanos

Astures y Romanos se despide hasta el año que viene. La plaza Mayor de Asturica, rebosante, recibió a César Augusto y a su séquito, que entraron en ella tras vencer por segundo año consecutivo en los Ludi Apollinares celebrados en la tarde del pasado sábado. 

El emperador se mostró "altamente satisfecho con los resultados logrados. Durante este fin de semana me he sentido como en casa; me vuelvo a Roma tras comprobar que la población afín crece cada día más". 

Por su parte, el caudillo astur, Sebius, se dejó cortar la cabellera por la hija de Augusto, a la que invitó "a abandonar el bando imperial y unirse a la resistencia". 

Tras el reconocimiento público a los vencedores, con la caída de los últimos rayos de sol y con el sepulcral silencio que antecede a una ceremonia fúnebre, los astures volvieron al campamento para enterrar a su héroe muerto en combate.

Todo el asentamiento honró la memoria de uno de sus más feroces luchadores, que falleció en una de esas tantas batallas que hubo entre las faldas del monte Medulio (las Médulas) y el río Astura (Esla).

“Te ofrecemos la tierra que te amo y te protegió, el aire que te dio aliento en la lucha, el agua como símbolo de fertilidad para que tu pueblo nunca desaparezca y el fuego purificante para que su llama y su luz te guíen hacia el descanso eterno”, recitó la encargada de realizar la ceremonia fúnebre.

Durante estas fiestas, se ha podido disfrutar de una de las mejores recreaciones históricas del panorama nacional. Basándose en la visión ptolemaica, que supone que la Legio X Gemina fundó Asturica Augusta sobre una ciudad amaca preexistente, los astorganos y los visitantes han vivido un fin de semana lleno de actividades y eventos, que han estado caracterizados por permitir a todo el mundo, independientemente de su edad, ser partícipe de esta celebración.