Redacción
Miércoles, 11 de Febrero de 2015

Adiós Morla

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La Banda de Música de Astorga está de luto por la muerte del entrañable Manuel López Cárabes, conocido por todos los astorganos como Manolo Morla. Dedicado en cuerpo y alma durante 80 años a la agrupación musical donde aprendió sus primeras notas de la mano de su padre Manuel López Morla. 

 

No sabemos si Astorga se acostumbrará a dejar de ver la estampa de este hombre de 90 años con su bastón, su inseparable sombrero, sus ganas de charlar y compartir un vino, porque Morla era de esos personajes que han formado parte del paisaje de la ciudad y de los acontecimientos importantes, siempre con su trompeta tocando La Dominica en Semana Santa o en los conciertos de verano de la Banda en el Jardín.

 

La ciudad y la Banda Municipal despiden este jueves a las 16,30 horas en la iglesia parroquial de Santa Marta a Morla, el querido músico astorgano que decía que "la banda es como un veneno, cuando entras ya no sabes salir de ella".

 

A continuación reproducimos íntegramente la entrevista que Astorga Redacción le hizo en diciembre de 2013, cuando la Banda Municipal le homenajeó por toda una vida dedicada a la música.

 

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A Manolo Morla se le podría estar escuchando contar anécdotas de su vida un día entero, bueno... si se logra que saque un hueco de su 'apretada agenda', porque entre la hora de los vinos, la comida, la partida y el partido fútbol, si juega el Atlético Astorga, no es fácil quedar con él para charlar un rato tranquilamente. Este venerable anciano destila una vitalidad y energía que se percibe nada más estrechar su mano al saludarle.


Para este músico que comenzó sus primeras lecciones de solfeo con su padre, Manuel López Morla, la Banda Municipal ha sido su segunda familia. Por la banda sacrificó su carrera musical fuera Astorga, y en la banda fraguó, junto con los 'Malaños' y otras familias astorganas de músicos, las orquestas de baile más importantes que hubo en la ciudad: la 'Ritmo', 'Los Astros', los 'Alonso'... que tocaban en las 'sociedades' y los 'frontones'. "La equivocación mía fue no marchar al Ejército, me hubieran metido en una banda y por torpe que hubiera sido hubiera llegado a sargento, y a vivir como un cura. Pero mi padre, con aquel cura don Celestino que paraba en el Hotel Moderno, me dijeron que si hacía falta en la banda, que cómo iba a marchar, me liaron y fui a la mili aquí voluntario. Yo no he dejado de estar en la banda en toda mi vida, no podía marchar ni de vacaciones", explica el homenajeado.  


En la prodigiosa memoria de Morla se ha registrado la historia de la música y de los músicos de Astorga de los últimos 80 años, tantos como lleva en la agrupación municipal. De Ángel Julián, el hijo del impresor a quien este verano el Ayuntamiento homenajeó, recuerda que "era un artistazo, su padre también fue director de la banda. Tocábamos mucha zarzuela, teníamos unos coros extraordinarios. Alquilábamos las partituras, los trajes…"; otro de los músicos que rememora con emoción es el director Sebastián Méndez Nogales, "era extremeño, tocaba el bombardino, lo hacía hablar, qué bien tocaba aquel hombre. Cuántas veces me dio la propina cuando hacía un solo, o me decía vete por casa que hay un pastelín para tí". Méndez Nogales compuso 'Homenaje a Beethoven', la obra que la banda siempre toca en los entierros de sus miembros, y varias piezas cortas para la Semana Santa astorgana que tan bien conoce Manuel López Cárabes, cuya imagen de paparrón tocando la trompeta con el trío de 'La Dominica', es una estampa difícil de borrar de la semana de pasión. Cuenta Morla que a Sebastián Méndez le querían tanto los músicos que cuando cayó gravemente enfermo y se necesitaba sangre para salvar su vida, acudieron todos a donar sin pensárselo un minuto, "era muy sencillo, cada vez que me acuerdo de él me emociono". Al actual director, Luis Miguel Abello, le tiene un gran respeto "Luismi es extraordinario, pone música difícil, aunque debería también poner zarzuela que la conoce sobre todo la gente mayor y si hace falta la canta". Este sábado no ha sido zarzuela, pero sus compañeros han interpretado el pasodoble que la Banda Municipal y el Ayuntamiento de Astorga han encargado al reconocido compositor Ferrer Ferrán, para regalárselo a 'Morla' en el concierto de Navidad.


En su historia personal, la música impregnó hasta los episodios más trágicos del siglo XX. "Cuando empezó la Guerra Civil yo estaba pescando peces en Fuentencalada, cuando oímos como unos cohetes, unos tiros... A partir de entonces toqué el 'Caralsol' más de veces que yo que sé". En cada triunfo del bando nacional, Morla, su padre y Vicente 'Barberán' tocaban para los falangistas que celebraban la conquistas de las ciudades más importantes. "En la guerra cuando caía una ciudad Astorga lo vivía, y quién la hacía vivir, pues la banda. Todos los falangistas, aquellos jefazos, las chicas y los señoritos, porque con los obreros no contaban para nada, iban a casa de unos y de otros, ellos se daban la 'morterada' y a nosotros, que los más pequeños éramos ‘Barberán y yo, no nos daban ni un vaso de agua", recuerda. 


A Morla le ha tocado trabajar mucho en esta vida. A su padre lo recuerda en la ebanistería y a su madre cargando en la cabeza pesados baldes con ropa que lavaba en el río Jerga en invierno y en verano. Nunca sobró dinero en su casa, por eso siempre que puede le recuerda a los más jóvenes que "yo nunca pude comprarme una trompeta, a día de hoy todos los chavales tienen su instrumento, el que yo toco no es mío, es de la banda". Pero eso nunca fue un obstáculo para que recorriera media provincia tocando, lo ha hecho en las fiestas de los pueblos, porque Morla ha mostrado sus habilidades musicales "a los cuatro borrachos que quedaban al final de las verbenas". Recuerda las fiestas en los pueblos de La Cabrera, "cuando no conocían el tren ni la radio, íbamos 'Chilindrina' y yo con nuestras maletinas. Tocábamos en la pradera, a veces se quedaba la piel del labio en la trompeta, y había que seguir tocando porque no había quien lo hiciera". Eran verbenas interminables cuando "los cuatro que quedaban al final nos decían '¡venga músicos, cabrones, tocad!', aquello era un sufrimiento, así que cogíamos una botella de coñac, hacíamos escalas cromáticas y mientras tanto le dábamos buena cuenta al contenido", explica entre risas con un punto de picardía.


Manolo Morla fue durante más de 50 años trompeta solista de la banda, ha conocido las etapas de esplendor y las de decadencia en las que estuvo a punto de desaparecer, "¿qué que es para mí la banda?, yo no he sabido salir de ella. Como decía Luis el músico, es como un veneno que te entra, como entres ya no sabes salir de ahí".

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