En recuerdo de Ramiro Rodríguez Prada
Rosendo García 'Sendo' /
![[Img #11296]](upload/img/periodico/img_11296.jpg)
Ramiro, el amigo entrañable y cariñoso que muy pronto alargó su raíz para unirse a Mabel con el fruto de Bruno y Tasso, sus dos hijos, aunque nunca dejó de pensar en San Justo; sus recuerdos entrarían con frecuencia en sus escritos y poemas.
Hombre directo, escatológico, comprometido, en su profesión de sanitario se alistó en la unidad de reconocimiento de la 'Psilicosis' bajando a la mina como un minero más. Creador de la revista 'Psilicosis' en la década de los 90, haría de ella una plataforma libre de expresión donde el envés de las cosas se muestran libres, sin tapujos, enfrentando la lírica y la poesía al dolor y la muerte.
En un texto que tituló 'Declaración de Ruina', en la edición de 2007, termina diciendo: "Dulce es el recuerdo del amigo muerto, pero digo que debemos reír a la vez que buscar la verdad “…Y en una conversación que tuvo con el escritor Angel González le arrancó estas sueltas:
"Los muertos son egoístas: hacen llorar y no les importa.
Se quedan quietos en los lugares más inconvenientes
Se resisten a andar,hay que llevarlos a cuestas a la tumba como si fuesen, niños".
Ramiro nos dejó relatos maravillosos, entretenidos, ingeniosos que alternaba con las descripciones amenas y turísticas de su segunda patria, Grecia; la que visitara en 28 ocasiones, y como Ulises errante navegó por Creta, Quios o Itaca. Desde el Peloponeso hasta el Monte Olimpo donde en estos momentos se encontrará y nos estará viendo.
En su blog Psilicosis, en el post titulado 'Salí a tirar la Basura' dejó escrito hasta su último día y que, como premonición, fechó el 18 de Agosto de 2014. Dice así:
Abrí la puerta y casi se me para el corazón. Había en el umbral alguien de pie tan pegado a ella que, a buen seguro, la tocaba con su nariz escriba. Pero enseguida me tranquilicé, era mi anciano padre. Sonreímos, siempre fue un bromista el jodío. Me cogió una de las bolsas que llevaba y fuimos juntos a tirarlas, charlando de lo mucho que habían crecido los niños. Creo que me contó un chiste escatológico de los suyos, sobre mierda precisamente, pero no lo recuerdo, solo las risas finales. A la vuelta no quiso entrar porque era ya un poco tarde y nos despedimos en la acera con un par de besos. Al cerrar la puerta tras de mí, apoyé la espalda en ella y estuve un buen rato meditabajo y cabizbundo, sin moverme. No encontraba explicación: mi padre llevaba quince años muerto y enterrado.
A Ramiro Rodríguez Prada, que descanses en paz.
Rosendo García 'Sendo' /
Ramiro, el amigo entrañable y cariñoso que muy pronto alargó su raíz para unirse a Mabel con el fruto de Bruno y Tasso, sus dos hijos, aunque nunca dejó de pensar en San Justo; sus recuerdos entrarían con frecuencia en sus escritos y poemas.
Hombre directo, escatológico, comprometido, en su profesión de sanitario se alistó en la unidad de reconocimiento de la 'Psilicosis' bajando a la mina como un minero más. Creador de la revista 'Psilicosis' en la década de los 90, haría de ella una plataforma libre de expresión donde el envés de las cosas se muestran libres, sin tapujos, enfrentando la lírica y la poesía al dolor y la muerte.
En un texto que tituló 'Declaración de Ruina', en la edición de 2007, termina diciendo: "Dulce es el recuerdo del amigo muerto, pero digo que debemos reír a la vez que buscar la verdad “…Y en una conversación que tuvo con el escritor Angel González le arrancó estas sueltas:
"Los muertos son egoístas: hacen llorar y no les importa.
Se quedan quietos en los lugares más inconvenientes
Se resisten a andar,hay que llevarlos a cuestas a la tumba como si fuesen, niños".
Ramiro nos dejó relatos maravillosos, entretenidos, ingeniosos que alternaba con las descripciones amenas y turísticas de su segunda patria, Grecia; la que visitara en 28 ocasiones, y como Ulises errante navegó por Creta, Quios o Itaca. Desde el Peloponeso hasta el Monte Olimpo donde en estos momentos se encontrará y nos estará viendo.
En su blog Psilicosis, en el post titulado 'Salí a tirar la Basura' dejó escrito hasta su último día y que, como premonición, fechó el 18 de Agosto de 2014. Dice así:
Abrí la puerta y casi se me para el corazón. Había en el umbral alguien de pie tan pegado a ella que, a buen seguro, la tocaba con su nariz escriba. Pero enseguida me tranquilicé, era mi anciano padre. Sonreímos, siempre fue un bromista el jodío. Me cogió una de las bolsas que llevaba y fuimos juntos a tirarlas, charlando de lo mucho que habían crecido los niños. Creo que me contó un chiste escatológico de los suyos, sobre mierda precisamente, pero no lo recuerdo, solo las risas finales. A la vuelta no quiso entrar porque era ya un poco tarde y nos despedimos en la acera con un par de besos. Al cerrar la puerta tras de mí, apoyé la espalda en ella y estuve un buen rato meditabajo y cabizbundo, sin moverme. No encontraba explicación: mi padre llevaba quince años muerto y enterrado.
A Ramiro Rodríguez Prada, que descanses en paz.