Ordenación del diácono Andrés Belzuz
![[Img #10200]](upload/img/periodico/img_10200.jpg)
La Diócesis de Astorga celebra este sábado, tras seis años sin ninguna ordenación, la llegada al Diaconado de uno de sus seminaristas mayores. Andrés Belzuz, natural de Ponferrada, una vez culminados sus estudios eclesiásticos se encuentra en la actualidad realizando la licenciatura en Derecho Canónico y desarrolla su etapa pastoral en la parroquia de Santa María de La Bañeza.
Ahora, mediante la Ordenación de diácono, se incorporará al estado clerical y quedará incardinado en la Diócesis de Astorga, donde podrá administrar el bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia, llevar el viático a los moribundos, leer la Sagrada Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo, presidir el culto y oración de los fieles, administrar los sacramentales, presidir el rito de los funerales y sepultura, así como dedicarse de modo especial a los oficios de la caridad y de la administración.
Una vez recibido el diaconado se inicia la última etapa de formación que le llevará, a partir de seis meses, a la ordenación de sacerdote.
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La Diócesis de Astorga celebra este sábado, tras seis años sin ninguna ordenación, la llegada al Diaconado de uno de sus seminaristas mayores. Andrés Belzuz, natural de Ponferrada, una vez culminados sus estudios eclesiásticos se encuentra en la actualidad realizando la licenciatura en Derecho Canónico y desarrolla su etapa pastoral en la parroquia de Santa María de La Bañeza.
Ahora, mediante la Ordenación de diácono, se incorporará al estado clerical y quedará incardinado en la Diócesis de Astorga, donde podrá administrar el bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia, llevar el viático a los moribundos, leer la Sagrada Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo, presidir el culto y oración de los fieles, administrar los sacramentales, presidir el rito de los funerales y sepultura, así como dedicarse de modo especial a los oficios de la caridad y de la administración.
Una vez recibido el diaconado se inicia la última etapa de formación que le llevará, a partir de seis meses, a la ordenación de sacerdote.




