Redacción
Lunes, 09 de Febrero de 2015

Los niños del basurero de Cobán (Guatemala)

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El sacerdote guatemalteco Sergio Godoy ha dejado durante unas semanas la dura cotidianidad en la que se mueve allá, en la ciudad de Cobán muy cerca del Corredor Seco donde el hambre estacional se instala durante meses, para venir a Astorga a contar su trabajo con los 416 menores en situación de riesgo extremo que viven y trabajan en el basurero de la capital del departamento de Alta Verapaz. Godoy es el impulsor de la Ciudad de la Esperanza donde los niños y jóvenes encuentran una alternativa de educación y vida en una región con casi un 38 por ciento de pobreza extrema.

 

En un país donde las estructuras de poder son corruptas y en las calles impera la ley de las 'maras', las bandas callejeras a las que tiene que hacer frente Sergio Godoy y el equipo de Ciudad de la Esperanza, el reto de educar y paliar el hambre de los niños del basurero es la motivación que encuentran para "seguir dando razones para la esperanza y para demostrar que la vida es otra cosa", ha asegurado en la sede de Manos Unidas de Astorga.

 

Son ya 11 años acompañando en el día a día a los niños y niñas que trabajan en el vertedero para poder vender lo que encuentren como material reciclado o, como ha explicado el religioso, buscando algo para comer ellos y su familia. Sergio Godoy llegó con un balón de fútbol y unos trozos de pan y ha acabado construyendo la Ciudad de la Esperanza, a la que la ONG Manos Unidas está apoyando con la campaña de la lucha contra la pobreza de este año.

 

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Educación integral

Uno de los pilares fundamentales de Ciudad de la Esperanza es la educación integral", que según el sacerdote, "es la llave para cambiar el país y para despertar en los niños un sueño esperanzador". Antes, los trabajadores y voluntarios del proyecto se sorprendían porque los más pequeños nunca habían pensando qué querían ser de mayores. Ahora, muchos están estudiando en la universidad. "Son actos que revierten en sus familias y en la comunidad", ha subrayado.

 

En el proyecto puesto en marcha por Sergio Godoy, los niños que acuden diariamente también tienen acceso a dos comidas diarias para luchar contra la desnutrición, una casa hogar donde se refugian los jóvenes que viven en la pobreza más extrema y centros donde se ofrece atención sanitaria, psicológica y de orientación social, donde son atendidas las niñas y jóvenes víctimas de la violencia de género.

 

"Muchos que ven desde fuera el proyecto de la Asociación Comunidad Esperanza dicen que es una ONG, pero es mucho más, es una esperanza de vida", ha manifestado el sacerdote, para quien detrás de las estadísticas de la pobreza "una persona que vive una situación que no ha escogido, hay una historia, hay un nombre". 

   

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