Centelles: la aguda visión de la realidad
En la sala de exposiciones de la Biblioteca astorgana se acaba de inaugurar una merecida exposición fotográfica de Agustí Centelles (1909-1985). En la muestra se exponen 30 fotos seleccionadas de las 600 que el gran fotoreportero sacó en el campo de concentración de Bram, cerca de la ciudad de Carcasona. Fue instructivamente presentada por los periodistas Ana Valencia, Mª Antonia Reinares y Enrique Ramos con el colofón del representante de la fundación Pablo Iglesias, Rafael Simancas.
Centelles, valenciano de origen, a los 15 años decidió ser fotógrafo de la mano de Ramón de Baños, y posteriormente con Josep Badosa se formó como reportero fotográfico. Con una visión personal, buscaba siempre la innovación rompiendo los standar de la época. Se considera el pionero del fotoperiodismo desde que adquirió su cámara Leica después de vérsela a un fotógrafo deportivo, abandonando la pesada cámara de placas menos manejable. Sus fotos menos estáticas y sin artificios ilustraron la prensa barcelonesa y 'El Mundo Gráfico' madrileño. En julio del 36 documenta la sublevación militar y la respuesta popular. Más de 4.000 negativos obtendría durante estos años que, también, capturaron la toma de Teruel, Belbiche y el bombardeo de Lérida. En el 39 empaqueta en una gran maleta su archivo con sus cámaras. A pie cruza los Pirineos nevados, yendo a parar con miles de refugiados al campo de concentración de Argeles-sur-Mer y luego al de Bram. En el campo de Bram monta con Salvador Pujol una cámara oscura que tenían que desmontar cada noche.
Las 30 fotos que se muestran en la Biblioteca es parte de la realidad vivida por los refugiados en el campo, con toda la crudeza y bondad que el ambiente les proporcionaba.
La biografía de Centelles continúa en Carcasona donde escondería la famosa maleta que recuperaría en 1976.
![[Img #14313]](upload/img/periodico/img_14313.jpg)
![[Img #14312]](upload/img/periodico/img_14312.jpg)
Por estas fechas yo me encontraba en Durango, y en 1977 adquiero una publicación de las primeras fotos, dejándome impresionado del material de influencia que supuso para mí. Las fotos recogían la sublevación popular en Barcelona. Por entonces mi temática, dentro del movimiento y la destrucción, era la matanza del caballo. De aquí hice mi versión de los guardias de asalto parapetados detrás de una barricada de caballos muertos. Esta fue una de las fotografías más señeras de Centelles. Otra versión fue la que realicé sobre la destrucción de un cuartel por una granada; en esta ocasión introduje el caballo desangrándose dentro del espacio maltrecho. Estos dos cuadros fueron mi homenaje en 1977-78 a este gran fotógrafo que se introdujo y vivió la tenebrosa realidad de aquellos años.
![[Img #14311]](upload/img/periodico/img_14311.jpg)
Merece la pena visitar esta muestra, que aunque no sea la más representativa de Centelles, fue la más cáustica, penosa y amable de este gran fotógrafo.
En la sala de exposiciones de la Biblioteca astorgana se acaba de inaugurar una merecida exposición fotográfica de Agustí Centelles (1909-1985). En la muestra se exponen 30 fotos seleccionadas de las 600 que el gran fotoreportero sacó en el campo de concentración de Bram, cerca de la ciudad de Carcasona. Fue instructivamente presentada por los periodistas Ana Valencia, Mª Antonia Reinares y Enrique Ramos con el colofón del representante de la fundación Pablo Iglesias, Rafael Simancas.
Centelles, valenciano de origen, a los 15 años decidió ser fotógrafo de la mano de Ramón de Baños, y posteriormente con Josep Badosa se formó como reportero fotográfico. Con una visión personal, buscaba siempre la innovación rompiendo los standar de la época. Se considera el pionero del fotoperiodismo desde que adquirió su cámara Leica después de vérsela a un fotógrafo deportivo, abandonando la pesada cámara de placas menos manejable. Sus fotos menos estáticas y sin artificios ilustraron la prensa barcelonesa y 'El Mundo Gráfico' madrileño. En julio del 36 documenta la sublevación militar y la respuesta popular. Más de 4.000 negativos obtendría durante estos años que, también, capturaron la toma de Teruel, Belbiche y el bombardeo de Lérida. En el 39 empaqueta en una gran maleta su archivo con sus cámaras. A pie cruza los Pirineos nevados, yendo a parar con miles de refugiados al campo de concentración de Argeles-sur-Mer y luego al de Bram. En el campo de Bram monta con Salvador Pujol una cámara oscura que tenían que desmontar cada noche.
Las 30 fotos que se muestran en la Biblioteca es parte de la realidad vivida por los refugiados en el campo, con toda la crudeza y bondad que el ambiente les proporcionaba.
La biografía de Centelles continúa en Carcasona donde escondería la famosa maleta que recuperaría en 1976.
Por estas fechas yo me encontraba en Durango, y en 1977 adquiero una publicación de las primeras fotos, dejándome impresionado del material de influencia que supuso para mí. Las fotos recogían la sublevación popular en Barcelona. Por entonces mi temática, dentro del movimiento y la destrucción, era la matanza del caballo. De aquí hice mi versión de los guardias de asalto parapetados detrás de una barricada de caballos muertos. Esta fue una de las fotografías más señeras de Centelles. Otra versión fue la que realicé sobre la destrucción de un cuartel por una granada; en esta ocasión introduje el caballo desangrándose dentro del espacio maltrecho. Estos dos cuadros fueron mi homenaje en 1977-78 a este gran fotógrafo que se introdujo y vivió la tenebrosa realidad de aquellos años.
Merece la pena visitar esta muestra, que aunque no sea la más representativa de Centelles, fue la más cáustica, penosa y amable de este gran fotógrafo.