..¡Qué país!..
Al final, de tanto cerrar minas, tendremos que volverlas a reabrir por la incompetencia de nuestros políticos…, si al sistema energético de nuestro país no se le da una solución inmediata, volveremos al carbón que, además, da muchos puestos de trabajo en nuestra provincia.
El disparate de las políticas energéticas en este país no tiene parangón. Primero nos pusimos estupendos y de lo más progre con la energía nuclear. Y como todo era alegría y nos sobraba el dinero, se la compramos a Francia, que la produce a una distancia que sería perfecta para que un improbable accidente afectara a casi todos los españoles. ¿Pero a quién se le ocurrió semejante disparate, me lo pueden explicar?
Llegó el gran Zapatero y decidió apostar por las energías renovables, que era lo verdaderamente progresista. Los molinos de viento y los paneles solares cubriendo todos los tejados de las nuevas construcciones y los campos de toda España. Claro que como al amigo y paisano Zapatero el dinero debía caerle del cielo, se estableció un plan de generosas subvenciones que consiguió, milagrosamente, que los paneles solares funcionaran en mitad de la noche….Increíble, ¿verdad?
Al final las energías alternativas de Zapatero se desarrollaron con un plan inviable a un coste inasumible y que hubiera llevado al país a la quiebra.
Y entonces reapareció la posibilidad de las energías fósiles, que es como se llama ahora a lo que siempre fue petróleo, pero queda como más moderno y suena mejor energéticamente hablando. Hace unas décadas, se soñaba desde cualquier gobierno con encontrar una bolsa de petróleo hasta en el mismísimo Paseo de la Castellana. Pero donde no podía ser hallado el crudo era a 60 kilómetros de la costa de Lanzarote. Si hubiera sido junto al jardín del domicilio de Paulino Rivero, otro gallo nos cantara. Pero a 60 kilómetros de Lanzarote ya no hay forma de que los políticos canarios metan cuchara en las decisiones. Así que Coalición Canaria pasa de pedir en su último programa electoral la explotación del posible petróleo a negarse ahora a que se averigüe siquiera si ese petróleo existe…...qué país.
En Cantabria, más de lo mismo, donde se llama a la movilización ciudadana contra la posibilidad de la puesta en práctica del «fracking», la técnica de fracturación hidráulica que potencia y abarata la extracción de gas y petróleo. El Gobierno de Rajoy quiere explotar esta técnica que ha permitido a los Estados Unidos de América, dejar de estar políticamente secuestrado por los países del Golfo Pérsico al no depender de su crudo. Bueno pues la historia se vuelve a repetir, así que el PP promueve el uso del «fracking» en España. Y entonces el Gobierno de Cantabria, que casualmente es del PP, se subleva contra la iniciativa y consigue que todos los alcaldes de la región se unan contra el «fracking». Logrando incluso que un encantador de serpientes como Miguel Ángel Revilla se sume a la iniciativa, cuando en su mandato se legislaba en sentido contrario en esa comunidad…., qué país.
Acabaremos abriendo las minas que ahora estamos cerrando…, estamos en constante evolución.
Al final, de tanto cerrar minas, tendremos que volverlas a reabrir por la incompetencia de nuestros políticos…, si al sistema energético de nuestro país no se le da una solución inmediata, volveremos al carbón que, además, da muchos puestos de trabajo en nuestra provincia.
El disparate de las políticas energéticas en este país no tiene parangón. Primero nos pusimos estupendos y de lo más progre con la energía nuclear. Y como todo era alegría y nos sobraba el dinero, se la compramos a Francia, que la produce a una distancia que sería perfecta para que un improbable accidente afectara a casi todos los españoles. ¿Pero a quién se le ocurrió semejante disparate, me lo pueden explicar?
Llegó el gran Zapatero y decidió apostar por las energías renovables, que era lo verdaderamente progresista. Los molinos de viento y los paneles solares cubriendo todos los tejados de las nuevas construcciones y los campos de toda España. Claro que como al amigo y paisano Zapatero el dinero debía caerle del cielo, se estableció un plan de generosas subvenciones que consiguió, milagrosamente, que los paneles solares funcionaran en mitad de la noche….Increíble, ¿verdad?
Al final las energías alternativas de Zapatero se desarrollaron con un plan inviable a un coste inasumible y que hubiera llevado al país a la quiebra.
Y entonces reapareció la posibilidad de las energías fósiles, que es como se llama ahora a lo que siempre fue petróleo, pero queda como más moderno y suena mejor energéticamente hablando. Hace unas décadas, se soñaba desde cualquier gobierno con encontrar una bolsa de petróleo hasta en el mismísimo Paseo de la Castellana. Pero donde no podía ser hallado el crudo era a 60 kilómetros de la costa de Lanzarote. Si hubiera sido junto al jardín del domicilio de Paulino Rivero, otro gallo nos cantara. Pero a 60 kilómetros de Lanzarote ya no hay forma de que los políticos canarios metan cuchara en las decisiones. Así que Coalición Canaria pasa de pedir en su último programa electoral la explotación del posible petróleo a negarse ahora a que se averigüe siquiera si ese petróleo existe…...qué país.
En Cantabria, más de lo mismo, donde se llama a la movilización ciudadana contra la posibilidad de la puesta en práctica del «fracking», la técnica de fracturación hidráulica que potencia y abarata la extracción de gas y petróleo. El Gobierno de Rajoy quiere explotar esta técnica que ha permitido a los Estados Unidos de América, dejar de estar políticamente secuestrado por los países del Golfo Pérsico al no depender de su crudo. Bueno pues la historia se vuelve a repetir, así que el PP promueve el uso del «fracking» en España. Y entonces el Gobierno de Cantabria, que casualmente es del PP, se subleva contra la iniciativa y consigue que todos los alcaldes de la región se unan contra el «fracking». Logrando incluso que un encantador de serpientes como Miguel Ángel Revilla se sume a la iniciativa, cuando en su mandato se legislaba en sentido contrario en esa comunidad…., qué país.
Acabaremos abriendo las minas que ahora estamos cerrando…, estamos en constante evolución.




