Piedad Prieto del Corral ya es una mujer centenaria
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Hoy, 12 de febrero, se reúne la familia de Piedad Prieto del Corral para celebrar un cumpleaños muy especial: sus 100 años. Un siglo de vida, de amor inquebrantable, de entrega y de recuerdos que han tejido la historia de su familia.
Nacida en 1925 en Villares de Órbigo (León), Piedad creció rodeada del cariño de sus padres y hermanos, forjando desde pequeña los valores que le han acompañado siempre: el amor por la familia , la fortaleza ante la adversidad y la generosidad infinita.
Su vida cambió para siempre cuando conoció a Saturnino, con quien decidió construir un hogar lleno de amor y dedicación. Juntos criaron a cuatro hijos: Maruchi, Eleni, Tinín y Miguel.
Piedad ha sido el alma de su hogar, con la casa siempre abierta y la mesa puesta para quien llegara, brindando amor a manos llenas. Con su trabajo incansable no solo cuidó de su familia, sino que también fue un pilar de apoyo para Nino en las labores del campo.
A lo largo de estos 100 años ha celebrado incontables momentos felices, pero también ha enfrentado la tristeza de despedir a seres queridos. Sin embargo, su espíritu nunca se ha quebrantado, porque siempre ha encontrado refugio en el amor de sus cuatro hijos, cinco nietos y seis biznietos, quienes han sido su mayor alegría y compañía.
Hoy no solo festejamos su cumpleaños, sino también la huella imborrable que ha dejado en cada uno de nosotros. Su vida es un testimonio de amor, entrega y valentía.
¡Feliz centenario, Piedad! Que la vida siga regalándote momentos llenos de felicidad junto a tu familia.
Hoy, 12 de febrero, se reúne la familia de Piedad Prieto del Corral para celebrar un cumpleaños muy especial: sus 100 años. Un siglo de vida, de amor inquebrantable, de entrega y de recuerdos que han tejido la historia de su familia.
Nacida en 1925 en Villares de Órbigo (León), Piedad creció rodeada del cariño de sus padres y hermanos, forjando desde pequeña los valores que le han acompañado siempre: el amor por la familia , la fortaleza ante la adversidad y la generosidad infinita.
Su vida cambió para siempre cuando conoció a Saturnino, con quien decidió construir un hogar lleno de amor y dedicación. Juntos criaron a cuatro hijos: Maruchi, Eleni, Tinín y Miguel.
Piedad ha sido el alma de su hogar, con la casa siempre abierta y la mesa puesta para quien llegara, brindando amor a manos llenas. Con su trabajo incansable no solo cuidó de su familia, sino que también fue un pilar de apoyo para Nino en las labores del campo.
A lo largo de estos 100 años ha celebrado incontables momentos felices, pero también ha enfrentado la tristeza de despedir a seres queridos. Sin embargo, su espíritu nunca se ha quebrantado, porque siempre ha encontrado refugio en el amor de sus cuatro hijos, cinco nietos y seis biznietos, quienes han sido su mayor alegría y compañía.
Hoy no solo festejamos su cumpleaños, sino también la huella imborrable que ha dejado en cada uno de nosotros. Su vida es un testimonio de amor, entrega y valentía.
¡Feliz centenario, Piedad! Que la vida siga regalándote momentos llenos de felicidad junto a tu familia.