Tomás Valle, chica para todo

Entre los once enanitos municipales hay uno que reluce más que el sol, con su abundante pelo negro y su gorrito de cucurucho, al estilo de Papá Noel. Es Tomás Valle, gracioso y simpático él, con su barriguita y sus andares desenfadados de nunca haber roto un plato. O si lo ha roto, ni se ha sabido.

Lleva la cartera o el cabás de cultura, lo que tiene especial mérito en un Ayuntamiento que no destaca por su aprecio a la misma, que la considera elitista, como a las torrijas y a los museos, y ha dado numerables muestras de su interés por lo opuesto, la ignorancia o el desconocimiento, una rijosa variante de lo mismo. Sin embargo, el enanito del ramo, como los del cuento de Blancanitos y los siete Enanieves, no sólo no se desanima y mucho menos desmerece, por su dedicación y buen hacer, presto a participar y dar unos muletazos en todas las novilladas en las que se le reclame, del espectáculo del Bombero Torero, antes de que lo borren de las plazas de toros los progres, que ya se sabe que son más pertinaces que la lluvia y andan contra todo lo que signifique elegancia ancestral.

El bueno de Tomasín, que está para los rotos y descosidos, lo mismo presenta a un militar de sargento para abajo, que a los altos se los reserva el enano Gruñón, que anuncia desalojos, para sanear la hacienda, que los sociatas eran muy dispendiosos con los dineros de las arcas municipales, que las tenían esquilmadas, como ellos lo han contado antes de subirse los sueldos, que presenta películas de cineastas hollywoodienses, los de su oficio, pues él también es cineasta, productor, guionista y director, que ha recorrido los principales festivales, de Riego y de Veguellina y, por supuesto, de Astorga, cosechando premios, en el que ahora también dirige.

Su vocación cultural le viene de antiguo, de cuando militaba en el PSOE. No porque las cosas no le fueran bien, que no le fueron en absoluto, porque para eso estaba su hermano que, con amor fraternal preventivo, le definía como el ser más ambicioso del planeta Hollywood, sino por su propia maduración y evolución ideológica, que le fue decantando, hasta llevarle a lo más elevado de la cultura, como el enano concejal de la misma, en el partido en el que más fácil es hacer caja, pues lo tienen por costumbre y mérito valorable.

Su verbo exquisito y elevado, en consonancia con su estatura intelectual, remarca su protagonismo, con su oratoria florida y nada amanerada, que ha hecho suponer a la inteligentia, que es el autor de muchos de los textos gloriosos, que pronuncia, en las grandes ocasiones el lucido alcalde, calificado, por envidia. Aunque esto pueda parecer un poco exagerado, tiene visos de ser verdad, dado el alto nivel de dichas alocuciones.

Tomasín, dada su fina altura, en vez de Valle debía haberse apellidado  algo así como Pico o Montaña. Este nimio contratiempo él lo lleva con soltura, como puede apreciarse en los múltiples fotomatones a los que se presta y posa para comunicar sus variadas actividades, que se extienden en las diferentes corralas. Él es el responsable de las obras teatrales y de los elencos artísticos que desfilan por el Gullón, por la Biblioteca Municipal, por la Casa Museo Panero, que él lo ha limpiado y abierto después de cómo quedó tras la suelta de los embates de los verracos borjianos, no de Borges, del Halloween.

¿Se imaginan cómo luciría la ciudad, mucho más que con las luces mustias de la Navidad, que ya un periodista las definió que no era problema de watios, sino de luces municipales, con los Once en plan Valle, haciendo algo para parecerse a él, como chica para todo?  No lo verán estos ojos, que son mortales y como tales dejarán de ver, tras dejar de mirar. Su eficacia y dedicación son contempladas con admiración y envidia desde las corporaciones vecinas, la de la Bañeza, que sí que tenía un eficaz concejal de Cultura y no hace mucho abandonó para cuidarse, o la de Benavente, con las que se miden nuestras autoridades.

Como es costumbre de los nuevos inquilinos consistoriales, hacen los cambios y lo más sonado de sus actuaciones con absoluta discreción, para mayor sorpresa de los ciudadanos. Así fue como montaron la exposición de los diferentes y novedosos modelos de contenedores, cual cajas de esencias, en el paseo de la muralla, y con la misma diligencia preparan las reformas del Museo de la Casa Panero, en el que los malpensados rezungan que introducirán a las glorias del mundo del toreo, que estaban preteridas de la Biblioteca Municipal y de todos los sitios a donde llegan sus iniciativas, pues ellos asumen la pesada carga de ser los dueños de todo. Que ya lo dice el refranero del señor alcalde, dime de lo que careces y te diré lo que no tienes.

Como muestra de este quehacer de chica para todo, nuestro querido y admirado Tomasín, ha sido el artífice de la nueva decoración de la estación de tren, para disimular su abandono, exhibiendo unas buenas fotografías, que, casualmente, eran suyas. Lo hecho no habrá sido nada dispendioso en sus costes, dado el rigor y el ahorro de los munícipes de ahora y su máxima de que todo quede en casa o en la familia, pues hasta cabe que hayan sido asumidos por la dieta de asistir a los plenos.

Lo de 'Chica para todo', la película de humor grueso y ligero, que dirigiera Mariano Ozores, viene en busca de continuar su densa filmografía, planteándose una nueva versión hecha por él, porque lo mismo que hay bomberos toreros puede haber concejales cineastas, como en su momento los hubo camioneros o chusqueros, dignas profesiones, aunque en alguna ocasión tiraran ceniceros a la cabeza de informadores. En el momento de verse revestidos con la concejalía, les dota de ciencia infusa, como a la mona, que si mona era mona se queda, pero en el escaparate.  

De ahí viene el aire de autocomplacencia con el que se pasea por los cosos de los eventos. Se le nota en su cara la satisfacción de sentirse a gusto consigo mismo. Como si fuera un tío grande en un cuerpo pequeño, malhadado que es el destino. Aunque en verdad parezca un viejo intérprete de Papá Noel, en ropa de calle.

De acuerdo con las políticas de ahorro de la Corporación, en la nueva peli, asumiría todos los papeles del elenco. Hará de Antonio Ozores y de José Luis López Vázquez, que igual de camaleónico es, de Xan dos Bolas y también Alfonso del Real, igual de populista o popular, por su parecido físico. Incluso interpretará el elenco femenino, dando fuelle a Gracita Morales, Vicky Lagos, Trini Alonso y Tota Alba. Ya se sabe que los conversos son más recalcitrantes, que los carcas de toda la vida.