ENTRVISTA / VICTORINA ALONSO. Alcaldesa de Astorga
"Aquel germen que nació de la afición de José Luis López ha crecido hasta convertirse en el museo de todos"
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Abre sus puertas la nueva sede del Museo del Chocolate, uno de los recursos turísticos de la ciudad más atractivos para el visitante. En esta nueva etapa ¿qué valor añade al motor de la economía de Astorga?
Es un paso cualitativo en la oferta turística. El museo ya era uno de los que más turistas atraía a la ciudad y desde el punto de la eficiencia se vendía mucho chocolate en él, pero tenía muy poco espacio. Ahora en la nueva ubicación se ha triplicado la superficie expositiva incrementando el aforo hasta las 170 personas y exponemos el doble de piezas. Con el nuevo concepto de musealización hemos logrado que sea interactivo y más interesante porque la visita incluye conocer el chocolate a través de los cinco sentidos, así que confiamos en que atraiga a más turistas y que ayude a incrementar el número de pernoctaciones. La singularidad del museo por ser el único de Castilla y León también lo hace muy atractivo, fue el primer museo de estas características en España y aunque en la actualidad existen otros ocho la mayoría están ligados a firmas comerciales. El potencial del de Astorga es que en un museo de la ciudad y de las comarcas.
Uno de los aspectos más interesantes que aporta la nueva sede, desde el punto de vista de la ciudad, es su ubicación. El haber elegido la casona de Magín Rubio invitará a los turistas a salir del recinto amurallado donde se concentra casi todo el patrimonio visitable, es decir, por fin un barrio extramuros estará entre las prioridades de los turistas.
Hemos recuperado no solo un edificio sino el barrio que fue eminentemente chocolatero porque el museo va a revitalizar a esta zona de la ciudad donde se instalaron muchas de las fábricas por la cercanía de la estación de tren. Puerta de Rey tuvo una vida muy importante durante todo el siglo XX porque tenía dos fábricas de harina y el ferrocarril provocó su crecimiento industrial. El llevarlo ahí invitará a los turistas a conocer esta parte de la ciudad en la que se ha realizado un esfuerzo muy importante por su recuperación urbanística, creando zonas verdes. Creemos que la apertura del museo va a permitir que el barrio tenga nueva actividad porque seguramente alguien abrirá una chocolatería y alguna otra tienda que se beneficie del flujo de visitantes que va a generar. Esperamos que el barrio recupere la energía que tuvo en el siglo pasado.
En este momento de nuevo impulso al Museo del Chocolate no debemos olvidarnos de quien fue su precursor. ¿No cree que es una suerte tener en Astorga ciudadanos como José Luis López que miman su historia y su cultura?
José Luis López era un hombre entrañable. Gracias a su afición por el coleccionismo hoy tenemos este museo, nosotros solo hemos hecho realidad lo que él comenzó en 1994. Él recuperó numerosos motivos de todo tipo relacionados con el chocolate y gracias a ese germen ahora mucha gente de la ciudad y las comarcas sigue donando todo lo que la industria chocolatera generó a su alrdedor como calendarios, cromos, los carteles. Entre lo donado y lo que el Ayuntamiento ha ido comprando, el museo contiene 10.000 piezas en sus fondos. Aquel germen que nació de una afición y una ilusión ha ido creciendo hasta convertirse en el museo de todos, que además es propiedad del Ayuntamiento que lo compró en 2005, pero que se ha ido construyendo entre todos.
Personas como José Luis López son los que hacen ciudad porque la quieren y luchan por ella sin más pretensiones, simplemente por ser astorganos, eso la enriquece. Poder contar con gente como José Luis capaz de poner los cimientos a un museo como éste, es un lujo para la ciudad.
En estas semanas previas a la inauguración se ha dicho casi todo sobre el museo, desde su inversión total superior a los 620.000 euros, hasta la estructura del centro expositivo recorriendo las fases de la elaboración del dulce y las industrias afines que nutrió, como las imprentas. Quizá no se ha subrayado lo suficiente en el nuevo enfoque que profundizará en el turismo cultural.
El museo se va a convertir en un centro importante de generación de contenidos culturales porque contiene espacios que nos van a permitir organizar exposiciones, congresos, conferencias, ciclos de cine en torno al chocolate, organizaremos actividades como chocolaterapia, masajes y talleres para niños.
Va a ser un museo muy vivo porque al mismo tiempo que recupera un edificio singular del Modernismo, muy interesante desde el punto de vista arquitectónico, se le ha dado una nueva identidad. El palacete de Magín Rubio nació para ser casa de chocolatero, fábrica donde todavía se elabora el dulce de manera artesanal y banco, nosotros hemos procurado que muestre aquello para lo que fue ideado. Creemos que es el momento de reconocer que lo hemos rehabilitado con el esfuerzo conjunto del Ayuntamiento, la Diputación, gracias también al Plan E del anterior gobierno de Rodríguez Zapatero y a Caja España.
Abre sus puertas la nueva sede del Museo del Chocolate, uno de los recursos turísticos de la ciudad más atractivos para el visitante. En esta nueva etapa ¿qué valor añade al motor de la economía de Astorga?
Es un paso cualitativo en la oferta turística. El museo ya era uno de los que más turistas atraía a la ciudad y desde el punto de la eficiencia se vendía mucho chocolate en él, pero tenía muy poco espacio. Ahora en la nueva ubicación se ha triplicado la superficie expositiva incrementando el aforo hasta las 170 personas y exponemos el doble de piezas. Con el nuevo concepto de musealización hemos logrado que sea interactivo y más interesante porque la visita incluye conocer el chocolate a través de los cinco sentidos, así que confiamos en que atraiga a más turistas y que ayude a incrementar el número de pernoctaciones. La singularidad del museo por ser el único de Castilla y León también lo hace muy atractivo, fue el primer museo de estas características en España y aunque en la actualidad existen otros ocho la mayoría están ligados a firmas comerciales. El potencial del de Astorga es que en un museo de la ciudad y de las comarcas.
Uno de los aspectos más interesantes que aporta la nueva sede, desde el punto de vista de la ciudad, es su ubicación. El haber elegido la casona de Magín Rubio invitará a los turistas a salir del recinto amurallado donde se concentra casi todo el patrimonio visitable, es decir, por fin un barrio extramuros estará entre las prioridades de los turistas.
Hemos recuperado no solo un edificio sino el barrio que fue eminentemente chocolatero porque el museo va a revitalizar a esta zona de la ciudad donde se instalaron muchas de las fábricas por la cercanía de la estación de tren. Puerta de Rey tuvo una vida muy importante durante todo el siglo XX porque tenía dos fábricas de harina y el ferrocarril provocó su crecimiento industrial. El llevarlo ahí invitará a los turistas a conocer esta parte de la ciudad en la que se ha realizado un esfuerzo muy importante por su recuperación urbanística, creando zonas verdes. Creemos que la apertura del museo va a permitir que el barrio tenga nueva actividad porque seguramente alguien abrirá una chocolatería y alguna otra tienda que se beneficie del flujo de visitantes que va a generar. Esperamos que el barrio recupere la energía que tuvo en el siglo pasado.
En este momento de nuevo impulso al Museo del Chocolate no debemos olvidarnos de quien fue su precursor. ¿No cree que es una suerte tener en Astorga ciudadanos como José Luis López que miman su historia y su cultura?
José Luis López era un hombre entrañable. Gracias a su afición por el coleccionismo hoy tenemos este museo, nosotros solo hemos hecho realidad lo que él comenzó en 1994. Él recuperó numerosos motivos de todo tipo relacionados con el chocolate y gracias a ese germen ahora mucha gente de la ciudad y las comarcas sigue donando todo lo que la industria chocolatera generó a su alrdedor como calendarios, cromos, los carteles. Entre lo donado y lo que el Ayuntamiento ha ido comprando, el museo contiene 10.000 piezas en sus fondos. Aquel germen que nació de una afición y una ilusión ha ido creciendo hasta convertirse en el museo de todos, que además es propiedad del Ayuntamiento que lo compró en 2005, pero que se ha ido construyendo entre todos.
Personas como José Luis López son los que hacen ciudad porque la quieren y luchan por ella sin más pretensiones, simplemente por ser astorganos, eso la enriquece. Poder contar con gente como José Luis capaz de poner los cimientos a un museo como éste, es un lujo para la ciudad.
En estas semanas previas a la inauguración se ha dicho casi todo sobre el museo, desde su inversión total superior a los 620.000 euros, hasta la estructura del centro expositivo recorriendo las fases de la elaboración del dulce y las industrias afines que nutrió, como las imprentas. Quizá no se ha subrayado lo suficiente en el nuevo enfoque que profundizará en el turismo cultural.
El museo se va a convertir en un centro importante de generación de contenidos culturales porque contiene espacios que nos van a permitir organizar exposiciones, congresos, conferencias, ciclos de cine en torno al chocolate, organizaremos actividades como chocolaterapia, masajes y talleres para niños.
Va a ser un museo muy vivo porque al mismo tiempo que recupera un edificio singular del Modernismo, muy interesante desde el punto de vista arquitectónico, se le ha dado una nueva identidad. El palacete de Magín Rubio nació para ser casa de chocolatero, fábrica donde todavía se elabora el dulce de manera artesanal y banco, nosotros hemos procurado que muestre aquello para lo que fue ideado. Creemos que es el momento de reconocer que lo hemos rehabilitado con el esfuerzo conjunto del Ayuntamiento, la Diputación, gracias también al Plan E del anterior gobierno de Rodríguez Zapatero y a Caja España.