Jueves, 21 de Agosto de 2014

La lucha implacable de la naturaleza por la recuperación de la vida en los Montes del Teleno

Las cenizas del incendio de Castrocontrigo llegaron hasta la catedral de León. En aquellos días de agosto de 2012 mientras buena parte de la provincia atisbaba de lejos la tragedia los habitantes de los Montes del Teleno asistían impotentes a la pérdida de su medio de vida. Dos años después, nos acercamos de la mano de Óscar Abajo, autor de El blog de Tabuyo del Monte, a la lenta recuperación de estos ecosistemas naturales.

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Óscar Abajo / El blog de Tabuyo del Monte

 

Se cumplen dos años ya del llamado incendio de Castrocontrigo, del 20-A de Tabuyo, de uno de los mayores incendios no ya de estas faldas del Teleno sino de la historia reciente de España.  Fueron 11.724 hectáreas arrasadas por un fuego que empezó de la mano de un culpable que no aparece y que estuvo latiendo durante 19 días hasta que se declaró como oficialmente extinguido.

 

El fuego se llevó consigo el monte, los usos y aprovechamientos y el ánimo de estas gentes ligadas desde muy antiguo a esta tierra de pinares y también de robles, abedules, serbales, brezales; y también de boletos y níscalos; y ciervos y corzos, y de truchas; y de resina y miel y de tanto que daba este montes y casi sin pedir nada a cambio, tanto que hasta Tabuyo lleva el apellido del Monte.

 

Pero desde hace tiempo ya, una vez que las máquinas han retirado la madera quemada, las nuevas generaciones de este excepcional Pinus pinaster demuestran una vez más que no hay otro que resista mejor el paso del incendio. En un juego diabólico en el que las llamas se llevan a los ejemplares maduros mientras despejan el terreno a las semillas que esperan en las copas su oportunidad para formar una nueva población sobre las cenizas de lo viejo.

 

Pero no solo vuelven los pinos, también le acompañan los brezos y carqueixas, la caza, las nuevas colmenas y abejas, la resinación que se ha trasladado a otras partes del pinar y el ánimo de estas gentes cuando, una vez más, el negro de la muerte deja paso al verde de la vida y de la esperanza.

 

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El tiempo para recuperar el monte de Tabuyo

La pregunta que siempre surge tras este tipo de catástrofes es ¿en cuánto tiempo se puede recuperar el monte tal  y como estaba antes?  La cuestión, que es perfectamente comprensible, tiene una difícil respuesta y sin posibilidad de ofrecer datos concretos, sino más bien aproximados, debido a la enorme complejidad que presentan estos ecosistemas naturales. Por un lado se tienen las poblaciones de animales, plantas y hongos de cada especie; por otro, estas poblaciones han de interactuar entre sí y con las de otras especies (unos se comen a otros, otros establecen vínculos de cooperación, …), y por último, todos estos individuos interactúan con el medio que les rodea (el suelo, las temperaturas, la climatología, …). Todas estas 'piezas' y relaciones han de ir 'encajando' en un sistema en continua evolución, y siempre que no se produzca otra catástrofe que lo vuelva a desestabilizar.

 

Por otro lado, la pérdida del monte supone también el no contar con una serie de aprovechamientos, que generaban unos beneficios económicos tanto a las arcas de los pueblos como a los particulares. Este parón productivo implica un freno importantísimo al desarrollo de la comarca, y serán las características de cada uso las que marquen el tiempo de espera para obtener unos rendimientos similares al período anterior. A modo de síntesis se pueden distinguir los principales aprovechamientos en:

 

  • Arbolado

La recuperación del arbolado depende, lógicamente, de los años que tuviera la masa hasta entonces, en cada parte afectada por el incendio. En el caso del pinar los extremos que se presentan son: por un lado los árboles procedentes del regenerado del gran incendio de 1998 y en el otro los que pasaban largamente del centenario de vida, como el pino de Valle Fondo de Tabuyo del Monte. Entre medias se encontrarían los que se han ido regenerando de forma natural y los plantados a partir de los años 50 por el Estado. Para las zonas de robledal la recuperación será más lenta debido a las condiciones propias de crecimiento de estas especies y a las zonas donde se situaban.

 

Lógicamente para que se cumplan las premisas anteriores se ha de contar con la extraordinaria capacidad de regeneración que presenta el Pinus pinaster cuya procedencia es esta Sierra del Teleno, y habrá que repoblar en aquellas zonas donde el roble se presenta como especie principal, frecuentemente acompañado de abedules, serbales, alisos y otras especies de zonas húmedas, donde el paso del incendio haya sido más severo. Todo ello junto con los pertinentes trabajos selvícolas que aseguren el porvenir de estas masas.

 

El rendimiento económico por la venta de madera de las nuevas masas que surjan habrá de esperar hasta los 60-80 años, en que se produzcan las cortas de los árboles ya maderables, pudiéndose obtener beneficios menores a los 40 años, con los pinos que se eliminan para adecuar las densidades.

 

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  • Leñas

El volumen de leñas que se llega a aprovechar está en función del volumen de madera existente, por lo tanto, se puede estimar que la producción de leñas va a perderse en los próximos 20 años para el pino y los próximos 40 para el roble.

 

  • Matorral

En cuanto al estrato arbustivo, la mayoría de las formaciones que se encontraban presentes antes del incendio, brezales, piornales, carqueixas, jaguarzos, … no presentan ningún problema para volver a aparecer, bien por rebrote como el brezo (Erica australis) y la carqueixa (Pterospartum tridentatum), bien mediante germinación de las semillas como el jaguarzo, aquí conocido como ñifarro, (Halimium lasianthum subsp alyssoides), porque al igual que el pino también son especies adaptadas a la presencia de los incendios, pudiéndose estimar en 5 años la recuperación de las formaciones originales.

 

  • Caza

Para determinar los daños sobre la actividad cinegética, se ha de tener en cuenta que no solo afecta a los cotos establecidos en los montes afectados, sino también a los colindantes ya que los animales transitan libremente entre unos y otros. El tiempo necesario para que los terrenos afectados vuelvan a tener la densidad cinegética apropiada para permitir su normal aprovechamiento, es de 5 años, como así lo establece la legislación en materia de montes.

 

  • Pesca

En la actualidad, los cursos de agua afectados por el incendio han sufrido la pérdida total de las poblaciones piscícolas a consecuencia de éste, debido al incremento de las temperaturas, a la pérdida de la vegetación de ribera, a los arrastres de cenizas y partículas, al cambio de las condiciones hídricas y a la desaparición de lugares aptos para la freza. El tiempo de recuperación de estas poblaciones es muy variable por lo dependiente de la vegetación de ribera, que proporciona refugio a la fauna y confiere diferentes características de sol y sombra al ecosistema fluvial, pero se puede establecer un mínimo de 3 años.

 

  • Ganado

Si bien la repuesta de las herbáceas es inmediata al paso del incendio, con el paso del tiempo la calidad de estos nuevos pastos decae, siendo menos nutritivo y apetecible para el ganado. El tiempo de espera, que impone la legislación sobre montes es de 5 años tras el incendio.

 

  • Apicultura

Aparte de las pérdidas por las colmenas destruidas y los enjambres perdidos, la producción de miel se verá resentida por lo menos durante los 5 primeros años, en que vuelvan a constituirse las comunidades de matorrales, principalmente de brezo, que servían a las abejas para elaborar esta apreciada miel.

 

  • Setas

Las principales especies fúngicas con aprovechamiento comercial del monte son los níscalos (Lactarius deliciosus) y los boletus (Boletus edulis y B. pinicola.), siendo estas masas de pinar de las más productivas de la provincia y coincidiendo el incendio sobre los cuarteles de mayor producción. El tiempo para obtener unas producciones óptimas de Boletus sp. es de 40 años, aunque se puede recoger de forma esporádica desde los 25. En el caso del níscalo, la edad óptima de los pinares para su producción es de 35 años, pero al igual que antes, puede recogerse en pequeñas cantidades desde los 10 años.

 

  • Resina

La resinación que se ha retomado en gran parte de estas masas de Pinus pinaster después de que hubiera sido abandonada a principios de los 90, tras casi 80 años de explotación, no podrá se aprovechar en las zonas incendiadas durante los próximos 50 años, tiempo necesario para que los árboles alcancen los diámetros suficientes para poder ser puestos en producción, cumpliendo criterios ecológicos y técnicos.

 

A parte de estos aprovechamientos directamente cuantificables, los montes presentan una marcada vocación multifuncional. Además de producir beneficios directos, también cumplen una serie de funciones ecológicas, protectoras, paisajísticas y recreativas, fundamentales para mantener la calidad del medio ambiente y de nuestras sociedades, y cada vez con una mayor importancia en el desarrollo de los núcleos rurales (actividades deportivas, Aula en la Naturaleza, centros de interpretación, casas rurales, restaurantes, …) que también se han de tener en cuenta.

 

Más información:

El blog de Tabuyo del Monte

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