Redacción
Lunes, 04 de Noviembre de 2024

Arrancan las obras de renovación del Torreón de Pernía tras una inversión de más de 50.000 euros de la Junta

Se realizarán actuaciones en la fachada principal, en la cubierta y en los acabados exteriores del edificio auxiliar, entre otras

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La Junta inicia las labores de acondicionamiento y reforma del Torreón de Pernía en Otero de Escarpizo. Con el objetivo de renovar el inmueble, la institución regional ha adjudicado, por 54.588,29 euros, los trabajos a ‘Cal y Forja’, con fondos de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte.

La actuaciones consistirán la reparación parcial de la cubierta y de los sistemas de evacuación de pluviales, la conservación de la fachada principal, con especial cuidado sobre la restauración de los escudos, la reforma de los acabados exteriores del edificio auxiliar y las reparaciones varias de acabados e instalaciones.

 

Durante la visita a este Centro Cultural Etnográfico, el delegado territorial de la Junta en León, Eduardo Diego, la alcaldesa de Villaobispo, María Teresa García, y la jefa del Servicio Territorial de Cultura, Amelia Biaín, destacaron que "el estado de conservación es relativamente bueno, habida cuenta de la situación periférica en la que se encuentra y de su intenso uso". Diego detalló, a su vez, que "esta inversión se suma a la sustitución del ascensor prevista y llevada a cabo por la administración autonómica en el mismo inmueble y que va a suponer una inversión de, aproximadamente, 30.000 euros”.

 

Sobre el Torreón de los Pernía 

 

Este Bien de Interés Cultural forma parte del acervo cultural de la localidad de Otero y, por extensión, de todo el municipio de Villaobispo de Otero. Emblema de la localidad y de buena parte de la comarca de la Cepeda, resulta ser, prácticamente, la única muestra de arquitectura palaciega del entorno. En este aspecto, cabe destacar que esta casona palacio cuenta con tres escudos de valor histórico, alojados en sus muros, que son indisolubles e inalterables de su situación.

 

Se trata de un BIC genérico ya que está amparado por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español. El edificio del palacio, levantado en una finca de terreno ondulado limitada originariamente por muro de piedra y situada entre otras fincas y la vía pública, es una construcción exenta y conformada por dos volúmenes anejos. El edificio consta de un volumen rectangular de dos plantas, construido probablemente a finales del siglo XVI o principios del siglo XVII, que contaba con un torreón adosado de tres plantas. Además, se cree que el edificio tuvo un corral posterior que completaba la forma original de un cuadrado, del que se intuyen huellas en los muros laterales del torreón y restos de basas o pilares dispersos por el edificio.

 

La construcción es de fábricas de sillarejo bastardo, estructuras y tablazón de madera y cubierta de teja cerámica árabe. El empleo de estos sistemas tradicionales deja traslucir cierto poder económico en un entorno donde las casas eran de tapia o barro. En cuanto a los interiores, se encontraban revestidos con morteros bastardos de cal y cemento y, posteriormente, eran pintados de colores claros, o añiles, muy comunes en estas comarcas leonesas. Respecto a las cubiertas, las del palacio son a tres aguas y las del torreón, a cuatro.

 

De las primeras familias señoriales de la comarca, los Cepeda y los Escarpizo, no se conoce escudo de armas. La fachada principal, íntegramente conservada, de la casa palacio de Otero de Escarpizo, muestra, en cambio, el escudo de los Pernía. En este se expone, e campo de gules, una pierna con su armadura de acero y la espuela de oro. Los lobos que aparecen en la base atados a un árbol se relacionan con el marquesado de Astorga, mientras que el galgo que sale de una casa hace alusión a su condición de hidalgos y a sus derechos de montería. Otros dos escudos flanquean el balcón del torreón.

 

El palacio, residencia de la familia Pernía o de sus herederos hasta hace apenas 70 u 80 años, pasó posteriormente a manos de la Iglesia, que dispuso su utilización como residencia de jóvenes hasta hace unos 50 años. A partir de entonces, su uso como edificio de cuadras para el ganado y su total abandono posterior aceleraron su deterioro hasta su recuperación para usos culturales por el Ayuntamiento de Villaobispo de Otero, mediante la rehabilitación integral en 2004, materializado gracias al incansable impulso municipal, así como del artista local Benito Escarpizo, que actuó como alma mater y promotor de la actuación, y a las subvenciones de distintas administraciones.

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