Pseudoperiodismo o como hacer daño al periodismo
Reproducción íntegra, sin modificaciones y sin correcciones del texto firmado por la Junta Local del Partido Popular de Astorga en respuesta al artículo 'La estulticia y la necedad como virtudes (o no) de la política municipal', publicado en este medio el pasado 4 de octubre.
![[Img #70121]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/10_2024/1791_4172_1264_imagen-de-whatsapp-2023-04-26-a-las-113810.jpg)
El torpe aprendiz de periodista, intentando asumir incluso una personalidad que le queda grande, se ha planteado el ejercicio de criticar al equipo de gobierno de nuestro ayuntamiento, de la misma forma que según él hacen “los once que gobiernan”, pero olvidando la contundente frase de Silverstone: “Como personas, los periodistas tendrían que ser mejores que el resto de los seres humanos y reconocer que sus acciones tienen consecuencias continuas y acumulativas para la gente”.
Resulta patético como éste pseudoperiodista hace un artículo de “periodismo militante” de la peor especie, para llamar necios y usando una palabra sacada del diccionario, porque nuestras dudas tenemos que supiera su significado (estulticia), insulte al equipo de gobierno municipal del Partido Popular, con todas sus afecciones. Últimamente estamos siendo testigos, de cómo de forma irrespetuosa, más bien desvergonzada, este vocero de la izquierda más rancia practicando el periodismo, se ha atrevido a insultar en un pleno a todo el equipo de gobierno. Ahora cruzando la línea que generan las pasiones políticas, “como un adolescente airado que no asume ni reconoce sus desmanes” (son sus propias palabras dirigidas hacia el equipo de gobierno), se ha olvidado del periodismo constructivo y ha tomado la dirección hacia el insulto y las descalificaciones, algo que por otro lado se atreve a reprochar a los demás, si la crítica va dirigida hacia su persona.
Resulta un poco confuso entender a quien se refiere este “puberto iracundo” (adolescente furioso) cuando habla del equipo de gobierno municipal: “Cuando lo zafio se vuelve rutina no es ofensivo, sino ordinario. Despreciar, humillar y afrentar son acciones que requieren de un mínimo de templanza, al menos si se quiere lograr el efecto deseado”. Pensamos que el subconsciente le ha traicionado y en realidad está hablando de él. Es lo que pasa cuando la frustración te lleva a la necedad y ésta te lleva a rechazar información valiosa o a no aprender de los errores, algo que como en este caso sí que puede llevar a la estulticia. Sin embargo, es importante recordar que todos podemos tener momentos de necedad, pero alguien que se cree periodista debería buscar la calidad, lo mediocre lo puede hacer cualquiera y lo fundamental es estar abiertos al aprendizaje y a la reflexión, dejando a un lado las tendencias políticas y centrándose en el periodismo autentico, el que se basa en la búsqueda de la verdad y en ofrecer críticas constructivas que ayuden a reflexionar y mejorar, aunque ambos conceptos puedan ser frustrantes tanto para quienes los experimentan como para quienes los observan.
La integridad y la ética son fundamentales en el periodismo, siendo importante que quienes se dedican a esta profesión actúen con responsabilidad y respeto hacia su legado. Cuando no existe la objetividad ni la imparcialidad, se está haciendo mucho daño al periodismo de verdad, al que no anda con revanchismo por falta de contratos publicitarios en su medio o porque los ciudadanos, soberanos a la hora de escoger sus representantes en el ayuntamiento, solo le dieran votos para un concejal a la formación con la que tengan afinidad. El periodista de verdad respeta las mínimas reglas deontológicas algo que debe aprender este puberto (definición que dedica al equipo de gobierno, pero que se hace más adecuada si se aplica a su persona, ya que puberto es el periodo de vida en el que una persona presenta cambios físicos y hormonales en la transición de la niñez a la adultez).
En su artículo Iván García, nos acusa de utilizar perfiles falsos para criticar sus artículos. No merece la pena pararse en contestar. Otra vez se ha equivocado y habla de él y sus coleguillas. Acusar a otros de utilizar perfiles falsos es una afirmación seria que merece ser respaldada con pruebas concretas, pruebas que por otro lado nosotros poseemos de algunos perfiles que nos insultan continuamente y que a lo mejor este pseudoperiodista tenga no muy lejos. La transparencia y la honestidad, son pilares fundamentales en cualquier democracia, y es responsabilidad de todos los actores, incluidos los aprendices de periodista, mantener estos valores en el centro de sus interacciones. Pongámonos a ello.
El torpe aprendiz de periodista, intentando asumir incluso una personalidad que le queda grande, se ha planteado el ejercicio de criticar al equipo de gobierno de nuestro ayuntamiento, de la misma forma que según él hacen “los once que gobiernan”, pero olvidando la contundente frase de Silverstone: “Como personas, los periodistas tendrían que ser mejores que el resto de los seres humanos y reconocer que sus acciones tienen consecuencias continuas y acumulativas para la gente”.
Resulta patético como éste pseudoperiodista hace un artículo de “periodismo militante” de la peor especie, para llamar necios y usando una palabra sacada del diccionario, porque nuestras dudas tenemos que supiera su significado (estulticia), insulte al equipo de gobierno municipal del Partido Popular, con todas sus afecciones. Últimamente estamos siendo testigos, de cómo de forma irrespetuosa, más bien desvergonzada, este vocero de la izquierda más rancia practicando el periodismo, se ha atrevido a insultar en un pleno a todo el equipo de gobierno. Ahora cruzando la línea que generan las pasiones políticas, “como un adolescente airado que no asume ni reconoce sus desmanes” (son sus propias palabras dirigidas hacia el equipo de gobierno), se ha olvidado del periodismo constructivo y ha tomado la dirección hacia el insulto y las descalificaciones, algo que por otro lado se atreve a reprochar a los demás, si la crítica va dirigida hacia su persona.
Resulta un poco confuso entender a quien se refiere este “puberto iracundo” (adolescente furioso) cuando habla del equipo de gobierno municipal: “Cuando lo zafio se vuelve rutina no es ofensivo, sino ordinario. Despreciar, humillar y afrentar son acciones que requieren de un mínimo de templanza, al menos si se quiere lograr el efecto deseado”. Pensamos que el subconsciente le ha traicionado y en realidad está hablando de él. Es lo que pasa cuando la frustración te lleva a la necedad y ésta te lleva a rechazar información valiosa o a no aprender de los errores, algo que como en este caso sí que puede llevar a la estulticia. Sin embargo, es importante recordar que todos podemos tener momentos de necedad, pero alguien que se cree periodista debería buscar la calidad, lo mediocre lo puede hacer cualquiera y lo fundamental es estar abiertos al aprendizaje y a la reflexión, dejando a un lado las tendencias políticas y centrándose en el periodismo autentico, el que se basa en la búsqueda de la verdad y en ofrecer críticas constructivas que ayuden a reflexionar y mejorar, aunque ambos conceptos puedan ser frustrantes tanto para quienes los experimentan como para quienes los observan.
La integridad y la ética son fundamentales en el periodismo, siendo importante que quienes se dedican a esta profesión actúen con responsabilidad y respeto hacia su legado. Cuando no existe la objetividad ni la imparcialidad, se está haciendo mucho daño al periodismo de verdad, al que no anda con revanchismo por falta de contratos publicitarios en su medio o porque los ciudadanos, soberanos a la hora de escoger sus representantes en el ayuntamiento, solo le dieran votos para un concejal a la formación con la que tengan afinidad. El periodista de verdad respeta las mínimas reglas deontológicas algo que debe aprender este puberto (definición que dedica al equipo de gobierno, pero que se hace más adecuada si se aplica a su persona, ya que puberto es el periodo de vida en el que una persona presenta cambios físicos y hormonales en la transición de la niñez a la adultez).
En su artículo Iván García, nos acusa de utilizar perfiles falsos para criticar sus artículos. No merece la pena pararse en contestar. Otra vez se ha equivocado y habla de él y sus coleguillas. Acusar a otros de utilizar perfiles falsos es una afirmación seria que merece ser respaldada con pruebas concretas, pruebas que por otro lado nosotros poseemos de algunos perfiles que nos insultan continuamente y que a lo mejor este pseudoperiodista tenga no muy lejos. La transparencia y la honestidad, son pilares fundamentales en cualquier democracia, y es responsabilidad de todos los actores, incluidos los aprendices de periodista, mantener estos valores en el centro de sus interacciones. Pongámonos a ello.