Los civiles honran al símbolo de los valores comunes y del respeto a la diversidad
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Con puntualidad británica comenzaba a las 12 horas la Jura o Promesa de Bandera protagonizada por 126 civiles, con la que el Ralca-62 ha puesto fin a una semana repleta de actividades y sentimientos con motivo del 75 aniversario de la presencia del regimiento en Astorga.
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El acto comenzaba con la llegada del general jefe del Mando de Artillería de Campaña, Luis Manuel Martínez Mejide, a la Plaza Mayor; después de pasar revista a las unidades Martínez Mejide se colocaba en el palco junto a la alcadesa, Victorina Alonso, para presidir el evento que concitó a cientos de personas en el centro de la ciudad, cuyos vecinos engalaron con banderas de España. Entre el público se encontraban las autoridades civiles, eclesiásticas y militares.
El significado del acto lo explicaba a los asistentes el coronel del Regimiento de Artillería Lanzacohetes de Campaña número 62, Ángel Garcés, de un manera gráfica. La bandera, señalaba el mando, simboliza no solo la casa y el lugar donde nacimos y la nación de la que formamos parte, sino también unas tradiciones y valores comunes, una forma de vida basada en la convivencia que respeta la diversidad y que practica la solidaridad, además de experimentar "un sentimiento de orgullo por pertenecer a ese colectivo". El coronel felicitaba a quienes juraron o prometieron la bandera por estar "dispuestos a defender España", que no es ni un privilegio ni una responsabilidad únicamente de los militares, sino "un derecho y responsabilidad de todos los españoles, sin importar raza, sexo, religión u otra condición social o personal".
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Una vez finalizada la jura o promesa el coronel Garcés entregaba los premios de dibujo y redacción en los que participaron los colegios de la ciudad. También hacía entrega del cheque de 2.400 euros a la Asociación Española Contra el Cáncer, recaudados en la carrera popular que abría el programa del 75 aniversario.
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El acto concluía con el homenaje a los caídos y el desfile de las unidades.
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Con puntualidad británica comenzaba a las 12 horas la Jura o Promesa de Bandera protagonizada por 126 civiles, con la que el Ralca-62 ha puesto fin a una semana repleta de actividades y sentimientos con motivo del 75 aniversario de la presencia del regimiento en Astorga.
El acto comenzaba con la llegada del general jefe del Mando de Artillería de Campaña, Luis Manuel Martínez Mejide, a la Plaza Mayor; después de pasar revista a las unidades Martínez Mejide se colocaba en el palco junto a la alcadesa, Victorina Alonso, para presidir el evento que concitó a cientos de personas en el centro de la ciudad, cuyos vecinos engalaron con banderas de España. Entre el público se encontraban las autoridades civiles, eclesiásticas y militares.
El significado del acto lo explicaba a los asistentes el coronel del Regimiento de Artillería Lanzacohetes de Campaña número 62, Ángel Garcés, de un manera gráfica. La bandera, señalaba el mando, simboliza no solo la casa y el lugar donde nacimos y la nación de la que formamos parte, sino también unas tradiciones y valores comunes, una forma de vida basada en la convivencia que respeta la diversidad y que practica la solidaridad, además de experimentar "un sentimiento de orgullo por pertenecer a ese colectivo". El coronel felicitaba a quienes juraron o prometieron la bandera por estar "dispuestos a defender España", que no es ni un privilegio ni una responsabilidad únicamente de los militares, sino "un derecho y responsabilidad de todos los españoles, sin importar raza, sexo, religión u otra condición social o personal".
Una vez finalizada la jura o promesa el coronel Garcés entregaba los premios de dibujo y redacción en los que participaron los colegios de la ciudad. También hacía entrega del cheque de 2.400 euros a la Asociación Española Contra el Cáncer, recaudados en la carrera popular que abría el programa del 75 aniversario.
El acto concluía con el homenaje a los caídos y el desfile de las unidades.