El Ayuntamiento descarta la reconstrucción de las viviendas y busca el realojo de las familias portuguesas
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Un mes después de que un incendio destruyera dos viviendas, y afectara seriamente a una tercera, en los pabellones de Renfe, el Ayuntamiento de Astorga continúa buscando una solución para las familias afectadas. "No es fácil", ha señalado la alcaldesa, Victorina Alonso, porque el realojo de estas personas choca con los reparos que levanta en la población tenerlas como vecinos.
La solución pasaría por acomodar al matrimonio de mayor edad, María Conciençao y su marido Luis, en un piso de los pabellones donde vivieron los ferroviarios, y otra de las familias acogerla un tiempo en uno de los pisos de propiedad municipal. El equipo de Servicios Sociales trata de que el realojamiento se haga en condiciones dignas, evitando el asentamiento de chabolas. La actuación debe dar continuidad al programa de vivienda que el Ayuntamiento lleva aplicando desde 1985, cuyo objetivo es que estas personas de origen portugués acaben integrados en viviendas de la ciudad, como ya ocurrió con los gitanos gracias a los programas dirigidos por el Secretariado Gitano de Astorga para erradicar los guetos, sobre todo, del barrio de San Andrés.
Mientras la propuesta de los realojos todavía se está negociando con los afectados, lo que sí se descarta desde el Ayuntamiento es la reconstrucción de las viviendas destruidas. El informe firmado por los técnicos municipales establecen que la demolición y rehabilitación de las casas cuesta 130.000 euros, una cantidad que el Ayuntamiento ni la Diputación tienen capacidad de asumir en estos momentos. "La reconstrucción es inviable", ha manifestado la alcaldesa, quien asegura haber hablado con la presidenta de la Diputación y el diputado responsable de Servicios Sociales, comunicándole que "no ponen dinero" para rehacer las casas. También han enviado una solicitud de ayuda a la Junta de Castilla y León de la que no han tenido respuesta todavía.
El incendio ocurrió el pasado 18 de febrero, provocado por un cortocircuito en una de las casas. La propagación del fuego obligó a desalojar a las familias de siete de las nueve infraviviendas donde habitan 60 personas de origen portugués.
Un mes después de que un incendio destruyera dos viviendas, y afectara seriamente a una tercera, en los pabellones de Renfe, el Ayuntamiento de Astorga continúa buscando una solución para las familias afectadas. "No es fácil", ha señalado la alcaldesa, Victorina Alonso, porque el realojo de estas personas choca con los reparos que levanta en la población tenerlas como vecinos.
La solución pasaría por acomodar al matrimonio de mayor edad, María Conciençao y su marido Luis, en un piso de los pabellones donde vivieron los ferroviarios, y otra de las familias acogerla un tiempo en uno de los pisos de propiedad municipal. El equipo de Servicios Sociales trata de que el realojamiento se haga en condiciones dignas, evitando el asentamiento de chabolas. La actuación debe dar continuidad al programa de vivienda que el Ayuntamiento lleva aplicando desde 1985, cuyo objetivo es que estas personas de origen portugués acaben integrados en viviendas de la ciudad, como ya ocurrió con los gitanos gracias a los programas dirigidos por el Secretariado Gitano de Astorga para erradicar los guetos, sobre todo, del barrio de San Andrés.
Mientras la propuesta de los realojos todavía se está negociando con los afectados, lo que sí se descarta desde el Ayuntamiento es la reconstrucción de las viviendas destruidas. El informe firmado por los técnicos municipales establecen que la demolición y rehabilitación de las casas cuesta 130.000 euros, una cantidad que el Ayuntamiento ni la Diputación tienen capacidad de asumir en estos momentos. "La reconstrucción es inviable", ha manifestado la alcaldesa, quien asegura haber hablado con la presidenta de la Diputación y el diputado responsable de Servicios Sociales, comunicándole que "no ponen dinero" para rehacer las casas. También han enviado una solicitud de ayuda a la Junta de Castilla y León de la que no han tenido respuesta todavía.
El incendio ocurrió el pasado 18 de febrero, provocado por un cortocircuito en una de las casas. La propagación del fuego obligó a desalojar a las familias de siete de las nueve infraviviendas donde habitan 60 personas de origen portugués.