Mi alma aragonesa X / René Clair
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Hemos contado toda la historia de Medianoche en París, porque en ella Woody Allen revive magistralmente el París de los años 20 del pasado siglo y nos acerca a tantos personajes que hicieron de la ciudad del Sena una ciudad única, como relatara Hemingway en su crónica póstuma de París era una fiesta, sobre esa década, en donde se describe la gran amistad que vivían los intelectuales y artistas.
Allen refleja, con maestría, esa vida en la que todos eran pobres, pero felices, vista desde el presente. El misterioso taxi que aparece es como una máquina del tiempo, que permite revivir la época y conocer a los personajes que la protagonizaron. Reproduce el traslado que se da entre la vida y la literatura, entre gags, muy propios del propio Allen, para descubrir y recordar aquellos años y su significado. El actor que encarna al guionista, Owen Wilson, es una encarnación del mismo director, sin que se llegue a diferenciar el actor de su personaje.
En Castrillo de los Polvazares, una pedanía de Astorga, que es como un pueblo del pasado cincelado en piedras, desde los suelos, con cantos rodados y losas, hasta las tejas árabes rojas, todas las casas tienen sus muros levantados con lajas de ocre piedra caliza y, es famoso, por la concurrencia de comensales que cada día allí acuden a degustar el cocido maragato. Hace unos años se vio sorprendido por la presencia de dos parisinas, que bajo sus enormes pamelas paseaban por sus calles. Eran Brosnia, la viuda de René Clair y su dama de compañía Nati, de Veguellina de Órbigo y dueña de la casa en la que vivían en Castrillo, al final de la calle Juan José Cano, más arriba de la Casa de Juan Andrés e inmediatamente antes de salir del pueblo y de que se inicie el Camino del Monte, para adentrarse en la Maragatería.
René Clair fue un director de cine, escritor y ensayista francés, responsable de una importante filmografía, que resultó fundamental en los primeros tiempos del Séptimo Arte y fue precursor de la Nouvelle Vague, de cineastas como Jean Luc Godard, François Truffaut o Claude Chabrol.
Se inició como periodista y escribió canciones y debutó en el cine con París que duerme, 1924, y realizó varias películas entre la comedia y lo fantástico, en las que destaca El sombrero de paja de Italia, 1928. En 1930 realizó su primer film sonoro Bajo los techos de París, película muy francesa, que cuenta la historia de un cantante callejero, acompañado de un acordeonista ciego, que invita cantar con él y vive una historia de amor con Pola, una joven inmigrante de la que se enamora el cantante y sus dos mejores amigos. Alcanzó éxito internacional entre el público y la crítica. Realizó Viva la libertad, 1931 y cuando Francia estaba bajo el poder de los nazis, el ministro Goebbels demandó a Charles Chaplin por plagio, mientras que René aceptaba con complacencia haber inspirado al cómico inglés en su película Tiempos Modernos.
A continuación, dirigió El millón, con la fascinante Annabella y Catorce de Julio, ambas en 1933, que reflejan a la sociedad francesa en diferentes épocas. En Londres, de la mano como productor de Alexander Korda, rodó El fantasma va al oeste, 1935, y tras de regresar de nuevo a Francia, en 1938, el rodaje de Aire Puro quedó interrumpido, porque varios miembros del equipo fueron reclutados para el ejército francés.
En 1940 abandonó Francia con su mujer Brosnia y su hijo y a través de España y Portugal partieron para Nueva York. El Gobierno de Vichy le retiró la nacionalidad, que le fue devuelta años más tarde. En Hollywood dirigió cuatro películas. La primera con Marlene Dietrich como estrella, La llama de Nueva Orleans, 1941. La segunda, Me casé con una bruja,1942, considerada un hito de la comedia fantástica norteamericana, que traería como secuela la serie de TV Embrujada y que descubrió para el estrellato a Fredric March y Verónica Lake. Famosa en el mundo entero por su aire misterioso, con su melena ondulada, que le cubría media cara.
Tras Sucedió mañana, 1944, dirigió la primera versión de la novela de Agatha Christie Diez negritos, 1946, que alcanzaría una decena de versiones posteriores. De nuevo en Francia rodó El silencio es oro, 1947, en la que homenajeaba a los pioneros del séptimo arte en los tiempos del cine mudo y logró una obra maestra con La belleza del diablo, 1950, sobre el mito de Fausto, con Gérard Philip de protagonista, que volvería a protagonizar su película Mujeres soñadas, 1952.
Las maniobras del amor,1955, fue su primera película en color y uno de sus mayores éxitos y en la que dirigió a Brigitte Bardot, antes de ser redescubierta por Roger Vadim, en 1957, como símbolo sexual de mediados del siglo XX y tantos años antes de que se convirtiera en activista de los derechos de los animales. En 1957 hizo La puerta de las Lilas, drama realista y trágico de gran influencia en el cine posterior, en el que debutó George Brassens.
En 1960 fue elegido miembro de la Academia francesa como el primer cineasta que acogía en su seno. Con los miembros de su generación Marcel Carné y Julen Duvivier vio llegar a la Nouvelle Vague, que apareció para relevarles, imponiendo la ruptura con lo que ellos habían supuesto, aunque la mayoría de sus obras están vigentes por su frescura. Amante de la literatura, se mantuvo como autor de varias novelas y cuentos y fue distinguido como Doctor Honoris Causa por Cambridge y recibió, en 1953, el Premio del Cine Francés.
Henri Langlois escribió: “En todo el mundo, durante veinticinco años, sólo un hombre personificaba al cine francés, René Clair. Mejor aún, resume a los ojos del extranjero no sólo nuestro cine, sino el espíritu humano de nuestra nación. Se le considera el sucesor de los grandes dramaturgos Georges Feydeau y Jean Baptiste Poquelin, más conocido como Molière y el Gran Premio de Cine de la Academia Francesa lleva en la actualidad su nombre. Murió en 1981".
Hemos contado toda la historia de Medianoche en París, porque en ella Woody Allen revive magistralmente el París de los años 20 del pasado siglo y nos acerca a tantos personajes que hicieron de la ciudad del Sena una ciudad única, como relatara Hemingway en su crónica póstuma de París era una fiesta, sobre esa década, en donde se describe la gran amistad que vivían los intelectuales y artistas.
Allen refleja, con maestría, esa vida en la que todos eran pobres, pero felices, vista desde el presente. El misterioso taxi que aparece es como una máquina del tiempo, que permite revivir la época y conocer a los personajes que la protagonizaron. Reproduce el traslado que se da entre la vida y la literatura, entre gags, muy propios del propio Allen, para descubrir y recordar aquellos años y su significado. El actor que encarna al guionista, Owen Wilson, es una encarnación del mismo director, sin que se llegue a diferenciar el actor de su personaje.
En Castrillo de los Polvazares, una pedanía de Astorga, que es como un pueblo del pasado cincelado en piedras, desde los suelos, con cantos rodados y losas, hasta las tejas árabes rojas, todas las casas tienen sus muros levantados con lajas de ocre piedra caliza y, es famoso, por la concurrencia de comensales que cada día allí acuden a degustar el cocido maragato. Hace unos años se vio sorprendido por la presencia de dos parisinas, que bajo sus enormes pamelas paseaban por sus calles. Eran Brosnia, la viuda de René Clair y su dama de compañía Nati, de Veguellina de Órbigo y dueña de la casa en la que vivían en Castrillo, al final de la calle Juan José Cano, más arriba de la Casa de Juan Andrés e inmediatamente antes de salir del pueblo y de que se inicie el Camino del Monte, para adentrarse en la Maragatería.
René Clair fue un director de cine, escritor y ensayista francés, responsable de una importante filmografía, que resultó fundamental en los primeros tiempos del Séptimo Arte y fue precursor de la Nouvelle Vague, de cineastas como Jean Luc Godard, François Truffaut o Claude Chabrol.
Se inició como periodista y escribió canciones y debutó en el cine con París que duerme, 1924, y realizó varias películas entre la comedia y lo fantástico, en las que destaca El sombrero de paja de Italia, 1928. En 1930 realizó su primer film sonoro Bajo los techos de París, película muy francesa, que cuenta la historia de un cantante callejero, acompañado de un acordeonista ciego, que invita cantar con él y vive una historia de amor con Pola, una joven inmigrante de la que se enamora el cantante y sus dos mejores amigos. Alcanzó éxito internacional entre el público y la crítica. Realizó Viva la libertad, 1931 y cuando Francia estaba bajo el poder de los nazis, el ministro Goebbels demandó a Charles Chaplin por plagio, mientras que René aceptaba con complacencia haber inspirado al cómico inglés en su película Tiempos Modernos.
A continuación, dirigió El millón, con la fascinante Annabella y Catorce de Julio, ambas en 1933, que reflejan a la sociedad francesa en diferentes épocas. En Londres, de la mano como productor de Alexander Korda, rodó El fantasma va al oeste, 1935, y tras de regresar de nuevo a Francia, en 1938, el rodaje de Aire Puro quedó interrumpido, porque varios miembros del equipo fueron reclutados para el ejército francés.
En 1940 abandonó Francia con su mujer Brosnia y su hijo y a través de España y Portugal partieron para Nueva York. El Gobierno de Vichy le retiró la nacionalidad, que le fue devuelta años más tarde. En Hollywood dirigió cuatro películas. La primera con Marlene Dietrich como estrella, La llama de Nueva Orleans, 1941. La segunda, Me casé con una bruja,1942, considerada un hito de la comedia fantástica norteamericana, que traería como secuela la serie de TV Embrujada y que descubrió para el estrellato a Fredric March y Verónica Lake. Famosa en el mundo entero por su aire misterioso, con su melena ondulada, que le cubría media cara.
Tras Sucedió mañana, 1944, dirigió la primera versión de la novela de Agatha Christie Diez negritos, 1946, que alcanzaría una decena de versiones posteriores. De nuevo en Francia rodó El silencio es oro, 1947, en la que homenajeaba a los pioneros del séptimo arte en los tiempos del cine mudo y logró una obra maestra con La belleza del diablo, 1950, sobre el mito de Fausto, con Gérard Philip de protagonista, que volvería a protagonizar su película Mujeres soñadas, 1952.
Las maniobras del amor,1955, fue su primera película en color y uno de sus mayores éxitos y en la que dirigió a Brigitte Bardot, antes de ser redescubierta por Roger Vadim, en 1957, como símbolo sexual de mediados del siglo XX y tantos años antes de que se convirtiera en activista de los derechos de los animales. En 1957 hizo La puerta de las Lilas, drama realista y trágico de gran influencia en el cine posterior, en el que debutó George Brassens.
En 1960 fue elegido miembro de la Academia francesa como el primer cineasta que acogía en su seno. Con los miembros de su generación Marcel Carné y Julen Duvivier vio llegar a la Nouvelle Vague, que apareció para relevarles, imponiendo la ruptura con lo que ellos habían supuesto, aunque la mayoría de sus obras están vigentes por su frescura. Amante de la literatura, se mantuvo como autor de varias novelas y cuentos y fue distinguido como Doctor Honoris Causa por Cambridge y recibió, en 1953, el Premio del Cine Francés.
Henri Langlois escribió: “En todo el mundo, durante veinticinco años, sólo un hombre personificaba al cine francés, René Clair. Mejor aún, resume a los ojos del extranjero no sólo nuestro cine, sino el espíritu humano de nuestra nación. Se le considera el sucesor de los grandes dramaturgos Georges Feydeau y Jean Baptiste Poquelin, más conocido como Molière y el Gran Premio de Cine de la Academia Francesa lleva en la actualidad su nombre. Murió en 1981".